“La diferencia entre el suspense y la sorpresa es muy simple (…) Nosotros estamos hablando, acaso hay una bomba debajo de esta mesa y nuestra conversación es muy anodina, no sucede nada especial y de repente: bum, explosión. (…) Examinemos ahora el suspense. La bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que el anarquista la ponía.
El público sabe que la bomba estallará a la una y sabe que es la una menos cuarto (hay un reloj en el decorado); la misma conversación anodina se vuelve de repente muy interesante porque el público participa en la escena. (…) En el primer caso, se le ha ofrecido al público quince segundos de sorpresa en el momento de la explosión. En el segundo caso, le hemos ofrecido quince minutos de suspense.”
El director Alfred Hitchcock explicaba el concepto del suspense de esta manera en una entrevista con François Truffaut. Antes de que me acusen de cineasta frustrada (como a Hideo Kojima) permítanme explicarles por qué traigo a colación estas frases cuando intento hablar del juego del que vengo a contarles: Mothmen 1966. Sus creadores, los argentinos Nicolás Saraintaris y Fernando Martinez Ruppel, lo definen como perteneciente a un sub-género único: el Píxel Pulp.
Con solo ver su estética podemos entender de dónde sale la parte de “píxel”. El arte es impactante, conmovedor y muy bello. Se me ocurren al menos cinco escenas que usaría como fondo de pantalla sin problema. Sin embargo es en el concepto de “pulp” cuando la cosa se pone un poco más compleja.
El suspenso, o suspense, como decía Hitchcock, es fundamental para crear una ficción de este estilo. Ya sea una historia de terror o de ciencia ficción (que en este caso hay un poco de ambos), esa manera de generar tensión en el espectador estaba fuertemente presente en este tipo de obras populares y en su momento sensacionalistas. Establecido esto creo que estamos en condiciones de afirmar que el Mothmen 1966 tiene pulp de sobra.
Entrando en la Dimensión Desconocida
Esta novela gráfica, que homenajea sin caer en lo obvio a los antiguos fichines pixel art de los 80, tiene una trama episódica y contada desde el punto de vista de diferentes personajes (pov: sos un ñato en los 60 y te comés un mambo re copado, dirían en Tik Tok). Está basada en la leyenda del hombre polilla, o Mothman, una criatura sobrenatural tipo Pie Grande que supuestamente se avistó en varios lugares empezando por Estados Unidos desde el año (si, lo adivinaron) 1966.
Entre sus protagonistas tenemos a Lee, un universitario que quiere darle una sorpresa romántica a su novia, a Victoria que es la pareja en cuestión y a Holt, un pobre flaco dueño de una estación de servicio que está re podrido de que los pibitos vengan a romper las guindas.
El gameplay es sencillo y al punto: pasar los diálogos, elegir opciones, más unos extras a la hora de los desafíos o acertijos. Al contrario de muchas obras de este estilo, las elecciones se sienten reales, tienen consecuencias inmediatas y da mucha satisfacción probarlas todas.
A medida que la historia avanza y la acción empieza a levantar vamos profundizando más y más en las historias de estos personajes hasta conocerlos de manera bastante íntima. El juego tiene más o menos dos horas de duración (por ahí un poco más si se intentan sacar varios logros) y lo primero que llama la atención es lo bien desarrollados que están nuestros protagonistas considerando el poco tiempo que pasamos con ellos.
Como suele suceder en este tipo de ficciones (ya sea en el cine, literatura o juegos) esta gente se junta por circunstancias de la vida y ahí se pudre. Sin spoilear demasiado voy a contarles que el fichín tiene de todo: hombres polilla (por eso el nombre, no se sorprendan), criaturas demoníacas, algo que para mi son aliens (ya me puse a teorizar), romance, gran diálogo y unos puzles bastante accesibles que nunca le quitan protagonismo a la trama. Recomiendo para la gente hispano hablante la versión en español que me hizo soltar carcajadas más de una vez.
Pulp Fiction
Mothmen 1966 me transportó a mis épocas de ver La Dimensión Desconocida por cable. La carta de amor al pulp fiction y a películas clásicas como Los Pájaros está clara y es extremadamente efectiva. Estaba completamente comprometida con la historia de sus personajes y maravillada tanto como por su estética como por su diseño de sonido, impecable y no abrumador.
Incluso hay un sutil (y no tanto) comentario social en su historia. Considero importante mencionarlo porque el terror es un gran vehículo para analizar la realidad y este juego y sus creadores lo comprenden. Se habla abiertamente de las injusticias de la época, la violencia, la masculinidad, el feminismo, los roles de género y hasta el aborto.
Creo que mi única crítica a este juego es que me dejó con ganas de más, pero considerando que el estudio promete dos títulos en el futuro para completar la trilogía, vamos a tener Pixel Pulp para rato. Incluso se incluye en esta versión una demo del próximo capítulo, Varney Lake, de la cual no podemos hablar demasiado pero ya les adelanto que se ve impresionante.
Es claro que la industria nacional de los videojuegos viene en alza y equipos como el de LCB demuestran una vez más el talento y la calidad que nuestro país puede ofrecer (mi país, mi país). Mothmen 1966 va a estar disponible en todas las plataformas a partir del 14 de julio y ya pueden pasar a verlo por su página oficial de Steam.
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Me encantó cómo narras la nota. Y también me gustó Mothmen. Cuando nos juntamos a mirar » la dimensión desconocida » ? Me encantó lo poco que vi de esa serie!
Besos Lu.
Gracias!! La dimensión desconocida es un serión!!
Yo todavía no lo terminé pero me encanta lo que voy jugando! Un plus tener juegos de este tipo en la play, no suelo ver muchos (casi ninguno en realidad).
Que bien!! La verdad está para jugarlo varias veces solo para ganar el solitario jajaja.