Es Domingo 10 AM, ya escuchás a la vecina barriendo la vereda. Se puede oler una parrilla prendiéndose de otro vecino afortunado, y vos ahí, con los mates preparados al lado pensando “Voy a probar este Riders Republic que seguro es tranqui, acorde al día”.
Ni bien te sentás para experimentar esta aventura, Riders Republic no pierde tiempo y te cachetea rápidamente antes de que te cebes el primer mate. Comienza de lleno con una muy veloz introducción a tres de los deportes que practicaremos y perfeccionaremos más adelante.: Bike, Rocketwing y Snowboard/Sky.
Luego de unos cuantos golpes y porrazos, finalizada la intro, nos encontramos con el ya conocido modo de creación de avatar. Nada que no hayamos visto en un RPG de buena escuela. Los detalles en los personajes son buenos, muy al estilo Sims pero con un poco menos de opciones a la hora de personalizar.
Estamos en una especie de campamento extremo llamado Riders Ridge, en medio de los parques nacionales de EE.UU: Bryce Canyon, Yosemite, y otros más.
En este camp conocemos gente ultra cool, a la moda, rebelde, típicos de película universitaria yankee. A los cuales tendremos que refregarle en la cara que somos los mejores Riders de toda América.
¿Recuerdan los programas/documentales de X-Games? Bien, esto es como jugar uno de ellos. Con entrevistas a los personajes, mostrándonos la vida que llevan y su historia personal. Muchos juegos de cámara enseñando todo el evento, con pantallazos a las pistas, los competidores más renombrados. Muy completo y descriptivo.
Ubisoft nos trae de forma superrealista la posibilidad de hacer realidad el sueño de muchos: ser skater, biker profesional a lo Tony Hawk.
Iremos de competición en competición trasladándonos con el clásico viaje rápido para los gamers ansiosos, o recorriendo kilómetros y kilómetros sacando capturas a los hermosos paisajes que tiene para ofrecernos Riders Republic.
Todas las carreras nos brindan 2 modos de jugarla: Modo Solo Jugador, para mejorar el tiempo y subir el ranking o enfrentándose a más de 50 jugadores a la vez en el Modo Multijugador.
En medio de las carreras aprenderemos los nombres de los trucos que hagamos, cómo aterrizar mejor y aprovechar mejor la velocidad de giro para mejorar la puntuación.
El extenso mapa permite viajar a nuestra disposición por donde queramos para completar los logros y conocer todos los paisajes que nos presentan. Existen muchos objetos ocultos y lugares para desbloquear. Al ser un mundo abierto tendremos kilómetros de viaje, lo cual se vuelve algo aburrido a veces. Es excelente el realismo de los sitios que conocemos, pero por suerte está el Viaje Rápido. De lo contrario tardaríamos mucho tiempo de una pista a otra.
Con diferentes tipos de suelos, observaremos cómo cambia increíblemente la fricción en nuestras ruedas y pelearemos a muerte con el agarre y los tiempos de reacción.
Los juegos y movimientos de cámara pueden ser algo confusos por lo rápidos que son, pero están muy bien hechos. Un efecto de desenfoque ambiental nos centra en nuestro corredor y nos sumerge en cada carrera como si fuera la última. Da la impresión de que es uno el que está corriendo realmente.
La música es un punto clave para que este videojuego sea una experiencia excelente.
Nada de música en loop, sonidos aislados, o “música de ascensor”. No gamers, acá se escuchan bandas posta, con canciones zarpadas. Se van a acordar de Need For Speed Underground, FIFA 99 y otros títulos en los cuales pasaba algo similar y terminas buscando en internet que canción era para escucharla mientras te bañabas (?).
Para sumar a esta experiencia, Riders Republic tiene un modo ZEN en el cual podrás ir y recorrer libremente el vasto mundo que nos presentan. Algo muy útil para chequear en totalidad si hay bugs, que tan minuciosos fueron los desarrolladores para los detalles. Y porqué no, encontrar algún que otro secreto. Y sobre todo, entre tanto deporte extremo, este modo de paz, te permite recorrer y disfrutar de los paisajes que tanto laburo les dieron a los desarrolladores.
En este modo ZEN si me parece acertado la cantidad de tiempo “viajando” entre competición y competición. Por qué se trata de eso, bajar revoluciones y disfrutar la vista.
Por el amor a las papas con cheddar, jueguen Riders Republic con los gráficos al 10000%, vale cada centavo. De por sí es una experiencia muy realista, desde el viento hasta el crecimiento del pasto. La calidad de la vegetación y detalles de los lugares super conocidos como son estos parques nacionales, fua Sandra… Que hermosura.
Algo que me flasheó y me parece algo que tiene que estar en TODO videojuego es el menú de configuración de gráficos. Es la primera vez que observo que cuando modificás las texturas, sombras, iluminación y demás opciones, al lado te aparece una pantalla para ver claramente las diferencias de la calidad y así elegir la opción deseada.
Parece una pavada, pero yo le doy 50 Zenkipuntos.
Una experiencia realmente disfrutable. Le metieron mucha ficha y power al apartado gráfico como para pasarlo por alto.
Aunque el progreso es algo lento y de a ratos se vuelve algo repetitivo, no hay duda que Riders Republic es un tremendo juego, digno de viciar varias veces solo o con otros gamers. Una especie de Fall Guys con vehículos, si somos más amigxs jugando, más divertido va a ser.
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