Es una sensación rara y bonita cuando seguís el desarrollo de un videojuego desde sus primeros avances, mirando cada nuevo trailer y concept art en Twitter por años, y un día llega a tus manos. Y Dordogne es uno de esos casos.
Con ver un sólo screenshot ya imaginarán por qué me llamó la atención desde sus inicios. ¡¡Está todo pintado en acuarela!!! Y acuarela real, además.
Dordogne fue producido, junto a Umanimation y About Focus, por el estudio Un Je Ne Sais Quoi, cuyo director Cedric Babouche es artista y animador. Pintó cerca de 200 ilustraciones para hacer el juego. A mano, en papel real. Y se nota. Es una locura.
Dordogne es una aventura muy guiada por la historia, donde vamos a seguir los pasos de una mujer adulta que, ante la muerte de su abuela, se pone a recordar cosas de su infancia.
Hay un pequeño misterio para resolver, que es que ella no tiene casi recuerdos de su abuela, y al volver a su casa para vaciarla antes de venderla va a acordarse de a poco el último verano que pasaron juntas, hace 20 años. La familia nunca se llevó muy bien entre sí, por lo que luego de ese verano se rompieron lazos, y es nuestra misión explorar la casa y los recuerdos que va despertando para tejer esta trama familiar.
En cuanto al gameplay, vamos a dar vueltas por ahí, en un entorno 3D pintado a mano bellísimo. Tendremos montones de pequeños minijuegos que van haciendo avanzar la trama, algunos diálogos con opciones, objetos escondidos en el mapa para coleccionar y para tratar de ir atando los cabos de la historia.
Además, hay un pequeño ejercicio creativo de armar un cuaderno de recuerdos. Para eso, podemos sacar fotos, grabar sonidos, encontrar stickers y palabras (algunas las encontramos explorando, y otras son las opciones de diálogo que elijamos en las conversaciones). Y con eso, armamos no sólo un collage, sino poemas con las palabras que vamos juntando a lo largo del día. Similar a lo que hizo este mismo año SEASON: A letter to the future.
Creo que lo único que le criticaría es que quisiera tener más momentos para sacar fotos y grabar sonidos, ya la escases limita las imágenes que podemos poner en el cuaderno. Porque algo interesante que pasa con Dordogne es que, por muy hermoso que sea, cada tanto me producía una necesidad de dejar de jugar y ponerme a pintar, o a armar un cuadernito con stickers. ¡Y me parece algo muy bueno!.
Se suele hablar sobre la inmersión, sobre los juegos que te atrapan y te hacen sentir dentro, pero un juego que te da ganas de salir a vivir el mundo real me parece igual de valorable. Con algunos colegas debatimos bastante en nuestro blog sobre el concepto de “emersión”. Videojuegos que, lejos de atraparte y volverse un vicio de horas, te hacen mirar hacia afuera. A tu propia vida, a tus recuerdos.
El filósofo Gastón Bachelard habla en su Poética Del Espacio acerca de cómo los buenos escritores, al describir un hogar, pueden hacer que el lector levante los ojos del libro y recuerde su propia infancia. Y esto es lo que produce Dordogne. Todo el tiempo te hace pensar en tus propias vivencias. Y aunque una quiere saber qué pasa en la historia, a la vez te da ganas de dejar el joystick a un lado y ponerte a pintar, a sacar fotos, a armar tu propio cuaderno de recuerdos.
For Dordogne, we work in Blender for all the assets, animations (3D + grease pencil) and cinematics.
Being able to work in real-time thanks to eeve helps to get an idea of the final look we’ll achieve in Unity. #screenshotsaturday #madewithunity #b3dhttps://t.co/27aQAyNmc1 pic.twitter.com/7Kd96MDRD5— Cedric Babouche (@Cedric_Babouche) November 21, 2020
Otra cuestión que solemos debatir es sobre las obras con identidad propia, que son un reflejo de la realidad de sus creadores. Con David Fernandez Huerta en el podcast Early Access hablamos, por ejemplo, sobre los guiños culturales a España en Alba. Y sin ir más lejos, en Dordogne se siente todo muy francés. Los lugares son todos reales, e incluso hay muchos guiños que me hacen sentir que hay cosas de las que nos perdemos por no saber de historia de Francia.
Afiches, discos, libros y menciones de películas, de las que sólo puedo reconocer algunas. Hay comentarios sobre “la religión” de uno de los personajes, se habla sobre las políticas de inclusión o no de esa religión en las escuelas… Y siento que un francés entendería mejor toda esa subtrama.
Aunque toda esta reflexión está lejos de ser una crítica, ya que me parece super bonito sentir que puedo tener un pequeño pantallazo de Francia jugando Dordogne.
En este título hay que leer bastante, y hay muchas escenas con actores de voz. Lo bueno es que todo el texto está en castellano de Latinoamérica, e incluso podemos elegir las voces en francés, español de España, inglés, japonés, alemán y varios idiomas más. Un gran trabajo de localización.
Lo pueden encontrar en Steam desde el pasado 13 de junio por dos mil pesos argentinos más impuestos, o jugarlo en todas las consolas.