En la era digital, las teorías conspirativas ocupan cada vez más espacio de debate en la sociedad, a tal punto que muchas de ellas terminan convirtiéndose en parte de la cultura dominante. El interés que generan se basa, principalmente, en la necesidad del ser humano de tener un cierto control sobre las cosas que superan nuestro entendimiento; de esta manera, en nuestra mente logramos “entender a quién debemos culpar” o mejor dicho, “quién es el villano detrás de lo ocurrido”.
Uno de los casos de conspiración más conocidos que terminó siendo parte de la cultura pop, fue el Incidente del paso Dyátlov y el misterio que esconde la muerte de los nueve alpinistas.
¿Qué ocurrió?
El 1 de febrero de 1959, nueve excursionistas decidieron llevar a cabo una travesía al norte de los montes Urales, sin embargo, nunca llegaron. El grupo estaba formado por alpinistas acostumbrados a vivir en duras condiciones de montaña, Ígor Dyátlov era líder de ese grupo.
Pero 20 días después de su partida, al no tener noticias de los jóvenes, un equipo de búsqueda partió hasta la zona. El 26 de febrero encontraron el campamento abandonado en Kholat Syakhl, (mejor conocida como “La montaña de la muerte”). Lo que encontraron: una tienda en muy mal estado cortada desde dentro, como si intentaran huir de algo.
Varios metros adelante, se hallaron los cuerpos distribuidos en varios puntos; algunos cubiertos por la nieve, muchos de ellos descalzos y en ropa interior en una zona donde la temperatura media es de 30 grados bajo cero. Si bien en principio todos murieron por la hipotermia, los cuerpos presentaban posturas perturbadoras y heridas incompatibles con la temperatura: cráneos destrozados, una lengua arrancada, costillas rotas, ojos fuera de sus órbitas y hasta niveles de radiación.
Hoy, 62 años más tarde, el incidente Diátlov sigue siendo uno de los misterios que más especulaciones generó; desde que los jóvenes fueron atacados por presos fugados o por los mansi, hasta que los asesinaron miembros de la KGB, que fueron víctimas de un experimento militar secreto o que alienígenas segaron sus vidas.
El caso en la cultura pop
Como dije anteriormente, todo suceso sin explicación despierta el “chip” de las teorías conspirativas las cuales generan un sinfín de notas, documentales, películas y en este caso, un videojuego.
Entre 2015 y 2016, el estudio polaco, IMGN PRO, lanzó Kholat, un juego indie de terror en primera persona que recrea a la perfección la locación e hipótesis sobre el incidente. En el mismo, manejamos a un hombre –cuya narración es interpretada por Sean Bean-, quien decide averiguar qué causó la muerte de los nueve alpinistas rusos.
Al momento de jugar este título, es importante tener en cuenta que es un walking simulator que nos invita a recorrer un mapa totalmente abierto con ayuda muy escueta y que, todo el peso de la historia está puesto en la presentación de la montaña. El tener que caminar lentamente por la nieve soportando fuertes ventiscas heladas, la forma en la que te rodea la oscuridad, el ruido de los árboles…todo un recorrido exhaustivo que debemos atravesar con la ayuda de un mapa, una linterna y una brújula para ir encontrando fragmentos de los informes que nos permitirán comprender lo ocurrido y nos harán sentir como si estuviéramos realmente en la expedición.
Algo que Kholat hace muy bien es apostar al “terror” de una manera muy particular, transmitiéndonos la sensación de estar perdidos en medio de la nada, caminando una y otra vez por las mismas locaciones donde los sucesos paranormales no tardarán en aparecer; nuestra linterna comenzará a parpadear y no podremos evitar sentir una tensión constante a medida que los sonidos se apoderan del ambiente sin que sepamos de donde vienen.
El desarrollo de Kholat está pausado actualmente, a pesar de ello, es un título de exploración con una ambientación de lo más extraña que logrará sumergirnos por completo en su enigmático y frío universo pero sobre todo, es un videojuego de nicho y para aquellos que conocen la historia del caso.
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