Una vez me contaron que la comida entra por los ojos antes que todo y un poco de verdad creo que hay. Si se ve bien, la miramos con hambre y si no, capaz se nos cierra el estómago. En el caso de Kirby’s Dream Buffet, es la primera situación descrita. Los gráficos son preciosos, nuestro protagonista Kirby se ve tan tierno como siempre, y los diversos platos que conforman los pisos y las paredes de los niveles se ven deliciosos. Además, las mecánicas funcionan como se pretende de ellas. Entonces, ¿por qué no me satisface el título?
Una receta para el fracaso
Empecemos primero por comentar, ¿Qué es Kirby’s Dream Buffet? Un juego de carreras donde podemos competir con amigxs y extrañxs por igual tanto en una misma consola como a través de internet. La mecánica fundamental es simple, cada unx de lxs jugadores cuenta con su propio Kirby personalizado con un color y algún sombrerito simpático, el cual tiene que ir rodando a través del nivel comiendo frutillas hasta llegar a la final del mismo o hasta que se acabe el tiempo.
Pero esto viene con un par de giros: el primero es que, si bien la idea es llegar al final para terminar el nivel, el objetivo es agarrar la mayor cantidad de frutillas por el camino. El finalizar antes que tus competidores no te hará ganar, aunque sí te dará un bonus importante de frutillas a comer. Por otro lado, mientras más comés más rápido irás. En teoría parece que quiebra un poco el juego.
En la práctica también, después de todo, la persona que esté primera podrá comer más frutillas e ir más rápido, creando una situación en donde al que le va mejor, se le da más ventaja: básicamente como en el capitalismo (?). Por eso incluyeron un par de paredes para darle una chance a lxs últimxs de alcanzar a lxs primerxs, haciendo que todo tu gozo quede metido en un pozo aunque después igualmente logres superarlxs nuevamente, poniendo parches a un sistema que no sirve en vez de crear uno que sí: como en el capitalismo progre (???).
Ingredientes que no combinan
Pará un segundo, Franco: ¿no dijiste que las mecánicas funcionan como se pretende de ellas en el primer párrafo? Sí, estoy seguro de que pensaron que era una buena idea para esta obra claramente influenciada en las carreras del Mario Kart (saga que cumplió 30 años hace poco), Chocobo GP (salido este año también en Switch como un free-to-play con micro-transacciones este año) y similares.
Después de todo hay elementos comunes, como la presencia de power-ups, si bien Kirby’s Dream Buffet es su propio subgénero en sí mismo. El tema es: no se premia a quien sea mejor como en un fichín basado en habilidades ni tampoco a quien tenga más suerte como en los denominados party-games o “juegos de fiesta” que tienden a querer dar más oportunidades de ganar en su gameplay a lxs menos favorecidxs. Entonces ¿a quién se premia?
Como dije al principio de esta sección, las mecánicas funcionan, lo que no funciona es el producto final que salió como resultado. El todo es más que la suma de las partes (frase originada dentro de la terapia psicoterapéutica Gestáltica que significa que surgen elementos y dinámicas nuevas al sumar los que conforman inicialmente algo) y acá se demuestra: los ingredientes podrían funcionar en otro contexto, pero no en el actual. Es una pena porque se nota un trabajo pulido dentro de las otras áreas de desarrollo, sea la programación, el apartado visual o la música. Es el game design el problema.
Un poco de variedad para acompañar al plato
Además de las ya mencionadas carreras, contamos de manera intercalada, con niveles donde estamos atrapadxs en un espacio reducido, donde nuestro objetivo es nuevamente comer más frutillas que el resto. Los modos son dos: uno en el que rompés cajas para obtener frutillas, y otro donde empujás a tus contrincantes fuera del escenario para que pierdan sus puntos. Son oportunidades de que aquellxs que estén más retrasadxs puedan alcanzar a quienes van ganando, pero no me han resultado como el plato principal de este título.
Sirven para dar variedad, sí, sin embargo, vas a estar con ganas de volver a correr carreras. Tal vez hubieran servido más como un modo extra no obligatorio que permita dar un soplo de aire fresco. Lamentablemente, es lo que hay.
Donde sí destaca un poco más es en los apartados decorativos. Tenemos, por un lado, una torta que podemos decorar con stickers a nuestro gusto y por el otro, elegir el sombrero y el color de nuestro Kirby. Estos, al igual que otros coleccionables como las pistas de música, sirven para dar un pequeño incentivo a seguir jugando para desbloquear más cosas, aunque no los encontré como alicientes suficientes para volver a la obra en cuestión.
Concluyendo con un postre
Para cerrar, me gustaría decir que Kirby’s Dream Buffet no justifica su compra. Tal vez como un free-to-play al que se lo actualice constantemente hubiera sido un poco más tentador pero así como estamos, no puedo recomendarlo siendo que por un precio similar hay mejores opciones en la e-Shop:
como casual tenés Fall Guys en una versión que no es la mejor e incluso tiene aspectos en contra, pero que es gratis; como título de carreras, si no querés decantarte por el Mario Kart 8 que está carísimo (juegazo igual), podés intentar con el Crash Team Racing Nitro-Fueled; y si querés más Kirby, tenés varias opciones: algunas más baratas, otras más caras, siendo el Forgotten’s Land, el cual ya fue analizado por mi colega acá, la entrega más reciente.
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