Para quienes no lo recuerden, en Little Nightmares (2017), nos pusimos en la piel de Six, una niña atrapada en un tenebroso barco llamado The Maw. El lugar además de contar con dimensiones extremadamente grandes en comparación al tamaño de la protagonista, está plagado de grotescas criaturas que quieren comerse a Six a toda costa. Es por eso que durante toda la travesía debemos ser cautelosos, sigilosos y tener mucha paciencia (además de nervios de acero).
En esta segunda parte el protagonista es Mono, un niño con una bolsa de papel sobre la cabeza, que despierta en la mitad del bosque en circunstancias un tanto extrañas. A los pocos minutos de inspeccionar la zona nos cruzamos con Six, atrapada una vez más. Tras liberarla, debemos huir de un terrorífico cazador y su escopeta a través del bosque, hasta que llegamos a la orilla de una playa. Luego de subirnos a una puerta flotante – al mejor estilo Titanic – remamos hasta el otro lado en donde encontramos una ciudad desierta y de más está decir, espeluznante.
Para alguien que jugó el título inicial apenas salió por allá en el 2017, esta primera parte de la historia estilo tutorial sirve a la perfección como recordatorio de todo lo que es Little Nightmares. Su universo, sus movimientos, su música, ambiente y sobre todo sus mecánicas. Al llegar a la ciudad desierta, ya estamos asentados y preparados para esta nueva aventura y creanme cuando les digo que es tremenda.
Algo a destacar y que se siente desde el primer instante en que se da, es que la compañía de Six es un plus por donde se analice. El hecho de no haberla puesto de protagonista nos da un aire fresco, permite setear esta nueva historia de forma independiente (aunque aún con guiños a la anterior) y además demuestra un balance ideal en su participación. Cuando la necesitamos, Six sabe qué hacer y nos da una mano (literal), pero por momentos da un paso al costado y nos deja hacer o deshacer a nuestro antojo sin convertirse en un estorbo.
Incluso hay partes del juego en las que desaparece y nos permite caer en esa soledad y angustia que nos genera un miedito muy disfrutable, tan típico de Little Nightmares. La verdad es que dentro de todas las IA que me he cruzado a lo largo de mi vida, esta es una de las mejores y más intuitivas que vi.
Como ya les spoileé un poco – mucho – el tutorial, quiero intentar hablar de forma menos detallada para no arruinarles la experiencia por completo. Sí, el juego mantiene su fórmula anterior: plataforma + puzzles, tiene casi la misma duración (este es un pelín más largo), pero también trae pequeños cambios o agregados aquí y allá que elevan el juego.
Aparte de ir acompañados de Six, que nos brinda ayuda en momentos clave, ahora contamos con la posibilidad de guardar ciertos elementos en lugar de cargarlos/arrastrarlos, como las llaves por ejemplo. Poner estos objetos dentro de nuestra gabardina nos deja las manos libres entre un punto y otro para poder defendernos de ciertos bichines malévolos. Así es, otro agregado del juego es la posibilidad de defendernos y atacar a ciertos enemigos utilizando herramientas que encontramos tiradas en el suelo.
No es un combate estelar, porque literal somos más pequeños que un hacha. Pero sujetar estas pesadas armas con nuestras dos manitas chiquititas e intentar dar un golpe acertado es muy tierno. Además de que nos permite zafar de varias situaciones tensas y peligrosas.
El tema de puzzles sigue exactamente igual que en la entrega anterior. No se trata de resolver acertijos ni rompecabezas per sé, sino de descubrir por dónde continúa la historia y qué camino tomar. Aquí debo admitir que en más de una ocasión perdí incontables minutos tratando de ver por dónde continuar o qué objeto utilizar o qué palanca/interruptor/botón tocar. Más veces de las que me gustaría admitir tuve que dejar el juego de lado para no caer en una frustración que podría haberme arruinado la experiencia. Pero si lo pongo en una balanza, tuvo claramente un impacto más positivo, gracias a la satisfacción de resolver un acertijo sin ni una sola pista.
