Para una franquicia la palabra reinvención es casi una maldición que deja a los fanáticos en un estado de desidia total. Muchas lograron llevar estos cambios de manera positiva, como God of War, mientras que otras fracasaron una y otra vez, dejándolas como cáscaras vacías de lo que alguna vez fueron, como Sonic. Es por eso que luego de que anunciaran un juego de mundo abierto de Pokémon, los seguidores de la saga se alegraron y alarmaron de igual manera. Ahora, tras unos larguísimos 9 meses de espera la respuesta está finalmente acá, y viene con muchas facetas distintas.

Escarlata y Púrpura es el mejor producto a nivel jugable y conceptual que hizo Gamefreak en toda su historia como empresa. La compañía entendió a la perfección que necesitan las obras de su saga para funcionar como mundo abierto, intentando aplicar diferentes mecánicas de su propia franquicia que en su momento se sentían como medias ideas para realizar una obra completa que sirve como una bocanada de aire fresco en una saga que llevaba más de 9 años estancada y sin ideas. Una entrega que logró sacarla del pozo, pero al mismo tiempo se volvió la prueba más flagrante de un ciclo de desarrollo demasiado apretado que hace sangrar a una saga que merece más.
Pokemon remix
De Sol y Luna agarran las ideas de las pruebas y los pokémon totems para realizar las peleas con los titanes y parte de los gimnasios de la región, de X e Y logran agarrar el sistema de amistad y Pokémon Amie para reversionar en el poké picnic y los currys de Espada y Escudo reaparecen como sándwiches pero traen consigo la mecánica de los poderes O de la sexta generación. Incluso el movimiento se siente una mejora del Legends Arceus, una obra que se diseñó casi en paralelo a esta, pero que a pesar de todo termina resultando inferior a un videojuego que supo entender que cosas hizo bien y qué cosas mal una franquicia a lo largo de 20 años.
Se nota el trabajo de Gamefreak revisitando sus anteriores entregas en búsqueda de aplicar todo el conocimiento de los últimos 4 lanzamientos durante su era 3D para generar un producto superador que logra mezclar ideas inconclusas y hacerlas propias, en un experimento que logra transformarse en la mejor experiencia en la historia de la saga.

Además el mundo abierto realmente se siente vivo, con bichos que revolotean por ahí, lo que incentiva la imaginación de que estás en un mundo real y no uno digital. La mecánica de las manadas Pokémon y el uso de la pokédex para poder investigar dónde conseguir las diferentes especies es sencillamente fantástico y orgánico. Incluso el sistema de “pase de batalla” que te da diferentes ítems a medida que capturas diferentes especímenes incentiva a buscar e investigar el mapa porque a fin de cuentas beneficia la exploración.
La historia es predecible y clásica para la franquicia, pero debido a que son tres diferentes, y por la naturaleza del juego se hilan entre sí ya que es imposible realizar una entera antes de saltar a la siguiente, la realidad es que los problemas de monotonía de entregas anteriores desaparecen, lo que deja diferentes líneas argumentales que son como muy poco disfrutables y como mucho divertidas, sin salirse de la regla salvo las últimas dos horas que son dignas de un gran JRPG de corte clásico.
Uno de los puntos principales en los trailers que compartieron antes de la salida del juego era el énfasis en el multiplayer, y hace falta remarcar que a diferencia que Sword and Shield, donde el funcionamiento dejaba mucho que desear, los intercambios y las raids funcionan a la perfección y compartir el mismo mundo con otros jugadores también es una experiencia diferente que te permite vivir el universo que te plantean de una forma novedosa y super disfrutable.
https://youtu.be/w3zKEKIp-cQ
El diseño de pokémon nuevos y de personajes vuelve a un punto muy alto, con algunos de las figuras y bichos más interesantes desde la salida de la quinta generación, que como esta también es poseedora de los mejores temas musicales de la saga. Además las clases que podés tomar en la escuela, así como la versión light de los social links de Persona dan vida a personajes que en otro tiempo hubieran sido tan solo olvidables y ahora son queridos.
Un pasito pa’ delante y dos pasitos para atrás
A pesar de que es probablemente la mejor obra en la historia de la franquicia, y que probablemente redefina el futuro de la saga que más millones de dólares levanta a lo largo y ancho del mundo, hay una nube negra que se posiciona sobre el juego y reviste de un barro tóxico una experiencia que podría haber puesto a Escarlata y Púrpura en la pelea para el GOTY: su paupérrimo funcionamiento.
El juego anda mal, no es que anda más o menos, ni siquiera es que “hay algunas áreas donde hay bajones de FPS” pero por lo demás anda perfecto como podía pasar con el Bosque Kokiri en el BotW. Hay momentos donde funciona como si se tratase de un powerpoint e incluso en medio del área más tranquila del mapa, donde solamente hay agua y bichos, tironea como si alguien intentara correr el último Call of Duty en Ultra con una 950. El problema acá no está en la consola, como muchos remarcaron en las redes sociales, sino que es culpa de una apretada agenda de consumismo que apura a la salida de sus obras para que la rueda de la franquicia que más dinero genera en el mundo siga girando y produciendo juguetes, series y productos relacionados con juegos a medio andar.

