A Space for the Unbound nace en un buen momento para la industria de videojuegos en Indonesia. Como muchos mercados relacionados a este rubro digital, a partir de la pandemia el crecimiento ha sido verdaderamente explosivo. Lo llamativo, sin embargo, es que este es el país del sudeste asiático que tiene la tasa más alta de crecimiento en los últimos 8 años (sí, antes incluso del COVID-19).
En este contexto, ya desde 2011 se vienen publicando los títulos más notables, muchos de los cuales se ven influenciados por dos grandes vertientes: la estética japonesa como Samurai Taisen o Legrand Legacy (nada que ver con Mirta) y la novela visual como Sentou Gakuen y Coffee Talk.
Si bien A Space for the Unbound entra con facilidad en la categoría de estética japonesa, da un paso más con respecto a la novela visual y se convierte en un juego de aventuras muy parecido a los point and click, con una diferencia clave: tiene muchos minijuegos incorporados.
El primer trailer de este título se mostró nada menos que en 2015 y créanme, la obra terminada tendrá sus virtudes y defectos, pero no cabe ninguna duda que le han hecho honor al trabajo que representa estar tantos años desarrollando, porque sobre todas las cosas es una joyita de los detalles. Así que vamos a hablar de eso.
Lo bueno lleva tiempo
La primera impresión que tuve al jugar el prólogo de A Space for the Unbound es que se me hizo bastante largo, si bien la historia planteaba algunos misterios interesantes, peca de ese error que muchas introducciones tienen: hay que esperar para que llegue lo bueno. Tampoco es que sea TANTO, una cosa es pasar un prólogo extenso, otra es ese amigo que te dice “la serie se pone buena después del octavo capítulo” y ahí te dan ganas de matarlo.
Tal vez fue justamente esto lo que me hizo prejuzgar el título como aburrido y fácil, para luego sorprenderme con un universo que no paraba de abrirse, mostrarme colores, guion, minijuegos y sobre lo más inesperado: cada vez más dificultad.
El gameplay
A grandes rasgos lo que tendremos que hacer la mayor parte del tiempo es cumplir pequeñas misiones, la historia se las apaña para mostrar que no somos realmente el personaje principal, sino más bien el “che pibe” de la gente importante: Atma (no, no tiene nada que ver con la marca de aspiradoras), lo cual nos permite vivir la historia desde varias perspectivas y tomar más decisiones.
Esta sin duda es la parte más sencilla del juego, conseguirle algo a alguien, convencer a alguna persona de otra cosa y así sucesivamente, ir de acá para allá levantando objetos que, a diferencia de un clásico point and click, no podemos agarrar cualquier cosa porque sí, a menos que sea verdaderamente necesario.
Pero esto es sólo la base, en segunda instancia, el aporte más interesante a las mecánicas es el “spacedive” (buceo espacial, traducido al pie de la letra): con un libro mágico podemos acceder al subconsciente de algunos personajes, ingresando a un universo de características oníricas que van variando según lo que sienten, sus gustos y personalidades; en los cuales habrá puzles que resolver para que la trama avance. Incluso a veces desde una memoria podremos acceder a otra; si tuviera que hacer una comparación, se parece bastante a lo que pasa Inception de Nolan.
Aparte de esto, el título tiene un montón de minijuegos que disfruté bastante: peleas que exigen una repetición de patrones, objetos que se arrojan con un timer, encontrar objetos escondidos, hacer jueguito con una pelota, responder cuestionarios, presentar pruebas en un juicio, entre muchos otros… la mejor parte es que sus desarrolladores son muy conscientes de las influencias que los han marcado, y nos deleitan constantemente con referencias a clásicos como Street Fighter o Ace Attorney, entre otros.
Al principio me quejaba de lo sencillo que me parecía todo y a medida que fui avanzando las cosas se complicaron bastante, me he quedado trabada en algunos puzles y hasta incluso dejé de lado una gran cantidad de misiones no obligatorias que estaban pensadas desde un punto de vista más hardcore.
Una historia dura
Si te gusta leer este definitivamente es tu juego, porque hay mucho diálogo y siempre es importante. Raras veces habrá conversaciones arrojadas al azar o como relleno, cada personaje que aparece probablemente más adelante en la historia tendrá cierta importancia y todos se conjugan de una forma muy equilibrada.
Las temáticas de fondo no son poca cosa, se toca el abuso infantil, bullying, violencia, depresión y ansiedad entre otros tópicos; pero se hace de una manera orgánica sin buscar el golpe bajo y eso es lo que más aplaudo. Si bien la mayoría de los personajes son adolescentes, es fácil sentir empatía por lo que les sucede y eso tampoco descarta las problemáticas de los adultos involucrados.