Por otro lado, contamos con un mayor número de personajes a enfrentar. Tanto NPCs sueltos como “bosses” al finalizar cada sección. Esto significa que también tenemos un mayor número de escenarios por explorar: bosque, escuela, hospital, torre, etc. Cuando me di cuenta de esto me quedó claro que Little Nightmares II es aún mejor que su primera entrega.
Los escenarios están mucho más detallados, son más grandes, tienen una gran cantidad de elementos sueltos – con los cuales podemos interactuar – y a pesar de ser un juego en donde avanzamos linealmente hacia la derecha, tiene un paso del 2D al 3D que nos permite explorar los espacios que se ven en los fondos, regalándonos más contenido aún.
Por el lado de los personajes, encontré estos mucho más terroríficos que los del título anterior. Enfrentarme a unos cocineros, un conserje o a una señora tenebrosa no son nada en comparación a una cruel profesora, un sádico doctor y un misterioso hombre que es la copia de slenderman.
Lo que realmente me pareció más aterrador fue el darme cuenta de que estas nuevas pesadillas son más “realistas” o más “cotidianas” que las anteriores. Verme atrapada en una cocina con dos chefs obesos que intentan comerme no me generó el pánico y las náuseas que sí me dio el estar atrapada en un salón de clases con una profesora agresiva o en el consultorio de un médico desequilibrado. El enfrentar situaciones horrendas con las que uno se puede identificar en el plano real, incrementa el miedo y la ansiedad que se generan al mover a Mono y Six a través de esos espacios.
A su enorme personalidad estética (personajes repugnantes y escenarios retorcidos), se le suma toda la ambientación sonora que nos hace jugar constantemente con los pelos de punta. El nivel de detalle que tiene el área de sonido hace que no nos demos cuenta si hay música acompañando el juego, ya que estamos pendientes a cada rama de árbol raspando los vidrios, a cada objeto que sin querer pateamos al salir corriendo de una habitación, a los pasos y movimientos de los NPCs que nos quieren matar y a absolutamente todo lo que nos rodea.
El sonido está trabajado de una manera tan espectacular que hace la experiencia completamente inmersiva. Es por eso que recomiendo fuertemente que utilicen auriculares. Se disfruta mil veces más.
Claramente este no es mi género. Si soy honesta el único juego de suspenso/terror que poseo es Layers of Fear, el cual sólo conseguí jugar por dos horas, ya que por los constantes sustos, me empezó a doler el pecho. El tema con Little Nightmares es que hace muchas cosas bien y consigue envolverte en este universo tan particular.
Es visualmente grotesco, pero al mismo tiempo es hermoso gracias a sus escenarios tan bien armados y detallados, y ni hablar de los niñitos pequeñitos que manipulamos. Es realmente estresante y difícil, pero los constantes checkpoints y el autosave hacen que sea más llevadero el morir cada tres pasos. Da mucho miedo y estás en tensión constante, pero cuando pasas un nivel o derrotas a un boss sientes un alivio que te impulsa a ir por más.
Pero sobre todo, crea un pequeño cuento de terror con una narrativa exquisita (¡sin utilizar diálogos!), muy bajada al plano real que te motiva gracias a la necesidad de develar todos los misterios que te presenta. Definitivamente esta secuela no sólo está a la altura, sino que supera con creces a su predecesora. Por mi lado, no sé si podré volver a dormir ahora que tengo la imagen de la profesora grabada en mi mente y ese aterrador chirrido que suena cuando te vislumbran en una secuencia de sigilo. *Send té de tilo.*
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Little Nightmares 2 está disponible para jugarlo en Nintendo Switch, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5, Project Scarlett, Android, Microsoft Windows. En Press Over lo estamos jugando gracias a Bandai Namco. Podés ver más gameplay con Rai hoy a las 19:00 hs sintonizando Press Over TV.