Gamefreak no es la mejor compañía al momento de desarrollar una entrega, sino que por el contrario históricamente nunca lograron un producto que pueda correr bien desde que hicieron el salto al 3D, e incluso si se quiere desde antes, pero no se cuanto culpar a una compañía que es exigida por otras dos para completar un juego que necesita al menos cinco años de desarrollo en tan solo dos, con un equipo diezmado y dividido.
Se que Monolith supuestamente ayudó con el desarrollo y la optimización, pero la mano de los autores de los Xenoblade no se ve, lo cual hace pensar que no hubo un trato tan fuerte como se discutió en un principio.
El error más grosero igualmente es el memory leak que tiene la obra, porque si el único problema que tiene es que corre a 20 fps pero de manera constante en todo el mapa y se ve con texturas feas las críticas serían merecidas, pero al menos se podría poner que el funcionamiento es “aceptable”. Lamentablemente la realidad es que anda más o menos bien si lo reseteas cada 40 minutos lo cual es, ante todo, una vergüenza para una entrega que sale 60 dólares, e incluso si saliera 5 y estuviera hecha por dos personas.
Podría decir “esperen a un parche que solucione los problemas si quieren jugarlo” pero la realidad es que Gamefreak, y casi que Nintendo en general, no suele hacer arreglos para sus juegos por lo cual habrá que esperar al futuro DLC, que probablemente saldrá en julio, o rezarle un padre nuestro a Arceus todas las noches para que la empresa decida, aunque sea, volver la experiencia en algo jugable.
Sufriendo por el éxito
Pokémon es una de las franquicias más importantes en toda la industria del entretenimiento. Sus juguetes se venden como pan caliente, el animé es visto cada día por más gente y la maquinaria de TPCI es inmensa e imparable. El gran problema de esto es que el crecimiento del universo viene impulsado de la mano de lanzamientos que cada vez más están viendo menos y menos tiempo de desarrollo, lo que deja ideas geniales mal implementadas y las peores optimizaciones de una consola que necesita desarrolladores que busquen formas inventivas para mejorar el rendimiento.

Escarlata y Purpura son víctimas del éxito de una franquicia que se transformó en algo demasiado grande para frenar y en el medio queda la mejor expresión de la saga en toda su historia, marcados por un desarrollo de tiempos muy acotados y fatiga. Porque si, es la obra que mejor logra implementar todas las medias ideas que tuvieron sus antecesores, e incluso, parafraseando al campeón del mundo Wolfey Glick: “Es imposible volver a jugar generaciones anteriores tras experimentar estos juegos”.
https://twitter.com/WolfeyGlick/status/1593837837446586368
Por primera vez en 9 años la saga logró conseguir una idea y marcar un camino a seguir y sobre el cual construir. Años y años de ensayos y entregas que parecían demos técnicas culminaron en un producto que se puede decir: “por fin salió un buen Pokémon 3D”, pero lamentablemente nada es fácil con esta franquicia, y lo que debería haber sido una celebración al mundo pokémon terminó, una vez más, transformándose en un lanzamiento polémico que se siente a medias tintas.