Avatar: Frontiers of Pandora nos pone en la piel de uno de los últimos Sorentu, una tribu Na’Vi que se creía extinta luego de la última invasión de la Administración de Desarrollo de Recursos (RDA) a Pandora.
Quienes vieron la primera película quizás recuerden como los humanos creaban su Avatar Na’Vi para entablar relación con las tribus. Bueno, en esta ocasión el programa de embajadores lo que hizo fue criar a los últimos Sorentus, para que sean su nexo con Pandora, el resto de las tribus y tratar de obtener sus recursos de forma política.
Los Na’Vi, ni lentos ni perezosos, repelen a las fuerzas de la RDA, lo que lleva a que nuevamente se libre una guerra entre ambos bandos. La RDA quiere eliminar a los Sorentus, pero quién oficia de nuestra profesora durante el programa de embajadores nos mete en una especie de capsula de criogenia. La volvemos a encontrar 16 años después, y aquí es donde comienza nuestra travesía, ayudando a las distintas tribus Na’Vi a eliminar a la RDA de Pandora.
Básicamente este es el prólogo de Avatar: Frontiers of Pandora, el FPS de mundo abierto creado por Ubisoft. Que, si bien me entretuvo y se podría decir que lo disfruté, peca de lo que sucede mucho con este género, cuando quieren ser “el juego que busca ser todos los juegos”.
Porque claro, no es solo un mundo abierto, también incluye un árbol de habilidades, un sistema de crafteo de equipamiento y comida, un sistema de reputación para poder comprar equipamiento a las distintas tribus, un “Modo detective” y, por último, la posibilidad de jugar en modo cooperativo, pero solo con amistades.
Pero que no se mal interprete, las distintas mecánicas que propone están bien. Los recursos para craftear y cocinar se encuentran con bastante facilidad por toda la fauna y flora de Pandora, el modo detective o Na’vi Sense no simplifica la búsqueda de dichos recursos, cómo también nos ayuda a ubicar los objetivos de las misiones. Pero siento que el árbol de habilidades, el modo online y el sistema de reputación podrían no haber estado y el juego funcionaría igual.
La historia principal está conformada por unas 31 misiones, dándonos aproximadamente unas 15 hs de juego. Pero entre las distintas misiones secundarias, y la posibilidad de coleccionar todo lo que nos ofrece Avatar: Frontiers of Pandora, tendremos unas 25 horas totales. Quizás un poco más.
A mi gusto, un gran punto favor, ya que no todo el mundo tiene tiempo para juegos/historias de más de 60 horas. De hecho, en mi caso cada vez disfruto más las aventuras de un máximo de 20.
Si van a desembarcar en Pandora, les recomiendo que tengan paciencia. Las primeras misiones son medio lentas, ya que varias funcionan de tutorial sobre cómo manejarnos por su mundo. Pero una vez que obtenemos al Ikram, nuestra montura voladora, la experiencia mejora bastante. Ya que llegar de un punto al otro se torna mucho más fácil porque lo hacemos por aire y no teniendo que caminar, trepar y hacer parkour por toda Pandora. Inclusive tenemos una tecla que nos permite llamarlo.
Pero obtener dicha montura no solo afecta la forma en como nos trasladamos por Pandora, sino que también suma una nueva táctica de combate que nos será muy útil para derribar a los enemigos voladores, y nos ayudará en ciertas zonas de conflicto que tendremos que liberar.
Por último, cabe destacar el apartado gráfico y los controles. Gráficamente se ve increíble. Pandora está repleto de detalles que realmente hacen que se vea y se sienta tan maravilloso como en el cine. Así que, si disfrutan de los FPS de mundo abierto, les recomiendo que le den una chance a Avatar: Frontiers of Pandora.
Lo encuentran en PlayStation 5, Xbox Series, PC y Amazon Luna el 7 de diciembre.