A veces es fácil olvidar el tremendo salto de generación que representa la PlayStation 5 en materia de calidad visual. Haber tenido que volver a Horizon, esta vez mediante su DLC Burning Shores, fue el mejor recordatorio de que todavía son pocos los títulos que igualan esta experiencia, y siempre nos dejan con la boca abierta.
En este sentido, entonces, quizá Burning Shores pueda parecer un poco más de lo mismo. A grandes rasgos sí, lo es. Son las mismas aventuras de Aloy agregando más personajes, habilidades, armas, cosméticos y mecánicas. Sin embargo (y por suerte) nada de esto se siente poco orgánico o hecho “para lucrar”.
El final de Horizon: Forbidden West (del cual no les hablaré para evitarles spoilers, no se preocupen) deja una premisa de peligro inminente abierta para la cual Burning Shores encaja perfecto. Pero además, cuenta con un mapa verdaderamente grande y mucho contenido para disfrutar al lado de nuestra pelirroja favorita.
¿Qué hay de nuevo?
Burning Shores tiene muchísimas novedades. Las más sencillas rondan en torno a nuevas herramientas, que por supuesto superan los stats de las armaduras y armas más elevadas que nos hayamos encontrado en el juego base, eso sí: habrá que actualizarlas y como siempre, cada nivel es más difícil y exige salir a cazar bichos poderosos.
Desde ya que también nos vamos a encontrar algunos cosméticos, principalmente ligados a los Quen, ya que la nueva historia gira en torno a una tribu de este grupo en particular.

También hay nuevas habilidades que extienden un poco más el árbol base, personalmente no sentí que esto significara grandes cambios dentro y fuera de la batalla, pero es posible que paladares más exquisitos lo encuentren alentador. De todas ellas la más interesante es la que permite adherir a nuestras armas algunas bobinas de daño elemental, ideal para momentos en donde las debilidades de nuestros enemigos no coinciden con las armas equipadas. Si bien esta modificación me pareció lógica y necesaria, tal vez hay algo en su implementación que no me ha terminado de convencer. Particularmente el hecho de que se encuentre en la rueda inferior junto a las ya cientos de incómodas opciones (pociones, bombas, minas, piedras, llamada de montura, etc), pero este es un problema que ya viene del original.
Habrá armas nuevas iguales a las que conocemos pero aún más poderosas. Son difíciles de encontrar y la mayoría lo podremos lograr a través de la exploración de edificios de reliquias, cosa que me parece fantástica, porque convierte esa búsqueda en algo muchísimo más satisfactorio.
Lo que sí es un cambio grande es la adición de un bote, el cual facilita muchísimo los recorridos, especialmente en este mapa de Los Ángeles que cuenta con grandes cantidad de agua y secretos submarinos.

Como si esto no fuera suficiente, a mitad de la historia podremos controlar a estas bestias maravillosas llamadas Hidroalas, que no solo vuelan, también se sumergen. La mera presencia de esta opción no sólo facilita muchísimo la exploración en general, también la hace mucho más divertida.
Las Hidroalas no son las únicas nuevas bestias, también habrá otras como Panzabilis (una especie de sapos) y lo que probablemente será su peor pesadilla: sus huevos, de los que nacen enjambres de bichitos fáciles de matar pero sumamente prolíficos y por ende insoportables. Y el Horus… que mejor se los dejo en suspenso porque es terrorífico.
La frutilla de la torta, a mi parecer, es el arma nueva llamada Guantelete de Espectro, una especie de guante creador por los Zenith que es fácil de usar, mortífera y fabricar su munición tiene un costo muy barato. El guantelete es muy sencillo: dispara ráfagas de esquirlas, pero su poder secundario permite que marquemos partes determinadas de nuestros enemigos para que las esquirlas se vuelvan teledirigidas. Sí, hasta se siente un poco un afano, pero igual se disfruta y las batallas siguieron siendo desafiantes de todas maneras. Presten atención a las misiones secundarias porque el guantelete se puede actualizar para tener una ráfaga potenciada, pero únicamente lo podremos desbloquear después de finalizar el encargo.

