Decir que Gears of War 4 es el Episodio VII de la franquicia de Microsoft es quizás un cliché, pero por algo lo es. The Coalition fue por lo seguro en aquel entonces, estableciendo una buena base para demostrar su capacidad, pero al mismo tiempo decepcionado a quienes esperaban caer deslumbrados. Tres años después, y como sucedió en el caso de Star Wars, llega Gears 5 para darnos una verdadera demostración de poder.
Ya el cambio de nombre es el primer indicativo. El equipo de desarrollo se ha atrevido finalmente a apropiarse de lo que es suyo, y lo que nos espera por delante es una experiencia de puro deleite tanto para veteranos como para quienes visitan Sera por primera vez.
La historia nos encuentra varios meses después de los eventos de la entrega anterior, mientras el COG y el resto de lo que queda de la humanidad se enfrenta a una Swarm cada vez más inteligente y hostil. Es un tiempo de cambios, con facciones que hasta hace poco se odiaban a muerte uniendo fuerzas para poder sobrevivir, y estos cambios influyen también al trío protagonista.
JD, Kait y Del vuelven al ruedo, pero la unión que fueron construyendo en GoW4 ya no está presente. Hay tensiones, hay secretos que no se quieren contar, y hay choques que provocan un fuerte cambio de roles. Kait pasa a ser el centro de este capítulo, quebrando el histórico liderazgo de los Fenix y ofreciéndonos una perspectiva fresca, que nos involucra de manera más profunda con el conflicto central.
Y me gustaría seguir girando en torno a la palabra “involucrar”, porque The Coalition hace por fin algo que quizas muchos no sabíamos que necesitábamos: Involucrarnos. Por un lado con los personajes, que comparten sus miedos y debilidades, sus sueños y esperanzas, que desbordan de personalidad como nunca se vio en esta franquicia. Los diálogos de Gears 5 son exquisitos, y son empleados de forma precisa en los tiempos muertos, atipicamente abundantes para esta serie, al punto tal que muchos de ellos llegaron a convertirse en mis momentos favoritos de la historia.
Pero todavía me falta hablar del otro lado, y ese son los escenarios, que también nos involucran pero en este caso con la historia de Sera. Desde locaciones extraídas de por lo menos tres de las entregas anteriores, pasando por la congelada meseta de Jacinto, y hasta los nunca antes vistos territorios de la UIR, el juego hace un extensivo uso de su sorpresivamente rico canon para contarnos la historia de este mundo. En ese sentido, incluir espacios Open World es otro gran acierto, permitiéndonos explorar a nuestro gusto cada rincón y descubrir todos sus secretos.
Tomarnos nuestro tiempo también tiene otra ganancia: Mas tiempos muertos, y por ende más diálogos. Debo estar muy insistente con el tema, pero es que es algo vital para poner al juego tan arriba de la serie.
El equipo de desarrollo ha hecho un trabajo meticuloso en la evolución de cada personaje. Ya no son esos símil modernos del trio original, sino que portan personalidades bien definidas y más complejas. El trabajo se destaca de manera particular en Del y Kait, pero también JD demuestra ser mucho más que el “nene rebelde”, al mismo tiempo que su relación con Marcus encuentra nuevos matices. Fahz, la nueva adición, surge del cliché para cubrir el rol de comic relief, pero no pierde tiempo en transformarse en una gran apuesta a futuro.
Los originales, los veteranos, siguen presentes pero por fin entregan la posta, ubicándose en un espacio secundario. Baird y Marcus se ponen en el rol de guías, mientras que Cole hace un par de apariciones para agregar picante. Que den un paso al costado es otra de las muchas buenas decisiones de Gears 5. Es lo que permite que la nueva generación brille, y es también desde ese lugar que ellos se lucen de forma más positiva para lo que vendrá.
Marcus es en ese sentido, y por supuesto, la gran promesa. No solo por la relación que ya describí con JD, también es el nuevo espacio que ocupa en la vida de Kait algo que tendrá mucho peso en el futuro. Ambos son a su manera huérfanos, y construyen entre si una relación padre-hija que los enriquece como personajes, con un Marcus más humano y una Kait que necesita encontrarse y estar en paz con su identidad. Esta relación es también una generadora de nuevas tensiones, y será interesante ver qué provoca en la próxima entrega.
