Diez años después del lanzamiento de Need For Speed: Hot Pursuit (2010), Criterion Games y Electronic Arts lanzaron Need For Speed: Hot Pursuit Remastered, un supuesto aggiornamiento a los estándares gráficos de hoy en día para un juego muy querido por el público general, que había representado una acertada remake de uno de los títulos clásicos de la saga Need For Speed, consiguiendo excelentes resultados de crítica y ventas.
Hot Pursuit Remastered no hace más que ajustar algunas tuerquitas técnicas para que corra un poco mejor, pero en varios niveles el juego se siente igual que la versión de 2010. Esto despierta la pregunta: si el juego es básicamente el mismo con unas sutiles mejoras técnicas imperceptibles si no tenés una tele/monitor 4K que puedas correr a 60fps. ¿Por qué Electronic Arts y Criterion Games decidieron traer de vuelta a Need For Speed: Hot Pursuit?
Porque Need For Speed: Hot Pursuit Remastered es un juego viejo.
Por un lado se nota a simple vista, porque el diseño de UI no envejeció muy bien. En los últimos años estuvimos viviendo una oleada de minimalismo de UI, y al no haber modificaciones en los menús ni en la interfaz, las tipografías quedaron grandes y ostentosas (como si el juego fuera de un año que no tenía en mente resoluciones 4K y televisores de doce mil pulgadas). Es lo de menos, pero no le hubiera venido mal una lavadita de cara en este aspecto.
Pero más importante, lo que delata la vejez de Need For Speed: Hot Pursuit Remastered es el gameplay, y sobre todo el meta game (cuando hablo de meta game, hablo del juego por fuera del juego, lo vinculado a cómo el jugador progresa). Y en este sentido al Hot Pursuit lo vi viejo, rancio y bien bien arrugado y población de riesgo… y Dios, cómo lo agradecí.
Esta es la cuestión: No soy ningún gamer. Salté a la generación de PS4 recién este año. Pasándome de largo prácticamente toda la generación de PS3 y casi toda la última. Me perdí la enorme evolución que recorrieron los videojuegos para competir por el tiempo de sus jugadores. Y al reencontrarme con los videojuegos este año, me sentí nada más y nada menos que un viejo choto.
Soy un jugador simple, y simples recordaba a mis videojuegos. No te llenaban de información desde el minuto uno, ni de monedas o artilugios que necesitás para aprovechar el juego al máximo. Para poner un ejemplo: Antes un juego de basquet era simple: ibas, jugabas un partidito, la pasabas bien, ganabas unos puntitos, con esos puntitos mejoraba a tu jugador, volvías a jugar y así. Diversión garantizada.
Hoy un juego de básquet es más o menos así: vas, elegís unas habilidades super especificas que funcionan como limitante a futuro, salís a un parque, «te hacés» un par de amigos, jugás a la ruleta a ver si ganás algunos puntitos más (sí, literalmente jugás a la ruleta), salís al parque de vuelta, jugás un picadito, la pasás mal porque te nivelan con jugadores que están anabolizados y pagan ra prata, jugás otro partido oficial, la pasas peor porque te ponen 30 segundos nomas, volvés al parque, te cruzás con LeBron James que te da unos consejos: para sumar puntitos tenés que ir a un gimnasio y jugar un minijuego corriendo en una cinta o levantando pesas, vas al gimnasio, levantás pesas, aparece LeBron James de vuelta, te regala unas zapatillas y te muestra dónde está el local al que tenés que ir para comprarte unas nuevas, luchás con el juego para entender cómo merda hacer para salir del parque, vas al entrenamiento, tirás un poco al aro pero solo, aparece el presidente del club y tenés una entrevista de 5 minutos reloj con él, volvés a jugar un partido, jugás 30 segundos más y sumás dos míseros puntitos que solo podés agregar a las habilidades que elegiste al principio, volvés al parque, volvés a tirar la ruleta, y así.
Todo eso para ganar horas de juego de usuario y esconder que el gameplay es el mismo hace 7 años, al punto que en 3 horas de juego estuviste sólo 15 minutos jugando al básquet.
Creo que a Need For Speed le pasó algo parecido. Hace poco probé el Need For Speed: Payback (2017) cortesía de PlayStation Plus, y el pensamiento que más se te cruza por la cabeza durante las primeras 2 horas de juego es «¿Qué carajos tiene que hacer uno para correr una maldita carrera?».
