La nueva entrega de la saga antológica Life Is Strange nos pone en los zapatos de Alex, una veinteañera producto del disfuncional sistema de adopciones estadounidense que, al lograr salir de dicho sistema, se reencuentra con su hermano y mejor amigo, Gabe, en el pintoresco pueblo de Haven Springs, Colorado. Al vivir situaciones de violencia, abandono, duelo y depresión, Alex logra desarrollar una especie de sexto sentido para poder sentir las emociones de los demás de una forma particular, y así ayudarlos o poder defenderse a sí misma.
Los poderes
La protagonista de este título puede ver las emociones de los demás como un aura de un color específico (rojo para ira, violeta para miedo, azul para tristeza). Si las emociones son lo suficientemente fuertes, Alex puede sentirlas en su propio cuerpo y hasta leer los pensamientos y recuerdos de la persona en cuestión, que están causando que se sienta de esa forma.
En el clásico estilo de esta saga, la historia no nos cuenta exactamente cómo es que Alex consiguió sus poderes, ni el punto exacto en el que los consiguió, pero eso no tiene tanta relevancia como las cosas que ella puede hacer con dichas habilidades a lo largo de la trama: la gente que puede ayudar, los secretos que puede descubrir, y las cosas que puede entender mejor al (literalmente) entrar al “alma” del otro. A veces menos es más, y este juego, como los anteriores, no se apoya en metáforas pretenciosas ni una historia de origen rebuscada a lo Indigo Prophecy para dichos poderes.
La empatía puede parecer algo cliché en lo cual basarse para una historia como esta pero, luego de los eventos de la pandemia, podría decirse que una narrativa más acerca de la empatía es exactamente lo que necesitamos, ya que es algo que se da por sentado pero, a fin de cuentas, es más escasa de lo que parece.
Los personajes
Esta es la primera entrega de la saga en la que los personajes no son adolescentes, sino jóvenes adultos que tienen problemas correspondientes a esta edad. Esto no solo es interesante porque las dinámicas sociales son distintas, sino que refleja el crecimiento de los seguidores de la saga, muchos de los cuales ya son adultos, pero eran más cercanos a la edad de Chloe y Max cuando salió el primer juego.
Fiel a su identidad LGBT+, también cuenta con una protagonista bisexual, un interés amoroso masculino llamado Ryan y uno femenino, llamada Steph. No hay un camino correcto, ya que ambas opciones llevan a momentos muy sentidos y conmovedores. Esto resulta refrescante ya que la relación entre Max y Warren en el primer juego no tenía química y era bastante incómoda, ya que canónicamente enfatiza muchas veces la relación entre Max y Chloe por sobre la anterior.
En cuanto a la relación entre Chloe y Rachel, es más bien frívola: se nota cómo Rachel no se toma en serio el vínculo con Chloe en los momentos que pasan juntas, mientras que Chloe está completamente enamorada. En True Colors, tenemos dos caminos en los que, si bien llevan a finales distintos y quizás hay un que otro conflicto en el camino, hay personajes que se aman incondicionalmente, se aprecian y se respetan entre sí. (Mi única queja es que no pude quedarme con los dos, jaja.)
El resto del reparto de personajes tiene una personalidad definida, y si bien suelen ser moralmente grises, es fácil empatizar con sus motivos e historias, ya que están mucho mejor escritos que en entregas anteriores. Ya sea a causa del cambio de estudio o que la historia sea más madura, hay una mejora fundamental en la forma en la que se presenta a los personajes. Los diálogos y monólogos internos de los personajes son más creíbles, y sus acciones tienen más sentido.
Los escenarios
Una de las cosas por las cuales se caracteriza Life Is Strange es su capacidad de traer a la vida escenarios imaginarios bellísimos, dignos de un tablero de Pinterest. Desde un faro frente al mar, unas vías de tren en medio de un bosque, y la habitación de una chica punk, hasta un desarmadero o una plantación de marihuana junto a un lago son paisajes que te invitan a explorar e interactuar cuando son ideados por los diseñadores de esta saga. En esta nueva entrega, nos encontramos en Haven Springs, un idílico pueblo entre las montañas similar a aquellos que se pueden encontrar en el sur de Argentina, en Calafate, El Chaltén o San Martín de Los Andes. Personalmente, me sentí en un lugar muy familiar, ya que los pueblos que mencioné son algunos que solía visitar frecuentemente durante mi infancia y adolescencia.
En Haven Springs podemos visitar la plaza principal, ver el lago, visitar los pintorescos negocios de los vecinos de Alex, y hasta observar las minas abandonadas para desenterrar secretos oscuros que guarda el pueblo. Las interacciones con los personajes mientras utilizamos el poder de nuestra protagonista también, muchas veces, cambian el mundo a nuestro alrededor, añadiendo detalles adicionales al de por sí interesantísimo entorno. Podemos ver el mundo a través de un niño que quiere jugar y embarcarse en aventuras, o ayudar a alguien que ve el mundo desde una perspectiva más sombría y lluviosa, ya que está sufriendo.
Los gráficos
Otra mejora considerable en comparación con las entregas anteriores es esta. Si bien puede parecer superficial mirar los gráficos con detenimiento, acá en particular se nota la diferencia. En el primer Life Is Strange los gráficos no estaban a la altura de las excelentes actuaciones de Hannah Telle (Max) y Ashly Burch (Chloe), las expresiones de los personajes parecían rígidas y carentes de sentimientos, como si fueran muñecos de porcelana. En esta nueva entrega, se usó motion capture facial y corporal, así como mejoras en el engine y la iluminación de personajes, objetos y escenarios. Las escenas dramáticas, graciosas o dulces, toman de este modo más realismo y a nosotros nos cuesta menos sumergirnos en la historia.
La música
En True Colors nuevamente contamos con la participación de Angus & Julia Stone para las canciones instrumentales que ayudan a generar el ambiente del juego. Pero también hay canciones que dentro del juego son interpretadas por Alex, para las que brinda su voz mxmtoon, una cantante muy reconocida en internet. También podemos reconocer algunas canciones de Kings Of Leon y Phoebe Bridgers. Entre otras canciones (que, siguiendo la tradición de la saga, son muy indies) que podemos escuchar en la rocola del Black Lantern, el bar que queda debajo del departamento de Gabe.
En conclusión
Recordemos que Deck Nine, que trabajó previamente en la precuela Life Is Strange: Before The Storm, es una desarrolladora distinta a Dontnod (los creadores de Life is Strange y Life Is Strange 2) y, por esto mismo, muchos seguidores de la saga dudaban de si esta entrega iba a cumplir con las expectativas. Por mi parte, debo decir que el juego cumplió con creces con mis expectativas y hasta las excedió en ciertos aspectos.
Las mecánicas son muy interesantes, los personajes son más maduros que en las entregas anteriores y es mucho más fácil empatizar con ellos ya que están mucho más desarrollados en cuanto a guión, los gráficos mejorados logran sacarle al máximo el provecho en cuestión de dramatismo a todas las escenas, y los paisajes están hermosamente diseñados.
En mi opinión, más allá de cualquier cosa criticable que tenga esta entrega, es un título muy interesante que vale la pena encarar, suspender la incredulidad, y disfrutar del juego.
Life Is Strange: True Colors está disponible en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Nintendo Switch, Xbox Series X y S, Microsoft Windows, y Google Stadia. El 30 de septiembre será lanzado el DLC de Steph, llamado Wavelengths.
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Me diste ganas de jugarlo! La verdad que esta saga me gusta, entra dentro de los juegos que considero «wholesome», así que me encanta leer que te pareció bueno. Gracias x la reseña. 🤗