Además de los espacios Open World son interesantes también algunas mecánicas y convenciones importadas desde los RPGs. No quiero entrar en detalles para evitar spoilers pero con importadas me refiero a que el juego no inventa nada nuevo. Son elementos que ya conocimos en otros títulos. Sin embargo, el mérito se lo lleva al adaptarlos de manera perfecta a la serie, sin perturbar su esencia e inflándola con un bienvenido aire nuevo, y paso a paso, dar el golpe de efecto perfecto.
La campaña es sólida, enriquece como nunca a personajes y el universo en su totalidad, y es la primera vez en varios años que hablo con muchísimo entusiasmo sobre un título exclusivo de Xbox. Todo esto me permite afirmar que, solo por el single player, Gears 5 representa el pico de toda la franquicia. Súmense.
Multiplayer
El multiplayer se puede definir como una gran alfombra roja. Gears 5 se propone agrandar el público que consume la serie, pero no basta solo con ofrecerlo dentro del Xbox Game Pass. Por eso es una gran estrategia ofrecer dentro de este aspecto opciones diversas, que atienden a las necesidades de un amplio espectro de jugadores.
Por un lado tenemos el modo versus que ya conocemos de memoria y nos ofrece esa experiencia táctica y brutal que tanto nos gusta, con la opción de participar en partidas rankeadas si nos interesa explorar el ambito competitivo. Pero también hay bots para quienes quieren tomarse las cosas con más tranquilidad y practicar un poco
También familiar es el modo Horda, que siempre se ha destacado por ser la frutilla del postre para quiene gustan de una experiencia cooperativa, y vuelve a hacerlo acá con un set de personajes y habilidades interesantes. La adición del robot Jack como personaje jugable es la movida más notoria. Sin la misma capacidad para matar, nuestro amigo flotante cumple un rol estrategico como soporte, ayudando a la obtención de armas, reparando defensas y manteniendo vivo al equipo.
En Horda ya no se trata de aguantar, o al menos no exclusivamente. Planear a corto y largo plazo es esencial para sobrevivir las 35 rondas. La presencia de Jack, asi como los distintos sets de armas y habilidades que portan cada uno de los personajes que podemos elegir asientan esta necesidad, y como sucede en el single player, enriquecen el juego sin alterar su esencia.
Pero Horda siempre tuvo un problema: El tiempo. Superar todas las hordas del juego lleva largas horas, y para practicamente cualquier persona de más de 20 años contar con ese tiempo es difícil, y muy difícil si encima tenemos que coordinar con otros amigos. Por eso es genial contar ahora con Escape, un nuevo modo para hasta tres jugadores en el que tenemos que escapar de un mapa tras acticar una bomba de gas tóxico.
Los mapas rotan cada dos semanas, y el nivel de dificultad lo variamos a nuestro gusto sumando o no una serie de modificadores a la partida. Como sucede en Horda, acá también es importante revisar el set de habilidades de cada personaje que elegimos, y tratar de coordinar con nuestro equipo para lograr el mejor rendimiento de nuestro trío.
Si bien la premisa es diferente Horda y Escape, ambas opciones comparten mucho entre si. Pese a que este último todavía necesita de algunos ajustes para que no se sienta tan repetitivo y predecible, va encaminado a darle a los jugadores sin tiempo la opción cooperativa que no encontraban en el juego.
Para cerrar
The Coalition se animó a más, y logrando el equilibrio perfecto entre herencia e impronta propia ha logrado poner a Gears of War en lo más alto de su historia. 343i debería tomar nota de esto para Halo, y ustedes deberían meterse a Gears 5 ahora mismo.
[rwp-review id=”0″]
Desarrollador: The Coalition
Lanzamiento: 6 de septiembre de 2019
Plataformas: Xbox One – PC
¿En Español?: Si.
Fuente: Copia provista por Xbox Game Studios (XB1).