Un robotito que como cabeza tiene una pecera, y es controlado por un pez. Metroidvania. Dibujado a mano. Con estética medieval. ¿Algo más se puede pedir?
Feudal Alloy nos presenta una mezcla de estéticas llamativa y muy interesante, fusionando lo medieval con lo tecnológico robótico. Tecnología de punta que, de todas formas, en ese universo ya tiene unos años, así que se ve tan gastada como los banderines y las estructuras de madera.
Hay una influencia clara de Hollow Knight en la manera de construir los niveles con assets dibujados a mano, con toques que parecen directamente salidos de Cartoon Network. Realmente entra por los ojos, y se ve increíblemente bonito.
Feudal Alloy es un metroidvania clásico, en el que exploramos cavernas llenas de puertas y pasajes por los que claramente vamos a poder pasar en un futuro cercano cuando consigamos alguna habilidad que lo permita. Podemos intercambiar todas las piezas de nuestro robot como si de un Medabot se tratase, aprender nuevos ataques que van a volver mucho más interesante el combate, y elegir nuestro leveleo con un pequeño árbol de habilidades.
Lo más innovador que trae al tablero es el sistema de estamina, que acá se llama “cooling”.
La stamina se gasta cuando atacamos o usamos algunas habilidades posteriores como el dash, y lo que sucede es que nuestro robot se sobrecalienta. Por lo que tenemos que ir dosificando los ataques o alternar con bombas para evitar un sobrecalentamiento que nos deje sin la posibilidad de defendernos.
Además, en Feudal Alloy hay lugares donde la temperatura es más alta, y ahí tendremos que apelar a pócimas de hielo que nos da unos segundos de changüí para poder atacar. Éstas pócimas también son útiles para los “bosses”, que consisten en hordas de enemigos en olas.
Estos bosses que no son bosses me llevan a la gran crítica al juego, y es que cuando se hace algo tan artesanalmente y con tanto amor… es costoso hacer variedad. Entonces durante la primera mitad de la aventura (que en total dura unas 8 horas) vamos a andar por ambientes más bien similares, hasta entrar a la parte más “castillo” de la segunda mitad. Hay variaciones, claro, pero se siente todo bastante uniforme.
Lo mismo pasa con la música, que al principio se hace muy repetitiva. Hay varios enemigos diferentes, pero luego nos encontramos con variaciones de los mismos. Y bosses hay dos.
Me quejo de llena, lo sé, pero los metroidvania dependen un poco de la sorpresa de entrar a un lugar totalmente nuevo, parte de la gracia de la exploración es eso. Igual lo cierto es que Feudal Alloy cumple, es atrapante, divertido y muy hermoso visualmente.
Es más sorprendente lo pulido que está cuando uno se entera de que fue hecho por sólo tres personas. Un matrimonio de República Checa: Eva Navratilova y Lukas Navratil que forman Attu Games, el equipo principal; y música de Matt Steed. Realmente increíble.
Irónicamente, llegué a este juego de 2019 hace unos días, gracias a ponerme a mirar el catálogo de Xbox. Estaba muy barato y lo compré casi sin pensar. ¿Por qué digo irónicamente? Porque esto sucedió la misma semana que un Tweet de sus creadores se volvió extremadamente viral, y fue incluso levantado por IGN, Kotaku, Rock Paper Shotgun, y todos los medios gigantes.
Resulta que el equipo detrás de Feudal Alloy está haciendo ahora un juego donde todos los gráficos de los personajes están BORDADOS. Sí, así como leen. Una locura.
🦌 New trailer 🦌
Scarlet Deer Inn – an embroidered exploration adventure game with a medieval setting inspired by Slavic folklore.
Each character frame is physically embroidered and the music is made using traditional instruments.
Wishlist: https://t.co/khIoAH3TA0
RTs are❤️ pic.twitter.com/vvG8QWIvDI— Attu Games (@Attu_Games) September 21, 2022
Pasando en limpio: 8 horas de exploración, upgrades, castillos dibujados a mano y espadazos. Todo disponible en castellano, entre otros idiomas. Y a un precio super accesible. Lo buscan en Steam, en la tienda de Xbox, de Playstation 4 o de Switch. ¡Cuiden a su pececito robot!