«Es un point-and-click al estilo del Monkey Island original», empecé contándole a un amigo, y de inmediato me di cuenta de que estaba cometiendo un gran error. Para empezar, más allá de las mecánicas básicas del género y el estilo visual, no hay mucho parecido con el viejo clásico de LucasArts. Pero además, no le estaría haciendo justicia a Lamplight City describiéndolo de esa manera.
El juego nos lleva a una versión alternativa de la era victoriana en la que personificamos al detective Miles Fordham, uno de los tantos habitantes de New Bretagne, la ciudad del Sur norteamericano que representa todo lo bueno (mientras tapa todo lo malo) de estos tiempos de grandes promesas tecnológicas.
En lo que ya es una rutina para ellos, Fordham y su gran amigo y compañero Bill se dirigen a una florería de uno de los barrios más pobres para investigar un extraño robo de flores, pero allí los espera la tragedia: Bill muere, y el ladrón se escapa.
Perseguido hasta el límite por la culpa (y la voz de Bill), Fordham intentará recuperar su vida tomando casos como detective privado, siempre atento a que surja alguna pista en relación a la muerte de su amigo.
Cerrado el preambulo, hablemos ahora de lo que hace tan interesante a Lamplight City.
El juego nos ofrece una experiencia detectivesca de un nivel fantástico. Como mencionaba antes, tendremos que resolver toda una serie de casos que irán hilando la trama de la historia, pero cada uno de ellos es un juego en si mismo, en el que no existe un único resultado.
Nuestra curiosidad y atención son nuestras principales armas, que nos permitirán encontrar todas las pistas que necesitamos y hacer las conexiones necesarias para ubicar al culpable de cada crimen. Al mismo tiempo, existe un tercer elemento: El cuidado. Los interrogatorios son un momento sensible, siempre. Presionar de más a un personaje puede terminar con este resistiéndose a continuar hablándonos. Lo mismo puede suceder si mentimos y somos descubiertos, o si metemos la nariz donde no deberíamos frente a quien no deberíamos.
«Bueno, reinicio la escena y fue», pensará alguno de ustedes. Eso, estimado lector, no es posible. Si un personaje nos cierra la puerta, lo hace para siempre, y eso cierra a su vez todo un hilo que puede ayudarnos a resolver el misterio de turno. Una locación que no visitaremos. Un objeto que no vamos a encontrar. La posibilidad de acusar a la persona equivocada aumenta.
Si bien el arco principal jamás se va a ver interrumpido, la multiplicidad de desenlaces que tiene cada historia, al punto de que incluso pueden ser declaradas como irresolubles, logra mantenernos en una tensión constante, siempre revisando de manera rigurosa nuestro cuaderno de notas con el miedo de pisar ese palito que eche todo a perder.
Por lo demás este es un point-and-click con todas las mecánicas según el manual del género, pero lo bien ensamblados que están todos los casos entre sí, considerando todos los desenlaces posibles de cada uno, hace que Lamplight City logre sentirse como un juego completamente diferente.
Eso si, no logra escaparse de todos los confines que este género tiene, y muchas veces sufre en los momentos de pausa entre caso y caso. Las conversaciones entre los personajes, si bien son esenciales para el desarrollo de la historia y la construcción del entorno, en varias ocasiones se sienten largas en exceso.
El problema se «resuelve» fácil, haciendo click para saltear los diálogos más rápido, pero eso repercute en detrimento de la generación atmósferica y la inmersión. El tempo es un verdadero problema, pero es uno que Lamplight City solo podría evitar no siendo Lamplight City.
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Desarrollador: Grundislav Games
Lanzamiento: 13 de septiembre de 2018.
Plataformas: PC.
¿En Español?: No.
Fuente: Copia adquirida gracias a Grundislav Games (W10).