Tenía un gran miedo respecto a este juego: que sea puro relleno, que venga a mostrarnos sus gráficos, a hacer su magia con las voces que escucha la protagonista, y listo. El famoso Pimpum pam, y a otra cosa. Por suerte, nada de eso ocurre en Hellblade II, con una historia distinta a la primera, más terrenal quizás, pero muy respetuosa de su anterior entrega.
Hellblade II narra los acontecimientos posteriores a Senua’s Sacrifice. El juego asume brevemente que por ahí no tenés ni idea de lo que pasó en el primer título de la saga, y entonces empezamos con una narradora que se toma cinco minutitos de su tiempo para ponernos en contexto.
Incluso en el menú principal hay un breve resumen de la entrega anterior.
Como ya todos sabemos, existe una inspiración grande en la cultura nórdica. Senua es una guerrera Celta (perteneciente a la tribu de los pictos) que sufre una severa psicosis. Y debido a eso, escucha voces.
Pero claro, como todo transcurre durante la Edad Vikinga, donde los síntomas psicóticos estaban estrechamente ligados a lo maldito, para sus coterráneos Senua acarrea una maldición. Y que el claro, el broche de oro de esta saga, además de sus gráficos hechos con foto-realismo (ahora con Unreal Engine 5), fue el agregado de esas voces.
Para que la narrativa tenga éxito, en Ninja Theory decidieron ir a fondo con la enfermedad mental. Sí, Senua, producto de su psicosis, escucha gente que le habla o le susurra cosas; y también lo hacemos nosotros. Ahí radica la dinámica más original del videojuego: lo inmersivo que se torna gracias a ese recurso que, según nos quieren convencer, proviene del inframundo.
En Senua’s Saga: Hellblade II las voces siguen ahí. En ese aspecto no hay sorpresa. A veces para jugar con nosotros y otras para guiarnos. Pero están, sabíamos que iban a estar, y a pesar de todo no deja de ser excepcional.
En esta ocasión, Senua ya viajó a Helheim, ya mató a una deidad, ya hizo todo lo que tenía que hacer (o creyó hacerlo pues… psicosis). Es momento de salirse de lo divino y entrar a Midgar, la tierra de los hombres, tan perverso como el mundo de los dioses. Se promete a sí misma que nadie más sufra lo que sufrió su pueblo. Y para eso tendrá que enfrentar a los esclavistas que atacaron a su gente para conocer al hombre detrás de la fachada de monstruo.
Hellblade II vuelve a dejarnos boquiabiertos por cómo se ve. Incluso con una Xbox Series S como la mía, el nuevo videojuego exclusivo de PC y Xbox está a otro nivel. A tal nivel que por momentos creí que estaba ante una cinemática.
Del arco narrativo es difícil hablar sin caer en la tentación de dar spoilers. Puedo decir que la gente de Ninja Theory lo hizo de nuevo. Sí, otra vez nos regalaron una obra de arte en lo que a su narrativa refiere.
Como bien mencioné con anterioridad, nuevamente la historia se ubica en torno a las mitologías nórdicas. Pero ahora el epicentro no es tanto la cultura celta, sino que toca la hora de viajar a la Islandia del Siglo X y desentrañar los miedos y pecados de los vikingos noruegos. Y esta vez vamos, espada en mano, tras los pasos de los míticos gigantes.
¿Qué es real y qué no? Qué importa, todo es real mientras cobre vida en la mente de nuestra protagonista.
Lo malo es que el combate es soso. Y pese a la introducción de nuevos y más enemigos, la aventura se siento como si a sus desarrolladores no les importara ese aspecto. A tal punto que en la primera entrega teníamos más posibilidades. En Hellblade II la cuestión se torna muy monótona y genera un gran contraste con todo lo demás.
Donde el videojuego no falla es en la ambientación y en los puzles, presentando una notable mejoría respecto a su antecesor. Con escenarios más variados y unas transiciones entre mundos (el terrenal y el divino) que son fantásticas. Otra vez, habrá que usar la mecánica del focus o interactuar con objetos para abrir caminos, hallar símbolos y avanzar en la aventura.
Con todo lo dicho, no es difícil deducir que es un videojuego súper continuista. ¿Está mal eso? Claro que no, no es necesario tocar lo que bien funciona. Hasta repite la fórmula de la duración de 6-8 horas. Esta vez, Hellblade II no revoluciona prácticamente nada, solo en su apartado gráfico, y acude a la misma receta que le dio éxito a Ninja Theory. Eso sí: Senua’s Saga está indudablemente en la cúspide de la narrativa, y celebramos eso.
Hellblade II sale hoy 21 de mayo en PC, Xbox Series y Game Pass.