¡Bienvenidos! Aquí, todos los jueves, voy a recomendar algunos juegos chiquitos con alguna temática mensual. Hay montones de juegos indies dando vueltas por internet y, aunque duren unos pocos minutos, también merecen nuestro amor.
En Julio están las vacaciones de invierno, ¡y su servidora les está escribiendo desde España! Con todo eso, el tema de este mes son los viajes y la exploración.
Hoy les traigo un juego llamado ᗢ. Sí, posta se llama “ᗢ”, pero pueden encontrarlo como ‘Meow’. Porque llamarlo “emoticón de gatito” es un poco molesto.
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Meow es una clase de síntesis. El personaje principal es un pequeño gato negro que tiene unos pocos píxeles de alto, pero le alcanzan para explorar un amplio mundo y vivir una gran historia sin palabras. ¡Ni siquiera el título del juego es una palabra!
Nos despertamos a la orilla de una isla en un paisaje que, a priori, parece desierto. Pero con un poco de exploración vamos a ir encontrando vestigios de civilización humana.
Podremos ir recorriendo, nadando de islote en islote. Pero rápido, porque no conseguiremos avanzar demasiado por mar sin cansarnos y reaparecer en la orilla de la que veníamos.
También podemos hacer uso de los árboles, que al treparlos nos permitirán ver un poco más allá del mundo que nos rodea. Y también de las cuevas, que nos dejarán avanzar bajo tierra hacia otras islas, evitando el peligroso mar. Como si bajaras al subte y cruzaras la calle saliendo por la otra boca en lugar de esperar al semáforo.
Pero en estas cuevas radica también el secreto de la historia del juego. Adentrándonos más bajo tierra encontraremos unas catacumbas humanas abandonadas, e incluso un templo mágico que nos transportará a… Bueno, ya lo descubrirán ustedes.
El juego tiene dos finales escondidos, donde la historia la iremos recomponiendo nosotros con lo que observemos. Uno de los finales implica un barco, una escena animada y un volver al punto de partida. Lo que nos deja pensando que, más que un final, es un flashback que nos cuenta cómo llegamos a esa isla perdida en el mar. De cualquier manera, las historias circulares me fascinan.
El segundo final es más largo, implica muchos templos, estatuas misteriosas, portales y otro personaje que conoceremos en algún punto de nuestro recorrido.
Sin más spoilers, los invito a perderse un rato en el mar y en la piel de este pequeño felino pixelado.
Pueden aventurarse tranquilamente aquí.
¡Y nos vemos la semana que viene, en el próximo VideoJueves!