Nunca me sentí tan solo, perdido e indefenso como en Hollow Knight. Son emociones raras para los juegos de plataformas, pero es algo que percibimos desde el primer instante en que somos lanzados a este mundo.
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Empuñando al pequeño caballero, nos encontramos con una ciudad que perdió toda esperanza alguna. “Ah, ahí viene otro viajero”, casi cansados de conocer individuos que luego no volverían de las profundidades para reencontrarse con los pocos que aún viven allí.
El mundo de Hollow Knight es oscuro, lúgubre y aterrador, pero no por eso deja de lado cierto encanto gracias a los personajes que nos cruzamos en nuestra aventura.
Como la mayoría en el género, la perspectiva se muestra en dos dimensiones, y los controles (al menos al principio) son bastante simples. Los direccionales, un botón de ataque y otro de salto. Es todo lo que necesitamos para comenzar.
Acá es donde se cruza con otro género que cada vez se vuelve más presente en los “platformers”. Los Metroidvania se destacan por contar con influencias de los clásicos Metroid y Castlevania: cruzarnos con paredes, puertas o acertijos que no podemos resolver hasta encontrar cierto item, resguardado por un jefe en la mayoría de los casos.
Una vez obtenido, el personaje principal desbloquea una nueva habilidad o una mejora para su arsenal, el cual le permite superar ese obstáculo y avanzar hacia la siguiente área. Y, así, la aventura avanza.
Mientras derrotamos a los primeros enemigos (larvas y criaturas inanimadas que no dudan en atacarnos) nos encontramos con el drop principal, unas pequeñas monedas que pueden ser utilizadas para muchos propósitos. Uno de los aspectos más interesantes de Hollow Knight es cómo maneja la economía, especialmente en lo que podemos hacer con nuestro preciado dinero en las tiendas de la superficie.
No estamos ante un RPG, por lo que podemos descartar una tienda de armas o pociones convencional. En cambio, tenemos personas que venden una gran variedad de items con diferentes usos, mientras que otras son aún más particulares.
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En una, nos encontramos con una mujer que se encuentra esperando. “Mi esposo está explorando, es cartógrafo. Si lo ves, ¿podrías decirme si está bien?”, nos suplica. Mientras estamos en las profundidades, empezamos a escuchar un silbido a lo lejos, como una canción que luego se convertirá en el emblema de este nuevo compañero.
Regordete y con lentes, el cartógrafo nos ofrece un mapa del área a cambio de dinero. No tiene muchos detalles, y es apenas un boceto para guiarnos, pero me sorprendió que tengamos que ir a buscar a un personaje en particular para poder saber dónde estamos y hacia dónde podemos ir luego.
Aún más curioso es que la pareja del cartógrafo nos permite ir desbloqueando pequeños iconos para los puntos de interés del mapa. De nuevo, la economía en Hollow Knight es rara, pero acompaña perfectamente al valor de descubrimiento y exploración que ofrece al jugador.
Bajo la influencia de los clásicos nuevamente, cada vez que caigamos en batalla todas las monedas que hayamos recolectado quedarán en ese lugar. Similar a lo que sucede en la saga Souls, si morimos en el trayecto hasta recuperar nuestro equipamiento perdido, se irá para siempre. Lo interesante es que, al llegar, nos espera una entidad igual a nosotros, flotando y a punto de atacar.
Cada vez que perdamos y logremos llegar hasta el último punto, tendremos que enfrentarnos a nosotros mismos. O, más bien, a la esencia que dejamos.
Las emociones descritas no dejan de estar presentes en ningún momento, sólo se intensifican. Mientras recorremos nuevas áreas y nos topamos con los primeros jefes, comenzamos a darnos cuenta del largo camino que hay para recorrer.
El llamado Hollow Knight comienza siendo débil y con apenas algunas acciones a disposición, pero poco a poco va ganando confianza en sí mismo. Así como también el jugador comienza a acostumbrarse al mundo que lo rodea, y a disfrutar del encanto que lo identifica.
[perfectpullquote align=»full» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»35″]Todos los elementos de Hollow Knight están basados sobre una misma línea de diseño impecable.[/perfectpullquote]
Eso no quita que cada primer acercamiento a los enemigos más agresivos y complejos no sea sorprendente. Luego de varias horas de recorrer el lugar, me encontré con un nido lleno de Mantis, insectos que infligen mucho daño si no somos cuidadosos, y aún más si tenemos la desafortunada oportunidad de atacar a varios en simultáneo.
Al final del nivel, y luego de una caída que parecía interminable, terminé en un terreno muy amplio. A lo lejos se veían tres Mantis, pero sus apariencias eran distintas. Cuando notaron mi presencia, dos muros en cada costado pusieron en evidencia lo acotado del terreno para la batalla, y las reinas se abalanzaron sobre mí.
Este es uno de los tantos momentos en los que la banda sonora brilla enormemente. Bah, ¿para qué mentir? La banda sonora brilla en todo momento. Tanto la música como la dirección artística son los elementos claves para crear la atmósfera que tanto destaca la experiencia.
Los caminos interminables, la sensación de descubrimiento cuando nos encontramos a una persona amigable o un área totalmente nueva, los pequeños momentos y las contiendas con los jefes. Todos los elementos de Hollow Knight están basados sobre una misma línea de diseño impecable, y no sólo complementan, sino que suben la vara del juego a niveles excepcionales para el género.
Se trata de un juego de culto moderno. Un mimo para los amantes de los clásicos a los que hace referencia, y una experiencia completamente nueva para todos.
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Desarrollador: Team Cherry
Lanzamiento: 26 de febrero de 2017
Plataformas: Steam – Switch
¿En Español?: Sí