Todo juego de realidad virtual se caracteriza por transportarnos a un mundo lleno de magia y fantasía. Pixel Ripped 1989 no es la excepción, sólo que opta por llevarnos a la época dorada de los videojuegos.
Nos ubica en el rol de una muchacha inglesa que está jugando con su falso Gameboy en medio de una clase, porque es la única forma que tiene de salvar el mundo. Ahora, la profesora no puede enterarse, así que debemos hacerlo a escondidas. Un concepto ridículo que mezcla lo que ocurre dentro del juego con lo que nos rodea en esta realidad.
Porque el mundo de Dot, la protagonista del videojuego, atraviesa las barreras y pone en riesgo el mundo corpóreo. Entonces, lo que nosotros podemos ver como palomas tridimensionales en el patio de un colegio, dentro de la pantalla del juego se convierten en murciélagos demoníacos a los que debemos vencer. Ciertamente extraño, usar la pantalla de un “Gear Kid” para ver los objetos a nuestro alrededor como son en realidad.
Nosotros, como jugadores, accedemos a este mundo a través del casco de realidad virtual, mientras que la estudiante participa del universo pixelado con su consola portátil. Un poco como ocurre los niveles de sueños en Inception, algo que Accounting VR ya había explorado antes.
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Como siempre, los adultos no entienden nada de lo que ocurre y piensan que perdemos el tiempo con los videojuegos. Queda en los niños salvar el mundo con las herramientas que tienen a mano.
Una birome hueca es el mejor arma de un estudiante, porque nos permite escupir bolitas de papel para generar distracciones en el aula y que la profesora no nos moleste. Hacemos esto orientando la mirada hacia distintos rincones y escupiendo hacia el proyector o el ropero o alguna ventana, lo que nos compra valiosos segundos mientras ella está ocupada ordenando todo.
Mientras tanto, debajo del pupitre, nosotros seguimos avanzando en nuestra aventura digital, que se controla como un MegaMan simplificado usando el joystick. Siempre de izquierda a derecha, saltando por encima de peligros y disparando a los enemigos. Por lo menos hasta que la profesora nos vuelva a descubrir.
Con sólo ver los trailers, sabemos que se trata de una premisa curiosa: un juego pixelado al que sólo podemos jugar si nos ponemos un casco. Pero resulta en un experimento simpático que nos permite pasar un buen rato.
Coordinar dos juegos a la vez es incluso más difícil de lo que suena, sobre todo cuando uno de ellos nos pide destreza con los dedos y el otro precisión con nuestra cabeza. Esta segunda parte, por supuesto, significa que dejamos de mirar lo que ocurre en pantalla hasta que podamos generar la distracción necesaria. No es fácil, pero Pixel Ripped 1989 perdona bastante.
El manojo de niveles que ofrece el juego también cambia nuestra ambientación, moviéndonos al patio del recreo e incluso a la sala del director (inevitable, realmente, porque estamos jugando en clase). Estas mudanzas también traen un cambio de mecánicas, donde Dot sale de la pantalla y empieza a correr por el mundo real, siempre de perfil, saltando entre los estantes y los escritorios.
[perfectpullquote align=”full” cite=”” link=”” color=”” class=”” size=”23″]Las veredas son el nivel ideal para mi héroe imaginario.
Esa idea, Pixel Ripped 1989 la recrea a la perfección.[/perfectpullquote]
Es difícil decir que logra capturar la sensación de un entusiasta de los videojuegos a fines de los 80. Por un lado, yo todavía no había nacido, y por el otro no me siento identificado con una estudiante inglesa.
Pero sé que muchas veces imagino personajes pixelados en el mundo real. Miro por la ventanilla en un viaje y veo a algún personaje saltando de edificio a edificio, o entre los autos, y lo controlo con los ojos. Las veredas son el nivel ideal para mi héroe imaginario. Esa idea, Pixel Ripped 1989 la recrea a la perfección.
Ciertamente no se trata de un juego impecable. Los modelos 3D son bastante simples, el desafío del jefe final es mayor de lo que esperaba y tener que jugarlo con un casco de realidad virtual siempre trae un cansancio extra. Pero tampoco de trata de una aventura larga, y resulta simpática mientras dura.
Hay suficientes referencias y guiños para entender que sus creadores sienten mucho amor por los videojuegos en general. Incluso si el casco trae dolor de cabeza, siempre voy a elegir sumergirme en un mundo donde estamos rodeados de cariño.
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Desarrollador: Arvore
Lanzamiento: 31 de julio de 2018
Plataformas: PC – PS4
¿En Español?: No
Fuente: Copia adquirida gracias a Arvore