El realismo, o mejor dicho, la búsqueda de esa sensación, da absolutamente para todo en materia videojuegos. Desde la posibilidad de emular un partido de fútbol en el que controlamos a Messi o pilotear un avión de combate armado hasta la última tuerca. Todo ese tipo de aspectos es algo que siempre se ha buscado en esta industria, pero también existe otro tipo de realismo al que se aspira, el de imitar la vida de alguien común y corriente.
Algunos de los denominados “walking simulators” apuntan a eso, a retratar el devenir de alguien como vos o como yo, mostrando un momento específico de su experiencia cotidiana, que no necesariamente implique jugar el partido de futbol de su vida o salvar al mundo de una amenaza extraterrestre. Lake, desarrollado por el estudio holandés Gamious, apunta justamente a eso, con sus aspectos logrados y otros no tanto.
El título nos transporta a 1986 y nos pone en los zapatos de Meredith Weiss, una mujer quien se toma un descanso de su trabajo en una ciudad para regresar a su pueblo natal, Providence Oaks y desconectar por dos semanas de la vida ajetreada que viene llevando. Pero ojo, estas no son vacaciones, sino que se tomará este cambio de rutina reemplazando a su padre como el cartero local, entregando correo a todos los habitantes del pueblo.
Lake no tiene ningún misterio y nos lo muestra de entrada. Tras la primera escena cinemática en la que charlamos con un colega del papá de Meredith, ya nos ponemos a recorrer el pueblito en la camioneta de la oficina postal repartiendo correo. Esto se hace combinando dos mecánicas. Por un lado tenemos una conducción bastante básica, en Providence Oaks se ve que no hay problema de tránsito ni mucho menos.
La otra parte es donde se encuentra el verdadero corazón del título: el diálogo. A medida que Meredith vaya realizando su tarea de entrega de correo, irá interactuando con los habitantes del pueblo, que obviamente conoce desde que era chiquita, y de esta manera podemos ir conociendo más sobre su vida, la de estas personas y activar diferentes situaciones bastante interesantes desde lo narrativo.
Ojo, no esperen aquí grandes revelaciones o situaciones límite como viéramos en Firewatch o Gone Home, por mencionar algunos títulos de corte similar. Aquí la cosa pasa por acompañar a Meredith en este viaje de descanso y redescubrimiento. Eso en parte está realizando de gran manera, porque el juego nos relaja y nos hace sentir bien al respecto, básicamente porque la estructura de los diálogos está muy bien implementada.
Pero lamentablemente se queda un poco corto en lo que tiene para ofrecer, esencialmente porque la estructura de repartir paquetes y charlar con gente se vuelve algo que puede ser repetitivo, o mejor dicho demasiado tranqui, y estamos hablando de un título que dura sus seis horitas.
Otro punto que realmente no termina de convencer es su apartado visual. Los personajes en Lake se ven como inexpresivos y su diseño no parece estar del todo bien detallado. Lo mismo puede decirse del pueblo, que si bien tiene hermosos paisajes sufre también el hecho de estar vacío en grandes porciones del mismo, algo que notamos en las secuencias de conducción, que parecieran estar recorriendo una zona abandonada.
Lake es una experiencia muy particular que no se guarda ni esconde nada, es lo que es y lo muestra de entrada. Así como existen fichines que, por su extrema dificultad, no son recomendables para públicos amplios, este título creo que si lo es, esencialmente por eso, porque ofrece una experiencia relajada y que nos lleva indefectiblemente a bajar dos o tres cambios, los mismos que necesitaba Meredith, en su pueblo natal para retomar su laburo demandante en la gran ciudad.
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