Mi única crítica es quizá hacia el componente mágico, que no está desubicado en sí mismo, pero cuando nos arriesgamos a contar historias que contienen memorias, sueños vívidos, realidades alternativas, varias líneas temporales, otros mundos, terrenos subconscientes y todas estas cosas… el hilo del que pende la coherencia se vuelve frágil. Fueron muchos los momentos en los que no entendía lo que pasaba y tuve que dejarme llevar para no frustrarme. A veces cuesta entender qué cosa es un sueño o realidad, o en qué momento un personaje dijo algo y así sucesivamente.
El factor sorpresa que más me agradó fue encontrarme con un profundo amor por la cultura indonesia atravesando al pueblo y sus personajes: posters, canciones típicas, festivales, vestimentas y otros detalles no sólo nos enseñan de un país del que poco sabemos, también encaja sin dificultad en la trama, poniendo de manifiesto lo fácil que es mostrar las propias costumbres sin que suenen extrañas.
El punto máximo: la estética
A Space for the Unbound tiene muchas virtudes, pero la estética fue lo que más me impactó: la paleta de colores es vívida y variada que atraviesa el más puntilloso pixelart. Si bien son claras las diferencias entre personajes principales y secundarios, cada uno de ellos está diseñado con señas particulares y mucho detalle. Me gustó muchísimo que no sólo haya presencia de distintas corporalidades, también edades, estilos y géneros.
El sonido no se queda atrás. Si bien casi no hay voces, la música es muy variada, no cansa y dependiendo por qué calle estemos a veces se modifican algunas notas según el ambiente de cada lugar, estas pequeñas cosas me parecen fabulosas.
Mi sorpresa fue enorme cuando descubrí la cantidad inmensa de escenarios que el juego tiene, cuando pensamos que sólo se podían recorrer un par de calles y la escuela, el barrio se agranda cada vez más y los espacios son uno más lindo que el otro; siempre respetando la estética de los años 90 y muchos de sus guiños de época, como el cyber café. Como si todo esto no fuera suficiente, nos tocará recorrer los mismos lugares en otras épocas y cada cosa que cambia está verdaderamente muy bien cuidada.
La creatividad que lo es todo
El gran desafío de hacer juegos que se basen en la narrativa, además de tener una historia interesante, es que no perdamos nuestra atención. Para eso, tiene que ser entretenido y para lograrlo hace falta una alta dosis de creatividad. Ideas originales, cosas que no se conviertan en un clon de tantas otras.
A Space for the Unbound demuestra como hay de esto en grandes cantidades en el estudio Mojiken. No es fácil plantear memorias, recuerdos, pensamientos y sentimientos en forma de escenarios para cada persona… pero lo cierto es que lograron sorprenderme con cada espacio creado: un programa de cocina frenética para una chef en medio de una crisis vocacional, un laberinto de fuego para una mujer que se siente culpable por haber prendido fuego accidentalmente una fábrica, un hombre preso de guerra que es esclavo de su necesidad de ser aprobado por su padre militar, podría seguir así todo el día.
No hay cosa que esté librada al azar y cada momento ha sido pensado con mucho cuidado.
Bonus track: un golazo para coleccionistas de trofeos
Atención, porque el juego tiene trofeos sencillos y otros no tan fáciles. Se puede terminar relativamente rápido la historia principal (alrededor de 6 hs, si lo hacemos con tranquilidad), pero hay un extra para los fans de platinar y puedo asegurar que A Space for the Unbound se encuentra en ese punto caramelo perfecto entre disfrutar lograrlo y no sentir que nos ha consumido todo nuestro tiempo… además, hay muchos secretos para descubrir y es realmente muy satisfactorio hacerlo: acariciar a todos los gatitos posibles, encontrar chapitas de gaseosa, encontrar el animal más suavecito y peludo del mundo, etc.
En síntesis
A Space for the Unbound es una joya que sorprende. Tarda en calar, pero les aseguro que realmente vale la pena. Por supuesto que puede tener sus fallas y hay que aprender a tolerar la enorme cantidad de narrativas surrealistas que propone, pero fuera de eso, cada momento que pasamos recorriéndolo es un claro recordatorio de que está hecho con muchísimo amor y dedicación.
Si bien estará disponible el 19 de enero para todas las plataformas, por el momento no cuenta con idioma español, sin embargo, se puede jugar en inglés y portugués, por si les resulta cómodo hasta que esté disponible en nuestro idioma.
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