Hacer una crítica es un trabajo en el que uno debe tomarse un tiempo para pensar lo que se probó y en qué condiciones se lo hizo. Escribir un análisis requiere interiorizarse en la producción de un título, en su desarrollo y en el resultado final. En mi caso siempre trato de decir algo bueno, porque soy consciente del esfuerzo que hay detrás. Por desgracia, hay veces que uno hace pone lo mejor de sí, pero sigue sin encontrar un aspecto rescatable, este es uno de esos casos.
Green Phoenix está desarrollado por Broken Simulation y distribuido por Zerouno Games. Es el primer desarrollo de este estudio español y estuvieron muy interesados en acercarnos un código para realizar una review. Me los puedo imaginar emocionados por ver las reacciones de la prensa y de los jugadores, por eso lamento tanto tener que decir que me decepcionó en todos los aspectos.
Arranca con una pequeña secuencia de títulos que presenta a sus creadores y la empresa que los distribuye. Desde ahí me encontré con un menú de inicio simple, fui a las configuraciones para revisar los controles y tuve mi primera sorpresa: una escasa cantidad de opciones de personalización. Solo se puede modificar el idioma y algunos aspectos menores pero por lo demás está muy limitado.
No es la primera vez que me encuentro con algo así, pero nunca es una buena señal. Ignorando eso, procedí a seleccionar el único capítulo jugable en ese momento e inicié mi partida. Lo primero que noté fue un error en las animaciones, la nave que debía controlar estaba en una posición extraña, como en una suerte de “T-Pose” permanente.
Como me quedaban dudas, decidí mirar el trailer y efectivamente había un problema. Después de muchas reinstalaciones, actualizaciones de drivers y otras vueltas, elegí seguir así porque no se corregía la situación. Pueden llegar a imaginar mi descontento por controlar un vehículo que estaba fijo y sin ningún tipo de efecto, era como manejar un modelo 3D sin terminar.
Pero decidí seguir intentando, después de todo igual debía escribir este análisis. Apliqué toda mi paciencia y arranqué el primer capítulo nuevamente. En este nivel introductorio se presentan dos personajes: una IA incorporada a la nave y Dana, su piloto. A medida que recorría este prólogo, la inteligencia artificial me iba relatando el estado de la galaxia y la situación del planeta por el que estaba viajando.
La historia que me contaba esta IA era genérica, hablaba de un conflicto que ocurrió en el pasado entre robots y humanos. Definía a cada una de estas facciones y detallaba cuáles eran sus diferencias. Todo parecía como un rejunte de ideas, una acumulación de clichés típicos de la ciencia ficción.
Mientras escuchaba la narración, todo lo que tuve que hacer en ese escenario fue esquivar unos autos voladores que llenaban las calles de la ciudad. Podía disparar pero no había ninguna razón real para hacerlo, nada me amenazaba y ningún objeto llamaba mi atención. Cada pieza del ambiente se sentía artificial y fija, como si fueran muñecos puestos en una maqueta.
Después de unos 15 minutos haciendo absolutamente nada, el nivel terminó y volví al menú de inicio. No hubo una transición o algo por el estilo, tuve que volver ingresar a los capítulos y seleccionar el que se que se acababa de desbloquear. Un paso engorroso, que seguía minando mi paciencia.
Igual elegí seguir, esperando que algo cambie y aunque genuinamente creí que el segundo nivel iba a ser distinto, la experiencia fue exactamente la misma. Esta vez no había que esquivar coches futuristas, ahora eran asteroides y minas que flotaban en el vacío del espacio. Mis acciones eran nuevamente limitadas, solo podía usar los cañones de la nave para disparar a los objetos que se me cruzaban pero el único motivo que tenía (conseguir unos cristales) era insuficiente.
Mi acompañante volvía a contarme una historia de esta zona, esta vez dándome más detalles de la relación que tenía con la piloto pero todo era como ruido en mis oídos. Green Phoenix me había perdido, era como escuchar lo que un bot generaba después de estar expuesto a 2000 horas de ciencia ficción.
Ninguno de los cuatro niveles ofrece algo distinto a los primeros dos. De hecho van empeorando incluso cuando agregan algunas dificultades ambientales. Al finalizarlos se desbloquea un modo arcade infinito que es básicamente insufrible, todo los problemas se repiten en un bucle eterno que probablemente nadie quiera padecer.
En su página de Steam anuncian a Green Phoenix como “Un Shooter arcade sobre ruedas con ambientación espacial y fusionado a una narrativa profunda centrada en los conceptos de Ego y el verdadero significado de la libertad” pero nada de esto se cumple.
En los cuarenta minutos que dura Green Phoenix no tuve ninguna propuesta novedosa, no pude ver la identidad de sus creadores y solo llegué a notar sus pretensiones. Es una experiencia que falla en la narrativa por ser genérica y cae estrepitosamente en su jugabilidad por tener un diseño nulo. Estoy seguro de que muchos niveles pueden terminar sin apretar ningún botón y eso jamás puede ser algo bueno.
Como dije al principio, trato de ser lo más justo posible y entender que esta probablemente sea la primera experiencia de desarrollo de sus creadores. Pero incluso teniendo todo eso en mente jamás sentí que esto sea un producto terminado, es más como un prototipo por el que están cobrando. Hay una idea muy vaga de lo querían lograr, pero el resultado está demasiado lejos de sus intenciones.
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