En la actualidad la tecnología forma parte de nuestra vida, cuanto más pasan los años, más avances observamos en las cosas que nos rodean. Uno de los ámbitos donde se observan a la perfección estas mejoras es por ejemplo, en el mundo de los videojuegos: los detalles cada vez más realistas, la iluminación, la movilidad de los personajes y todos los componentes del desarrollo y motor gráfico que nos llevan a vivir una experiencia realmente placentera porque nos permite desconectarnos por un rato del mundo y la rutina.
Estas mejoras gráficas y técnicas también van acompañadas de un factor importante: la transmisión de sensaciones que nos produce cada historia y cada personaje. En el caso de los juegos de terror es interesante analizar la reacción del jugador ya sea con los famosos jumpscares o con la resolución de un puzzle en un ambiente hostil.
El miedo forma parte de nosotros desde la existencia misma, gracias al estímulo de lucha o huida que nos provocan los neurotransmisores como la adrenalina o la norepinefrina, nuestros antepasados lograron crear estrategias de supervivencia ante todo tipo de situaciones. Sin embargo, en el caso de una película de terror o un videojuego, nuestro cerebro es perfectamente consciente de que no estamos en peligro.
A raíz de esta explicación, podemos decir que varios desarrolladores aprovecharon estas sensaciones para llevarnos a vivir una experiencia en primera persona a través de la ficción. Junto al miedo, la ansiedad es quizás el sentimiento más destacado que se experimenta en los videojuegos del género, sobre todo en los survival horror; mientras que el miedo nos lleva a una respuesta ante una amenaza inminente, la ansiedad nos hace estar en constante defensiva ante futuras amenazas. Por ende, ¿Es posible experimentar placer a partir del horror?
Sabemos que el acto de jugar es una actividad placentera, mientras que para muchos la violencia desmedida es una fuente de “diversión”, (saquemos de lado del debate ético y moral), en el género de terror, puntualmente los survival horror nos encontramos con los legítimos descendientes de la tradición narrativa del horror, por ende: una nueva forma de experimentar miedo.
Hoy en día es fácil pensar en crear un entorno realista que asuste al jugador desde lo visual y lo sonoro. No obstante, si hacemos una retrospectiva no podríamos imaginar el salir de esta “comodidad gráfica” e ir al inicio del género con Haunted House, el juego que lanzó Atari en 1982. En él nuestro protagonista estaba representado por un par de ojos que exploraba una mansión en busca de los restos de una urna mientras evitaba las terribles criaturas que habitaban el lugar. En este caso, el miedo recaía en la ambientación y no tanto en las sensaciones que transmitía. Sin embargo, hoy Haunted House es el “abuelo copado” de los survival horror.
Actualmente vivimos en una especie de “revival” de los survival horror que nos conectan automáticamente con los clásicos y grandes éxitos como Alone in the Dark, Sweet Home, Silent Hil, The Dark Descent. Ellos fueron los que dieron lugar a las magníficas sagas que hoy se han convertido en referentes dentro de la industria.
A pesar de esto, no corresponde dar por sentado que los juegos de teror son el único género que introduce el horror dentro de la historia, también encontramos aventuras gráficas como en las sagas de The Dark Pictures o shooters como veremos en S.T.A.L.K.E.R. 2.
En conclusión, es posible que si bien el género comenzó como algo “de nicho” (por no decir el famoso “clase B”), con el paso del tiempo el terror fue cobrando cada vez más protagonismo en el mercado tomando un nuevo impulso en la industria gaming; un claro ejemplo de esto fue el éxito de Phasmophobia, el juego más vendido en Steam que copó la atención de varios streamers en la red y también se llevó su premio en The Game Awards.
Mientras tanto, los fanáticos del género aprovechamos este renacer a la espera de los próximos y prometedores lanzamientos como lo son los títulos de The Medium, Resident Evil: Village, Ghostwire: Tokyo, Martha Is Dead y quién sabe cuántas joyitas veremos más adelante.
Si llegaste hasta acá y te gusta lo que hacemos en Press Over, medio independiente hecho en Argentina, siempre nos podés apoyar desde nuestra nueva plataforma de financiación: Cafecito. Con un mínimo aporte nos ayudás, no sólo con gastos corrientes, sino que nos dan la alegría de saber que estás del otro lado.