Antes de empezar la nota, vamos a dejar en claro que: Juegos con grapple hooks >>>>>> todo lo demás.
Más allá del meme, es una de esas mecánicas que siempre funcionan, todavía no se han explotado tanto como para que la gente se canse. Así que Grapple Dog tenía desde el vamos un cierto público asegurado.
Grapple Dog es un plataformero con mucho aire retro, especial para quienes venimos jugando desde que Sonic y Mario eran chiquitos. Fue realizado por Medallion Games, que son el diseñador y artista de Londres Joseph Gribbin, con Jazz Mickle y Damion Sheppard en música y sonido, y publicado por Super Rare Games.
Nos vamos a encontrar un mundo super colorido y un pixelart muy bonito, compuesto de seis mundos principales (más uno final) con un buen puñado de niveles adentro, entre los principales (que son 33), los desafíos extra, y los bosses… Un montón de lugares para saltar y balancearse. Obvio que el gran foco es el plataformeo, pasando casi todo el tiempo en el aire: hamacarse, colgarse, hacer walljumping, rebotar o salir disparados por ahí. Realmente la jugabilidad es muy ágil y, sin ser difícil, se siente desafiante.
Logra hacernos sentir la adrenalina de los títulos que requieren mucha precisión (Celeste, te estoy mirando a vos) pero con una dificultad mucho más accesible. ¡Sin que se sienta tonto o trivial! La curva de dificultad hace una progresión lenta y cuidada: cada nivel nos presenta una mecánica ambiental diferente, que se va apilando con las anteriores. Y al llegar al boss del mundo, vamos a ir repasando esa misma progresión pero en una situación más vertiginosa (léase: con un monstruo robot que nos persigue).
Este es uno de los momentos en donde se siente la influencia retro, muchas mecánicas recuerdan a los viejos Sonic de la Sega Génesis, por ejemplo. Pero siempre con el giro de llevar el gancho para todos lados. Al principio sentí que lo único que le faltaba al gameplay era poder usar el gancho en todos lados (y no sólo en las superficies azules), pero después entendí el potencial de puzles que emerge de esa limitación, y entendí el por qué de esa decisión de game design.
Otro detalle lindo son los secretos. Hay una cierta cantidad de gemas a recolectar para pasar de mundo, muchas están escondidas detrás de paredes que no son tales, o protegidas por algún pequeño desafío. El level design es, de nuevo, simple pero ingenioso. Tiende a ser bastante obvio dónde puede haber gemas o frutas escondidas, y aún así al encontrarlas decimos “ja, lo sabía”. Esa pequeña satisfacción del descubrimiento. Además, cada nivel esconde una moneda secreta que nos abre el acceso a un bonus, con algún desafío especial, generalmente usando límite de tiempo.
La historia es muy simple, y casi que se mete un poco en el camino. Quizás es simplemente que me sobran 20 años de vida y la narrativa está apuntada a un público más infantil. Igualmente, al empezar hay una intro que se me hizo larga hasta poder empezar a jugar. Luego algunos momentos más de diálogo que, excepto por lo lindo de las ilustraciones y algunos chistes, realmente sentía que interrumpían la acción; yo sólo quería volver a los niveles.
Con la música tengo una relación de amor y odio. Los temas son excelentes, una mezcla hermosa entre Tee Lopes (Sonic Mania) y 2Mello (Jet Set Radio), pero con un toque personal. Apenas empecé el primer nivel dije “Guau, ¡qué canción buenísima!”. Pero el mismo tema se repite en todos los niveles del mundo, incluso aunque el paisaje cambie. Si dentro de las cuevas hubiese un remix, por ejemplo, yo ya sería feliz.
En síntesis, Grapple Dog nos presenta todas las emociones de un buen plataformero, ofreciendo unas cuantas horas de entretenimiento. Tanto para quienes venimos disfrutando del género hace varias décadas, como para quienes recién se inician. Porque además, hay desafíos de speedrun y de time trial. También muchas opciones de accesibilidad para que realmente esté al alcance de todo el mundo. Si quieren acompañar a Pablo el perrito y sus amigos en la aventura, lo pueden buscar en Steam o jugar en Switch.
Si llegaste hasta acá y te gusta lo que hacemos en Press Over, medio independiente hecho en Argentina, siempre nos podés apoyar desde la plataforma de financiación Cafecito. Con un mínimo aporte nos ayudás no sólo con gastos corrientes, sino también con la alegría de saber que estás del otro lado