Big Brain es TeamVerano
Big Brain Academy es el compañere ideal para estos meses calurosos, de noches en el patio o balcón (según corresponda) y cervecita en mano. Perfecto para estos tiempos donde el cerebro pide a gritos un descanso. Quizás parezca contradictorio con el título de la propuesta, pero no estamos ante una experiencia pensada para exprimirnos mentalmente, sino todo lo contrario, esta diseñada para el disfrute y la relajación acompañada de una fina capa de esfuerzo neuronal.
Desde el primer momento el recibimiento es amable, la bienvenida esta compuesta de música, animaciones y colores que buscan transmitir tranquilidad. Aunque la obra pertenece a un género más ligado a una exigencia de nuestras habilidades cerebrales, el enfoque adoptado se parece más a un spa mental que a un reto intelectual. En otras palabras, no estamos ante un sucesor del famoso Brain Training o un juego de la saga Layton, gracias a Jebus.
Yo no quiero volverme tan loco
Los retos se dividen en cinco categorías principales: Agudeza, memoria, análisis, cálculo y percepción. Dentro de cada una nos encontraremos con cuatro ejercicios diseñados hasta el mínimo detalle. Este es el punto fuerte de la experiencia, el cuidado puesto a la hora de desarrollar cada uno de los desafíos es impecable, tanto en el apartado visual como en la mecánica implementada para resolverlos.
La intensidad de cada ejercicio escala a medida que mejoramos en tiempo real, es decir, comenzamos con una dificultad baja para entender el modo el funcionamiento y aumenta mientras acertamos, siempre dependiendo de la velocidad con la que lo hagamos. Estamos ante una obra que sabe equilibrar la recompensa ante cada acierto y la penalización ante el error, siempre vamos a sentir que aprendemos, que mejoramos ante cada intento.
Ya lo mencioné al final del párrafo anterior, pero ante este tipo de experiencias vale la pena subrayarlo: en ningún momento te vas a sentir frustrade. El estudio toma una decisión muy clara en este sentido, todas las partes están pensadas para adecuarse a las capacidades y edades de cada jugadore y lo hace de manera orgánica (incluye un modo de ayuda infantil) y, llegado al caso de enfrentarte con una actividad que te resulta incómoda siempre existe la opción de elegir otra para volver a intentarlo más tarde.
Demoliendo puzles
A través de la modalidad “Repaso” iremos conociendo cómo funciona cada una de las pruebas que componen el núcleo jugable y a medida que superemos los desafíos, dependiendo de nuestra habilidad, recibiremos medallas y monedas que nos permitirán subir de nivel y obtener mejoras cosméticas para personalizar nuestro avatar.
La variedad de posibilidades es lo suficientemente diversa para que podamos entrenar cada una de las aptitudes, aun cuando no nos favorezcan o no sean nuestras mejores virtudes, sin embargo, una vez que las dominemos por completo entraremos en una meseta ¿Cuánto tiempo entrenaremos para mejorar nuestro rendimiento personal? Dependerá de cada une pero la repetición se hace presente y, las recompensas visuales no son suficientes para mantener la motivación pasadas ciertas horas.
Big Brain no puede ser feliz en soledad
Esta es quizás la parte más floja de la obra, el sistema de progresión parece pertenecer a un juego de otra índole, basado en la obtención de accesorios y vestimentas que nos permiten personalizar nuestro avatar. El problema reside en que este no tiene presencia en los retos entonces, ¿Cuál es la motivación para personalizarlo? Realmente ninguna. En todo caso, este apartado, aunque no significa un incentivo atractivo para mejorar nuestras puntuaciones, tampoco afecta negativamente la experiencia global.
Como objetivo mayor luego de intentar varias veces superar los desafíos podremos medir nuestras habilidades en el modo “Examen” el cual se compone de un reto aleatorio de cada categoría y, nos permite medir nuestro vigor cerebral. La sensación de satisfacción al mejorar tras varias jornadas de práctica realmente está muy lograda, sumado a la perfección de diseño en cada uno de los ejercicios posicionan a Big Brain Academy como una experiencia notable, aunque la verdadera diversión no se encuentra en su faceta solitaria.
Brain para tres o cuatro
En el apartado individual también podremos medir nuestras habilidades contra otras personas a través de la batalla fantasma, que nos empareja con otres jugadores vía online, pero la experiencia se mejora exponencialmente en el modo fiesta (de 2 a 4 jugadores). Esta opción resulta sumamente atractiva al ampliar la vida útil del juego y, como no requiere de una segunda consola para acceder a esta modalidad, podremos disfrutarla a través de la pantalla táctil o con los Joy-Con mientras hacemos sobremesa.
Si querés un fichín donde poner a prueba tus capacidades intelectuales sin derretir tu cerebro en el intento, este es tu juego ideal, una opción más que entretenida para pequeñas reuniones entre amigues o familiares, aunque la experiencia se resiente en la modalidad individual, volviéndose repetitiva a las pocas horas.
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