A la hora de hablar de juegos de mesa, raro sería que no piensen en otra cosa que competir, ya sea todos contra todos o a lo sumo en equipos. Y es cierto, la mayoría de las mecánicas de los juegos que estuvimos analizando se tratan sobre ver quién es el primero en conseguir más puntos, llegar primero a X lugar o conseguir algo antes que todo el resto. Pero existen juegos que dejan 100% de lado la competencia.
Si, así como lo leen. Por arte de magia (o un mazo de cartas… suele ser una de esas dos) hay juegos que nos permiten jugar todos juntos CONTRA el propio juego.
Tal es el caso de Pandemic, un juego que nació en el 2008 y que hasta hace un par de meses tendría que haber mencionado la película Outbreak para explicar de qué se trataba. O quizás Contagio. En un mundo acechado por el Covid19 dudo tener que entrar en demasiado detalle.
El creador tuvo dos puntos en cuenta a la hora de desarrollarlo:
- hacer un juego 100% cooperativo. O ganamos todos, o no gana nadie. Sin medias tintas.
- Crear una experiencia que pueda ser jugada por el abanico más grande posible de edades, razas, religiones, etc. Básicamente, algo para todo el mundo.
Y no hay muchas dudas de que la clavo en el ángulo en ambos puntos.
Pandemic es un juego en donde hasta cuatro jugadores tendremos que elegir un rol de hasta siente personajes disponibles. Cada uno con una habilidad especial, lo cual hace que hasta elegir el rol sea una tarea en equipo importante. Luego una serie de enfermedades se dispersarán por el globo y será nuestra tarea evitar que las distintas epidemias se salgan de control.
Volviendo a la referencia de Outbreak: básicamente elegimos entre ser Dustin Hoffman, René Russo, Morgan Freeman y otro par de personajes más. Sólo que tendremos que hacer un mejor trabajo que el que se estuvo haciendo estos últimos meses a nivel mundial con el COVID.
Resulta terriblemente refrescante encontrar una experiencia que nos permite unirnos como seres, una de esas que nos juntan un domingo cualquiera a comer bizcochitos y compartir tanto la derrota como la victoria. Por sobre un escenario más habitual en donde uno sólo se burla de otros tres que, con el orgullo herido, le arrojan pilas y baterías usadas.
Pandemic es altamente recomendable, especialmente para aquellos que digan que no quieren jugar juegos de mesa dado que no disfrutan de la competencia basándose en, las muy entendibles, malas experiencias de tardes de TEG que terminaban con las mejores relaciones hechas añicos por unos desafortunados dados.
Además, sorprende con lo bien que simula una inteligencia artificial con tan sólo un mazo de cartas y algunas sencillas reglas para complicarnos la vida. Si hay algo con lo que pueden contar es que la ausencia de un rival físico no significa nada. Odiarán a ese maldito mazo de cartas. Se los prometo.
Es tanto el éxito que tuvo este juego que no se hizo esperar en largar sus propias versiones de DLCs. En el mundo de los juegos de mesa comúnmente llamados, simplemente, expansiones. Algunas agregan mayor dificultad, otras más personajes, variaciones de virus o incluso distintas locaciones. Pero, sin lugar a dudas, una de las variaciones más interesantes llegó con Pandemic Season One.
En este caso la experiencia se transformó en lo que se conoce como un Legacy. Esto es una versión que pretende ser jugada una sola vez en varias etapas, tomando decisiones permanentes que afectan para siempre el desarrollo posterior. Si jugar un juego es ver una película donde uno se sienta dos horas y vive una historia de principio a fin, un Legacy es como ver una serie: hay más desarrollo de la trama, de los personajes y si algo sucede en el capitulo 1, cuando nos juntemos el martes que viene a seguir la historia tendremos que lidiar con el escenario que dejamos la vez anterior. Los riesgos aumentan, pero también la sensación de triunfo al salvar el mundo.
No caben dudas que Pandemic es un juego que merece ser probado por todos y todas, así sea en su versión base, o con muchas de sus expansiones y spin-offs. Dentro de las cuales, por supuesto, no podía faltar una versión lovecraftiana…
Gracias por todo, perdón por tan poco.