Que la categoría de metroidvanias es una de las más recurrentes y favoritas por les gamers en general no es una novedad. Ejemplos de buenos títulos hay de sobra (por suerte!); pero al mismo tiempo es un género que, por momentos, se siente sobrecargado y en donde los márgenes para poder explorar con “algo nuevo” son bastante chicos, por no decir inexistentes.
Infernax es un título que retoma los mejores condimentos del género y logra entregarnos un producto sólido: con un estilo pixel art que generará mucha nostalgia a quienes hayan jugado en su momento a clásicos como el Castlevania, la nueva entrega de Berzerk Studio es un old school metroidvania con unas vueltas de tuerca, que serán del agrado de todes les fanatiques de este tipo de títulos.
La mejor previa al Elden Ring
Esto es totalmente personal, pero a la espera del lanzamiento del próximo título de From Software, Infernax se nos presenta como un, más que digno, condimento a modo de “previa” a la obra de Don Miyazaki.
¿Por qué digo esto? Básicamente porque el juego plantea un mundo muy similar a los que se han gestado alrededor de la trilogía de Dark Souls (claramente, hay una referencia y una suerte de tributo a este título) lo que genera que constantemente nos sintamos dentro de un metroidvania que vive y respira una atmósfera soulera (si es que existe la palabra).
Pero no es solamente eso, Infernax retoma muchos elementos del Castlevania, Blasphemous e inclusive Dante’s Inferno, un tremendo hack ‘n slash que pasó sin pena ni gloria por “culpa” de Kratos y sus aventuras en God Of War. Al margen de las referencias y guiños, es interesante por lo que ofrece en sí: una aventura en donde todas nuestras decisiones terminarán impactando, para mal o para bien, en nuestro desenlace final.
Las elecciones forjan el carácter
La premisa de Infernax es bastante simple y directa: Somos el Lord de unas tierras a las que volvemos después de un largo viaje (fuimos parte de una suerte de Cruzada) y al llegar a nuestro pueblo natal notamos que no volvimos solos sino que algo más vino con nosotros y eso está alterando la paz de nuestros habitantes y generando apariciones monstruosas por todos lados.
Ni bien nos bajamos del bote en el que llegamos, nos encontramos con la primer decisión que deberemos tomar, un aldeano lleno de dolor y espanto se nos acerca y nos pide que lo matemos para intentar salvarlo de su tormento. Dependiendo la elección que hagamos se irá ramificando la historia y, consecuentemente, el tipo de quests que podremos ir haciendo. Inclusive nuestras decisiones afectan el tipo de equipo que podemos llevar, como así también los hechizos que iremos desbloqueando. Y esto es algo que se mantiene en toda la partida inclusive hasta en el final de la misma.
Al llegar a nuestro castillo, nos enteramos de la existencia de una suerte de cónclave de demonios que habitan en distintos castillos a los que deberemos ir, para intentar vencerlos y así ir destrabando la puerta del dungeon final: la formula más cliché y que-no-puede-fallar de un metroidvania. Junto a la quest principal, a medida que vayamos transitando los distintos mapas se nos presentarán situaciones que activarán side quests para conseguir skills, juntar oro o simplemente ayudar (o no) a los aldeanos de la zona.
El juego gravita constantemente entre la batalla del bien vs el mal y nuestro personaje, dependiendo el bando qué elijamos, irá transformando su carácter. Ciertamente no es algo 100% novedoso pero, como decíamos al comienzo, en un género que se encuentra sobrecargado de las típicas mecánicas que uno espera encontrar en un metroidvania, la idea de que nuestras opciones tengan un peso e influyan efectivamente en el devenir de la historia de nuestro personaje es algo para festejar. De hecho, cuenta con ¡7 finales distintos! dependiendo nuestro nivel de bondad/maldad que vayamos acumulando.
Lo interesante es que este tipo de situaciones en muchos casos se dan de maneras totalmente random: Por ejemplo, en un momento llegué a un poblado que tenía como principal fuente de trabajo un molino y un dique al que destruí, después de un par de mazazos, sin darme cuenta que esto ocasionaría que la mitad de las casas de los habitantes quedarían bajo el agua y eso hiciera que surgieran otros seres que habitaban en el fondo de lago, todo muy bonito ¿no? #NoSeInundaMás
Vas a morir, y mucho
Algo que tiene Infernax, como buen metroidvania, es una dificultad que por momentos se vuelve bastante desafiante y puede generarnos largar muchos insultos al aire. Llegar a cada uno de los bosses es un desafío en sí, ya que en muchas oportunidades es más difícil atravesar todo el camino (enfrentándose a los enemigos que nos cruzamos) que al jefe final. De hecho hay algunos de estos que tienen mecánicas demasiadas simples y/o carentes de desafío, lo que puede generar un poco de desilusión.
Inclusive tiene el detalle del paso del tiempo que también afecta la experiencia: de noche los enemigos cambian y surgen otros que son mucho más difíciles de combatir. En este punto, el grindeo de experiencia y oro puede ser una alternativa aunque no es un must para lograr terminar nuestra aventura.
Sin embargo, nos da la posibilidad de elegir el nivel de dificultad como así también cómo queremos que sea nuestra experiencia entre cada muerte de nuestro personaje. Por default podemos elegir la opción más clásica y la que se parece más a una experiencia Dark Souls: A menos que grabemos en las distintos save points que nos iremos encontrando a lo largo del juego, corremos el riesgo de que al morir perdamos todo nuestro oro y nuestra experiencia. ¿No te gusta este tipo de progreso? No hay ningún problema, podés elegir una opción más light/menos traumática e igualmente disfrutar de Infernax.
Al margen de la posibilidad de retocar el grado de dificultad, a medida que avancemos en la historia vamos a ir consiguiendo «vidas extras» que nos permitirán no sufrir tanto si morimos. También tenemos la posibilidad de acceder a un santuario en el que, mediante cheatcodes, podremos ir destrabando distintas habilidades (ej: maná infinito) que, llegado el caso, podemos activar/desactivar a nuestro gusto.
Un metroidvania puro y duro
Más allá del tema de las elecciones que hagamos, Infernax es un metroidvania con todas las letras, marca los casilleros que uno espera de este género: posibilidad de nuevos skills para acceder a otras zonas, upgradear nuestro personaje o comprar hechizos son algunas de las cosas que deberemos ir consiguiendo para poder avanzar en la historia y lograr el desenlace que buscamos.
¿Podría tener más cosas? Si, podría. De hecho me pareció extraño que no contemplara la opción de poder tener variedad de armas (durante todo el juego la principal será una maza y un escudo) pero de nuevo, son detalles que obedecen más a caprichos de gamer que a falencias reales del título.
Mi sensación es que cumple y con eso basta, no sobrepromete ni intenta revolucionar el género planteando algo por fuera de los libros. Si son fanáticos de los metroidvanias, van a disfrutarlo mucho y sino son habitués de este tipo de juego pero les genera curiosidad, creo que vale la pena probarlo y elegir cada une el camino que quiere atravesar en el mundo de Infernax.
Bonus Track: Contiene un montón de agregados sumamente divertidos, a los cheats que mencionábamos arriba, se le suma que podemos destrabar 2 clases más utilizando unos nombres en particular a la hora de crear a nuestro personaje y también existe la posibilidad de destrabar el «modo Contra» si utilizamos la clásica combinación de teclas y letras en la pantalla de inicio.
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