Cuando vi el trailer me pasó algo muy particular. No entendí absolutamente nada del juego ni lo que tenía que hacer, en gran parte porque no te lo explican, pero por alguna razón me quedé con muchas ganas de descubrirlo. Me alcanzó el maravilloso arte estilo Saul Bass y la banda sonora cargada de jazz para querer darle una oportunidad. Pero la ilusión no me duró mucho tiempo, pues si bien tiene prometedoras cualidades, Rip Them Off no consigue en ningún momento ser claro y menos aún divertido.
Este particular título francés tiene como propósito posicionar al jugador como el nuevo miembro del departamento de ventas de una compañía. En este nuevo trabajo seremos manejados por La Junta, quienes nos darán ridículas indicaciones e imposibles metas por cumplir para generar la mayor cantidad de ganancias. Y para poder tener éxito, y de paso mantener nuestro empleo, debemos analizar el flujo de personas en cada uno de los escenarios y trazar la mejor estrategia para conseguir que entren en nuestras tiendas y gasten todo su dinero.
¿El problema? No tenemos una introducción correcta y mucho menos instrucciones. Hay un pequeño tutorial al inicio pero no nos da absolutamente nada de información sobre lo que tenemos que hacer. Si queremos las instrucciones debemos buscarlas en el menú inicial, aunque hay un disclaimer que dice que traen spoilers. Esto me pareció ridículo ya que saber cómo funciona el juego no tendría por qué arruinar la historia. Y de todas formas, no son ni un poco claras, así que lo único que queda es la prueba y error (y rompernos un poco la cabeza).
Cuando iniciamos un nivel tenemos una cantidad determinada de dinero y cierto número de lotes vacíos que debemos llenar con nuestras tiendas. Para esto tenemos un abanico de posibles opciones, cada una representada con una figura geométrica, como para aumentar un poco la confusión del jugador. Cada espacio tiene características particulares a parte de su precio: cantidad de personas que pueden estar dentro al mismo tiempo, demora de cada una y cuánto gastarán como máximo. Entonces, según el flujo de personas que vemos en las calles y las direcciones de sus desplazamientos, debemos elegir la mejor combinación de locales para así sacar la mayor cantidad de ganancias y dejar contentos a los consumidores, pero sobre todo a La Junta.
Aunque eso no es todo. Conforme los consumidores van gastando su dinero y llenando nuestros bolsillos, tenemos la posibilidad de hacerle upgrades a las tiendas sobre la marcha para así sacar más provecho e incluso tenemos la opción de cambiarlas por otro tipo de espacio más grande y con mejores capacidades.
La propuesta del juego es totalmente atractiva y las reglas consiguen entenderse en la teoría, pero en la práctica es en donde todo se desmorona. Los primeros escenarios son fáciles de superar, pero cuando llegas a los más grandes, en donde debes manejar tres o más tiendas al mismo tiempo, todo se vuelve un caos. Es que no importa qué tanto lo analices ni qué tantas combinaciones hagas, solo existe una forma correcta de pasar el nivel, por ende hay muy poco espacio (o en realidad ninguno) para la exploración y ahí se destruye la atractiva fórmula de Rip Them Off.
En lugar de aprender cómo se juega y divertirnos con eso trazando infinidad de estrategias creativas, lo único que hacemos es intentar adivinar lo que los creadores quieren que hagamos. A esto hay que sumarle que todas las opciones del juego están desbloqueadas desde el inicio (arrancamos con todos los tipos de tiendas disponibles por ejemplo), lo que nos deja sin una curva de aprendizaje para subsistir.
La hermosa música y arte pierden su atractivo por completo cuando te pasas horas renegando porque es imposible llegar a una meta de 60 mil dólares con un presupuesto de 12 mil y solo tres días para conseguirlo. He llegado a pasar más de dos horas probando todo tipo de tiendas, upgrades y cambios en un solo escenario para así poder continuar con mi aventura, y es altamente frustrante.
Es una pena ya que una fórmula tan atractiva como esta (sátira corporativa + tower defense + puzzles + música jazz + estilo minimalista de los años 50) podría haber sido un golazo y un giro nuevo para este género de videojuegos. Es una propuesta innovadora, desafiante y altamente adictiva (sobre todo si eres cabeza dura como yo y no quieres dejar que un juego “te gane”), pero cuando todo eso no te genera ni un poco de diversión porque no se te permite disfrutarlo, sabes que tienes un fracaso entre tus manos.
Jugamos Rip Them Off en PC gracias al código de prensa que nos entregó Player Two. Está desarrollado por los franceses de Lozange Lab y lo pueden jugar en Steam y iOS desde el 24 de septiembre.