La Ley de Economía del Conocimiento es algo de lo que les venimos hablando desde que arrancó el año. Un paso que, según muchos integrantes de la industria de videojuegos, es fundamental para el desarrollo local. Y que hoy entra en vigencia.
El presidente Macri había enviado el proyecto a la Cámara de Diputados en marzo, y para finales de mayo ya estaba aprobada de forma unánime por el Senado tras un acuerdo entre oficialismo y la oposición. Algo casi inédito para los tiempos que vivimos en el país.
Pero, ¿de qué se trata y cómo beneficia al sector que más amamos? Les cuento.
Para empezar, es clave entender que, de alguna manera, la Ley de Economía de Conocimiento viene a reemplazar a la de Software, que vence el próximo 31 de diciembre y que en sus comienzos no incluía a videojuegos, pero que gracias a la gestión de representantes de ADVA, como Andrés Rossi y Javier Otaegui, se logró revertir.
Ahora bien, esta actualización, renovación o reemplazo, mete mucho más de lleno a nuestra industria porque incluye, ya no sólo al Software, sino también a la Bio Tecnología, Servicios de Exportación, y a las Industria de Entretenimiento y Creativas. Básicamente, los videojuegos entran o entran.
Eso sí, la Ley de Economía del Conocimiento es espectacular sólo si las empresas tienen todo en blanco. Un productor indie, de garage, no puede aplicar porque para el sistema no existe. No aporta impuestos, cargas sociales, no declara ganancias. Etc, etc.
Pero tranquis, porque actualmente existe la posibilidad de entrar al sistema creando una Sociedad de Acciones Simplificadas (SAS), algo que pueden consultar en AFIP sin problemas o con sus contadores. No nos pidan a nosotros tanta info dura porque no los queremos aburrir.
Así que sigamos con los beneficios de esta reglamentación para videojuegos.
Tal como les explicamos en notas anteriores, el 95% de los juegos que hacen empresas, pymes o individuos en el país, se exportan. Porque, obviamente, no son un producto como cualquier otro. No se crean para venderlos por el barrio, se publican en tiendas de distribución digitales (Steam, Epic Games Store, PlayStation Network, Xbox Live, etc) que se quedan con su porcentaje, que en general ronda el 30%.
Así que ya, desde el vamos, al desarrollador se queda con un 70% de la venta de su juego. Pero la cosa no queda ahí, porque Estados Unidos, país en el que las tiendas digitales tienen su jurisdicción, se te queda con otro 21% (el 30% por sobre el 70 que restaba). Por lo que, al final de todo, los creadores se quedan con el 49% de la venta. Y si encima firmaron contrato con un publisher que también se lleva su porción… bueno, los creadores se pueden llegar a llevar sólo un 10% de las ganancias.
Sin embargo, gracias a la gestión de ADVA para entrar en la Ley de Economía del Conocimiento, Videojuegos podría tomar esas retenciones que se consideren impuesto a la renta para pagar impuesto a las ganancias. Una forma de recuperar eso que hasta el momento se pierde y de evitar los engorrosos y complicados convenios de doble imposición entre países.
“A nosotros que tenemos todos los empleados en blanco y que organizamos capacitaciones obligatorias para todo nuestro personal una vez por mes, la reglamentación de esta ley nos entusiasma mucho y creemos que la va a ser beneficiosa para todo el sector“, nos dijo Federico Espósito, CEO de Sureksu.
“Es una ley muy moderna e importante para videojuegos, ya que suma la posibilidad de excluir la doble imposición, disminuye ganancias y nos da estabilidad fiscal (permitiendo que los futuros cambios no modifiquen los impuestos). Además, incluye a las micro-pymes, que teniendo una antigüedad menor a tres años y acreditando que el 70% de su facturación proviene de actividades promovidas dentro de la industria del conocimiento, pasan a ser beneficiados también. Disminuyendo la burocracia que existía con la Ley de Software”, nos contó Maurio Navajas, Presidente de ADVA.
Ahora, como toda ley que empieza a regir en Argentina, habrá que ver cómo se lleva a la práctica. Y, principalmente, saber si van a haber aportes no reembolzables similares a los Fonsoft, que tanto dinero repartieron.
Apenas hayan novedades, como siempre, los mantendremos al tanto. Aunque lo que está claro es que la Ley de Economía del Conocimiento es un gran paso para la industria y estará vigente durante los próximos 10 años.