La historia y la polémica
Sin entrar en detalles demasiado “buchones” Burning Shores plantea una premisa bastante lógica: Sylens descubre que había más Zenith en la nave y encarga a Aloy que vaya a averiguar el paradero de Walter Londra (ninguna relación con Paulo) quien tiene todas las razones para haberse separado de su grupo: es un megalómano ex estrella de Hollywood cuyo único objetivo es rajar de la Tierra llevándose a un ejército de sirvientes con la cabeza lavada.
Toda esta gente que tiene la desgracia de caer en las garras de Londra termina siendo una tribu de Quen que ha quedado separada de la tribu más grande (la que conoce Aloy en el juego original) a raíz de una tormenta marina. Así es como conocemos a Seyka (ninguna relación con la hermana de Seiya, de los caballeros del zodíaco). Este personaje tiene una gran similitud con Aloy: se rebela frente a los mandatos de su pueblo, arriesgándose a usar un focus para poder encontrar a su hermana, que se ha perdido junto a un grupo de Quen. Al parecer, el paradero de su hermana y Londra tienen una estrecha relación, lo cual provoca que Aloy tendrá una compañera de viaje durante la mayor parte de las misiones principales.

Un párrafo especial dedicado para la belleza de la ambientación, que no sólo tiene muchas referencias al mundo del espectáculo por transcurrir el Hollywood, también es un bellísimo homenaje a quienes amamos el mundo de los dinos, porque la parte principal de la trama transcurre en un hermoso parque jurásico holográfico.
*spoilers a continuación*
Por supuesto que todo esto tiene mucho olor a romance LGBT+ y ya sabemos como se han prendido fuego las redes. Sin ir más lejos, mi gente querida, por culpa de este grupo de personas que aman hacer review bombing a cualquier producto que desee diversificar las relaciones afectivas, me terminé enterando antes de tiempo que es lo que pasa entre estas muchachas.
Que las empresas aprovechan cualquier movida inclusiva para seguir ampliando su público es algo super cierto, el capitalismo en su gloria. Pero que de todas formas siempre fue necesario seguir visibilizando relaciones diversas, también. Así que no solo aplaudo la movida, también festejo la forma maravillosamente orgánica en la que la han presentado, los gestos, conversaciones e interacciones entre ellas son una mezcla de ingenuidad, inocencia y romance que me han llenado el corazón.

Accesibilidad
No quería dejar esta nota sin la pequeña aclaración de que, más allá que el original cuenta con una gran variedad de opciones de accesibilidad, Burning Shores agrega dos grandes configuraciones: el levantado automático de items (no en todos los casos es automático, pero simplifica las animaciones) y la opción de subtítulos más grandes y con fondo, lo que sí, tendrán que revisar algunos anchos de pantalla, porque cuando las frases son muy largas, no siguen en un segundo renglón.
De más está decir que ya cuenta con localización al español también.

¿Alguna falla?
A diferencia del juego base, lamentablemente Burning Shores tiene algunos extraños bugs. Me he quedado atrapada entre cajas, algunas animaciones no se dispararon hasta que regresé a mi última partida guardada, hasta me ha pasado de pisar un suelo aparentemente inocente que me quemó viva en segundos.
Estos errores son cosa normal si hablamos de nuevos lanzamientos, sin embargo, mi crítica más grande es la notoria ausencia de un autoguardado más frecuente. Hubo oportunidades donde tuve que volver a recorrer tramos enormes solamente para poder encontrar una fogata y eso me fastidió bastante.

En síntesis
Más allá de los pequeños detalles. Burning Shores realmente vale la pena y tiene muchísimo contenido que se traduce en horas de diversión, acción y descubrimientos. Al margen de la historia principal, hay mucha tela para cortar y quedarse explorando las ahora volcánicas tierras de Los Ángeles.
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