Final Fantasy VII es la gallina de los huevos de oro de Squaresoft Square Enix. Basta con ver la cantidad de spin-offs, remasters y remakes para dar cuenta de ello. Ha habido película, juego mobile, precuela, un intento de Devil May Cry, precuela de la precuela, reversiones y hasta un battle royale (aunque este último ya está cantando las hurras luego de un año de vida). La gran parte de este abanico multimedia fue bien recibido tanto por la crítica como por les consumidores y, sin dudas, Crisis Core – Final Fantasy VII es uno de los productos que más alto rankea.
Originalmente publicado entre 2007 y 2008 (primero en Japón, luego el mundo) de forma exclusiva para PlayStation Portable (PSP), Crisis Core se ubica 7 años antes de los eventos de Final Fantasy VII y nos narra las aventuras de Zack Fair: un carismático miembro del grupo SOLDIER, cuyo objetivo en la vida es tan simple como ser un héroe. Quince años mas tarde, Crisis Core sale del letargo portátil y da el salto a cuanta plataforma hay disponible, imagino en parte para tener contexto del universo Final Fantasy VII de cara a Rebirth, segunda entrega del mega remake que atraviesa FF VII, próxima a salir en 2023.
El pibe de los recados
Crisis Core – Final Fantasy VII es un excelente juego portátil. Tiene una estructura bastante lineal, dividida en capítulos y con una plétora de misiones breves por completar. Y es que, como buen soldado que somos, todo en Crisis Core se termina resolviendo en una misión a los bifes. Recuerdo que esta dinámica encajaba perfecto con la consola en cuestión, dejando avanzar a paso firme sin necesidad de sesiones de juego extensas. Distinta es la sensación que genera en consolas hogareñas, en donde creo que se queda corto como experiencia en general y tiende a volverse extremadamente repetitivo.
Lo que no deja de brillar, independientemente del formato, es la cantidad de historia y armado de universo que aporta Crisis Core. Vemos de primera mano el ascenso de Zack dentro de las filas de SOLDIER mientras presencia como sus mentores, los héroes que tanto admiraba, descienden uno a uno a los lugares más oscuros del ser. Lo único que mantiene firme y en pie al pobre Zack es el poder de las relaciones, fundamentales tanto desde la narrativa como en el gameplay.
Memorias que golpean
Usualmente, Final Fantasy es una franquicia asociada a manejar un grupo de héroes y heroínas durante un combate por turnos. No es el caso de Crisis Core: los turnos le ceden el lugar a un combate en tiempo real en donde solo comandamos a Zack, que puede golpear, bloquear, usar habilidades y magias mediante la asignación de Materias (esas piedritas de colores con poderes) y utilizar el poder de la amistad para acceder a golpes de desesperación (los bien ponderados Limit Breaks).
Durante cualquier encuentro con enemigos hay una suerte de máquina tragamonedas con tres ruedas que giran sin cesar (síganme en esta, que tiene sentido). En esas tres ruedas hay números, pero también hay personajes: personas con las cuales Zack interactúa a lo largo de toda la historia y que establecen algún tipo de vínculo con él. Este sistema, llamado DMW (Digital Mind Wave), no solo nos da acceso a diferentes buffs temporales durante el combate (invencibilidad, magias sin consumo de MP, etc) sino que además es la manera en la cual tanto materias como Zack suben de nivel (con un 777 para esto último, sic).
Suena un poco trillado, pero pasa que esa maquinita tragamonedas de memorias se alimenta de los puntos de experiencia que ganamos. Sin puntos de experiencia, los slots no giran y Zack no progresa. Finalmente, si lo que coinciden son las caritas de una persona querida, ganamos acceso a un Limit Break. Es raro, pero es un sistema divertido en líneas generales.
Ah, pero que bien se vé
Crisis Core – FF VII – Reunion es de esos remasters que hicieron la tarea en el departamento de presentación. Casi todo componente atravesó un proceso de actualización digital que directamente elimina cualquier sospecha de que esto es un juego de PSP. Personajes, fondos y hasta algunas animaciones parecen haber sido creadas de cero brindando así una experiencia muy moderna desde lo visual, corriendo a 4K y 60fps en las consolas de esta generación (en Switch corre a 720p y 30fps). El único momento en donde “se ven los hilos” quizás es en las animaciones dentro de la historia, que si bien de por si son muy bonitos, se nota que le aplicaron un filtro y un re-escalado y a otra cosa. De todas formas, no afecta a la experiencia general.
La otra gran novedad es que tiene actuación de voz en todo momento, algo que en el original estaba reservado únicamente para cinemáticas. Acá todo diálogo tiene voces adjuntas, inyectándole vida y alejándolo aún más de su primera versión (en el buen sentido). Lo único que me apena es que la música no haya recibido ningún tipo de tratamiento. Ojo, el soundtrack es correcto pero podría haber utilizado un par de tracks nuevos, teniendo en cuenta que algunos se vuelven un tanto repetitivos (y genéricos) a lo largo del tiempo.
¿Victoria?
Si bien creo que hay una desconexión entre el tipo de juego y las plataformas a las que está siendo adaptado, no dudo que Crisis Core – Final Fantasy VII – Reunion es un remaster que archiva de por vida a la versión original y se impone como la manera definitiva de experimentar la historia tan entretenida de Zack Fair. Fundamental para cualquiera que tenga tolerancia a la repetición así como un lugar en su corazón para los RPGs orientales.
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