Que los autos, que los tipos de auto, que la amortiguación, que el motor, que el embrague, que la maquinola de casino para conseguir mejoras, que este auto puede jugar estas carreras pero estas otras no, que los niveles para desbloquear contenido, que este auto se desbloquea pero no lo podés comprar porque no te da el bolsillo todavía, que la búsqueda del tesoro para encontrar partes de un auto abandonado, que para jugar esta carrera tenés que irte hasta la otra punta del mapa, que los tres personajes, que no llegás ni a terminar la carrera que ya te están bombardeando cinemáticas de narrativa ridículamente pobres que hacen un esfuerzo descomunal en comprometerte con la venganza de un personaje bidimensional que no me importa en absoluto, ¡que yo quiero correr carreras carajo para qué creen que me compro un Need For Speed! (NdE: Bien Fran, ya sos de los míos)
No los culpo, parece inevitable. En esta última generación la industria de los videojuegos tuvo que empezar a competir con plataformas de streaming cada vez más abundantes y el boom de las redes sociales, y para eso se vio obligada a pelear por el tiempo de los usuarios. Tuvo que cambiar sus estrategias, un gameplay divertido ya no bastaba. ¡El usuario ahora tiene que pasar HORAS en este maldito juego, e invertir TIEMPO, EXPECTATIVAS Y SI ES POSIBLE PLATA DE SU PROPIO BOLSILLO! Y así fue como el foco de muchos desarrolladores pivoteó del gameplay al meta game, y los juegos empezaron a ser cada vez menos sobre el juego, y más sobre lo que hay alrededor del juego.
¿Pero qué pasó cuando arranqué el Hot Pursuit Remastered? Nada de eso. Puro placer. Es un juego para jugadores como yo que no tienen tiempo ni ganas de recorrer un mundo abierto ni administrar recursos cuando lo que quieren correr carreritas, evadir a la policía, buscar atajos y destruir a sangre fría a otros autos.
Acá la cosa es simple: Estás en Seacrest County, una ciudad hecha para pisar el acelerador y donde a la policía le importa tres pingos la integridad física de aquellos que persiguen. Elegí: ¿Qué querés ser? ¿Corredor o policía? Dale tomá acá tenés las carreras, acá tenés el auto, no te preocupes por comprar ni mejorar nada, vos andá y divertite pibe.
¡Y el gameplay es divertido! Ya lo sabíamos de la versión anterior. La mecánica de derrape para encarar curvas es muy entretenida de dominar, y la AI es desafiante sin volverse frustrante ya seas policía o corredor.
Y es cierto, la otra cara de la moneda de todo esto, es que el juego después de unas horas se torna un poco repetitivo. Más allá de ir subiendo la dificultad, desbloqueando autos exóticos y agregando algunos trucos y artilugios que podés soltar en el camino para despistar o destruir a tus oponentes, la mecánica es siempre la misma citada más arriba: Elegí la carrera, elegí el auto, elegí el color, y salí a divertirte. Sin customizaciones innecesarias, sin narrativas forzadas, sin personajes (de hecho el conductor es el mismo maniquí que en el 2010). El juego incluso lo reconoce, y no te hace jugarlo todo para poder correr con sus autos más poderosos, muchas pruebas son «test drives» de autos que te encontrarías sobre el final de la «historia». Todos contentos.
Need for Speed: Hot Pursuit vuelve para llenar un hueco necesario. Probablemente muchos jugadores, acostumbrados a otra cosa, lo sientan vacío, corto o con poco enganche, pero eso no está necesariamente mal. Eso sí: Si ya lo jugaste y no sos un adicto a las especificaciones técnicas, es básicamente el mismo juego, no esperes más que eso. Si no lo jugaste y estás esperando encontrarte con un juego con customizaciones, economía, mundo abierto, y todo eso que últimamente nos viene dando NFS, Hot Pursuit se te va a quedar corto. Pero si no jugaste a la versión original y no te bancas los juegos de autos que quieren ser más que un juego de autos, Need for Speed: Hot Pursuit Remastered es justo lo que estás buscando.
Jugamos Need for Speed: Hot Pursuit Remastered está disponible en PC, PlayStation 4, Xbox One y Switch desde el 6 de noviembre, y lo jugamos gracias a un código de prensa que nos brindó EA Latinoamérica.