Cuando me enteré que Square-Enix, la empresa a cargo de franquicias fundacionales en el rubro JRPG como son Final Fantasy y Dragon Quest, iba a lanzar lo que parecía un híbrido de rol con un farming-sim, me emocioné un poco. ¿Cómo no hacerlo? Han hecho incontables títulos que he disfrutado incluyendo recientemente el Triangle Strategy y el remake del Live A Live, dándome a mí y a un montón más de personas inmensurables horas de diversión.
Sin embargo, no pude evitar sentir una sensación de vacío por momentos cuando lo jugué. Harvestella es bello, pero esperaba otra cosa. Tal vez sea que la historia no me hizo “click” desde un principio, o porque el inicio te lleva de la mano un buen rato, cosa que un poco parodiaba Undertale ya en su momento por la tendencia en general de los títulos mainstream y no tan mainstream. Tampoco ayudó el primer trailer, que se enfocaba más en la vida en la granja que en los aspectos roleros. Aún así, le seguí metiendo fichas.
Uniendo dos mundos diferentes
Primero lo primero, ¿Qué es lo que estamos reseñando? Harvestella es, como dije, un JRPG, tirando más al Action-RPG si se quiere. Tiene combates donde controlás a tu protagonista, a veces con ayuda de NPCs que aportan diversas habilidades, otras por tu propia cuenta. Vas a poder personalizar con diversas clases desbloqueables a lo largo de la trama, junto con ataques y habilidades nuevas que te permitirán encontrar tu estilo propio. Además, recorreremos distintas ciudades, de acá para allá, como bien sucede en el género, cada una con historias distintas para contar.
“Pará, ¿y la parte farming-sim dónde entra acá?” estarás pensando. Bueno, el título cuenta con los aspectos clásicos de los referentes del género como, por ejemplo, Stardew Valley: un sistema día y noche con reloj incluido, la posibilidad de cosechar nuestras hortalizas, comprar animales para la granja, etc. Son dos sistemas que se retroalimentan. La plata que conseguís con los vegetales la gastás para ítems y cosas similares en los dungeons mientras estos avanzan la trama; una dinámica que, haciendo un poco de asociación libre, me recordó a Persona 5, donde el día a día te ayuda a progresar en los denominados Palacios. También recuerda un poco a Ooblets en este intento de hacer un híbrido entre la vida de la granja e influencias de RPGs.
Algo que tiene de interesante, también, es que el viaje desde tu casa a Lethe, el pueblo inicial, y, en general, a otros lugares, es que el reloj solo avanzará si nosotrxs hacemos lo mismo, por lo cual tenemos tiempo para planear nuestros movimientos. Esto se hace por medio de un mapa similar a los juegos de rol más viejos donde tenías el mapamundi y un montón de ciudades en miniatura a las que podías entrar.
Agarradito de la mano
La historia arranca con un personaje de género a elegir (¡prota no binarie incluide!) desmayadx en medio de un pueblo mientras algo llamado “La Quietud” asecha. ¿Qué es “La Quietud”? Es algo que descubriremos a lo largo de la historia. Sin spoilers, podemos decir que es un fenómeno que ocurre entre estaciones. El tema es que tenemos un encontronazo con una chica que nos dice que eventualmente deberemos elegir entre salvar el mundo que fue y el que es ahora. ¿Dudas? Sí, de las buenas que te incitan a querer saber más. Después de eso, nos desmayamos nuevamente y somos hallados por una pueblerina, la cual, luego de bastante diálogo, nos dará un hogar y algunas semillas para plantar.
Acá es cuando arranca el proceso que denomino como “ir agarraditxs de la mano”. Vamos a estar un buen rato entre escenas cargadas de conversaciones, las cuales cumplen con su cometido sin pena ni gloria, y aprendiendo las bases: cómo cosechar, conocer el pueblo, las afueras, etc. También se nos va a presentar a una extraña mujer, la cual en un principio no sabremos ni siquiera su nombre pero que poco a poco iremos conociendo hasta volverse nuestra compañera de viajes.
Por otro lado, se nos introducirá el concepto de los lumiciclos, una suerte de cuatro cristales, los cuales están encargados de regular las estaciones del año. Nuestra misión, una vez finalizada la introducción, es poder investigarlos para tener pistas de lo que está ocurriendo. Acá es donde empieza a abrirse un poco más el juego, podemos elegir libremente en qué orden visitarlos mientras hacemos base en las cercanías de Lethe, en una granja que nos permiten usar la gente del pueblo, dando pie a esta dualidad JRPG/farming-sim.
¿Concluyendo?
Harvestella es una obra que dá para hablar. Si bien lo recomiendo, también creo que, si tenés una Switch, podrías probar el demo para sacar conclusiones. La partida se transfiere a la versión completa, por suerte. Lamentablemente, la versión de Steam no cuenta con demo.
Si te interesa por el lado más del rol, puede que encuentres algo entretenido, una vuelta de tuerca para decir “¡Ah, mirá! Voy a jugar a esto en vez de X”, pero, si te interesa el lado más farming-sim de la cuestión, puede que te deje con sabor a poco. Tengo entendido que el Rune Factory (disponible en PC y Switch, también) apunta más para ese lado, manteniendo el combate.
Lo importante acá es que el todo es más que la suma de sus partes. Si te gustan ambos géneros, puede que la pases bomba. Si te gusta solo uno, puede que te cueste un poco más adentrarte en la nueva propuesta publicada por Square-Enix. Y si, como yo, pensabas un poco que ibas a vivir la vida del granjero y preferís enfocarte en eso, te dejo algunas recomendaciones que hizo mi colega para quienes prefieren algo más «cozy». ¿No sabés qué es un «cozy game»? También te tenemos cubiertx con eso.
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