Desde la llegada de Minecraft al mundo allá por 2009, dos cosas aumentaron exponencialmente: el género survival y los indies. Estas cualidades, arrasadas por el éxito de una obra hecha a pulmón, cosecharon miles de fichines estilo supervivencia, los cuales aprenderían el camino que el videojuego más vendido de todos los tiempos forjó: Terraria, The Forest, Stardew Valley, incluso el mismo Valheim que tuvo un gran éxito en estas últimas etapas de la pandemia
Con esta premisa explotada por años, se nos presenta Aground, un juego de supervivencia en 2D que nos plantea la trama más cliché que el mundo de la cultura pop vió: se hundió nuestro barco y caímos en un isla.
Si bien es del 2018 (donde se estrenó en PlayStation 4, Xbox One, Windows, Linux y Mac) hace sólo un mes arribó en Nintendo Switch y tuve la suerte de probarlo para poder contarles un poco la experiencia de naufragar una isla desierta en una consola híbrida.
Para empezar debo decir que me sorprendió desde el inicio. Soy un gran fan de los survivals, jugué Terraria y Minecraft por más de 400 horas cada uno y sin embargo Aground logró captar mi atención. Con un gameplay que remite a la época de la NES, su jugabilidad simplista no deja de complejizarse al pasar el tiempo, donde todas las acciones tienden a subir de dificultad: cazar, recolectar, matar y craftear. En una isla necesitas muchas cosas y para todas ellas hace falta compañía.
En medio de eso, el título tiene un montón de características RPG que potencian la experiencia y te incitan a jugar. Subir de nivel, ponerle puntos a diferentes habilidades que quieras potenciar, conseguir tu propio equipamiento y ropa, localizarte según el mapa para encontrar los recursos necesarios.
También, hay un mensaje entre líneas muy lindo: todo puede funcionar mejor cooperando. Podés cultivar un poco, pero necesitas del granjero si querés duplicar la producción. Podés craftear algo, pero vas a necesitar ayuda para hacerlo más eficazmente. Así, de a poco vas armando tu aldea con náufragos refugiados mientras se desarrolla el lore de esta isla, que tiene algunas particularidades en la trama y vamos a tener descubrir.
En Nintendo Switch se ve bárbaro y claramente, como casi todos los 2D que llegan a la híbrida, me parece la mejor forma de disfrutarlo. Su versión portátil debería ser el standard de cómo debe sentirse esta experiencia. Obviamente, corre con un poco de mejor visual si lo jugas en la TV y, por lo menos en mi experiencia, nunca perdí frames ni nada por el estilo.
Tuve una sola contra en mi experiencia que me molestó un montón y casi que tuve que lidiar con ella hasta el final: el mapeo de los controles. ¿A quién se le ocurre poner que la pausa no esté en el start y esté en uno de los controles del joycon? Imposible adaptarse. Otro detalle que a mi no me influyó pero que puede ser tenido en cuenta es que tiene idioma Español y sin embargo hay un montón de textos que te saltan en inglés, como si se hubiesen olvidado de traducir ciertas cosas o estuviese hecha a medias.
Sacando estos detalles, Aground en Switch fue sorpresivo y encantador. Todo el tiempo me sentí a gusto, en un nuevo juego y no me encontré con un Terraria 2 ni con una experiencia que se copiaba a sí misma y me hacía perder tiempo grindeando: Aground, con sus visuales retro, es una experiencia completa y una muy linda misión para quien le guste los survivals y quien quiera disfrutarlo en (para mí, la mejor opción para este género) Nintendo Switch.
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