No voy a mentir, tenía un poco de cagaz* con la salida de Rogue Legacy 2. El pensamiento de “ojalá no la choquen” estaba ahí latente porque, más allá de los trailers que pudimos ver en su momento, la realidad es que hasta que no agarrás el joystick y empezás a jugar no sabes con qué te vas a encontrar. Y por suerte ese pensamiento temeroso de mi parte estuvo muy, pero MUY, equivocado: Rogue Legacy 2 es una secuela que está a la altura y supera al original por lejos.
Más, en este caso, es mejor
Rogue Legacy fue, y es, un juegazo. Eso no está en discusión. La propuesta con la que salió allá por 2013 fue sumamente novedosa y, especialmente, divertida. La idea de ir atravesando los distintos niveles con tus descendientes, cada uno con sus particularidades, era llamativa y delirante. La pregunta hasta ese momento fue ¿Se puede hacer algo más con esta fórmula? O ¿Estábamos en presencia de una suerte de “one hit wonder” dentro de los videojuegos?
Con esas preguntas en mi cabeza me senté frente a la PC y arranqué. En mi primer run en el Rogue Legacy 2, el personaje que inicia mi Casa, por así decirlo, y de donde vendrán todos mis herederes, resultó ser un caballero que como condición tenía la “habilidad” de poder tirarse pedos y aprovechar el impulso de sus gases para poder saltar más alto y llegar a plataformas o lugares no tan accesibles. OK, no voy a mentir, el arranque fue hiper prometedor y automáticamente me subí a la Roguelegacyneta (?)
Nuestro personajes es un jenga viviente
La realidad es que esta nueva entrega explota a más no poder los atributos que hacen única la propuesta, nos encontramos con una variedad muy grande de clases, runas, habilidades, equipo y por supuesto de skills (de los buenos y de los malos, obviamente): Muchas variables las controlamos nosotros, mientras que otras las vamos a tener que recibir sin chistar y lidiar con ellas.
A las cualidades que ya conocíamos del título anterior, se le suman unas habilidades nuevas llamadas “herencias” que deberemos ir destrabando en cada nivel y que nos permitirán atravesar los mismos, además de una serie de reliquias que brindan ciertos bonus o habilidades sumamente útiles pero, si abusamos de las mismas, tienen un impacto negativo en nuestra partida.
Acá es donde entra un nuevo componente: nuestros personajes tienen un % de resolve, en castellano, sería la confianza y el aguante con sus habilidades (una suerte de barra de amor-propio). Cada reliquia consume un X% de nuestra barra de resolve, por lo que si baja de 100% empezaremos a notar como comienza a bajar el total de nuestro HP y MP.
Y esto mencionado anteriormente esta atado a algo que Rogue Legacy 2 mantiene, por suerte: la fragilidad de nuestro personaje. Más allá de que podemos upgradearlo, aumentando su capacidad de aguante (HP) como de daño, el juego siempre nos recuerda que la muerte puede estar en la siguiente pantalla. No importa si es un enemigo chiquito, grande o es un “mini boss”: somos de papel y, si no nos cuidamos, a los 5 porrazos vamos a estar despidiendo a nuestro personaje y saludando a nuestro nuevo heredero, una tasa de mortalidad del 100%.
Por otra parte, el apartado visual presenta un refresh en cuanto a estilo, que realmente se celebra, se nota un trabajo muy cuidado y con muchísimos detalles en cada uno de los aspectos: personajes, fondos y enemigos se sienten y ven sumamente coloridos, con un estilo medio “cartoon”, haciendo que cada partida se juegue con mucho dinamismo.
En cuanto a las clases, atributos y skills ahí nos encontramos con un verdadero multiverso de posibilidades: Llevo jugando casi 20 horas y la realidad es que en cada pasada descubro algo nuevo. Ya sea porque destrabé una nueva sección de mi castillo o bien porque aleatoriamente me arroja una nueva condición que hasta ese momento no había descubierto.
Clases van a tener para elegir y realmente hay para todos los gustos: A las clásicas que ya conocíamos de la primer entrega se le suman varias nuevas que, sin spoilear, voy a decir que son sumamente divertidas y que en muchos casos te las cruzás por pura casualidad gracias al enoooorme castillo que vas construyendo: ¿Un payaso boxeador? ¿Un pirata que como skill tiene la habilidad de subirse a un barco volador y disparar cañonazos? ¡ADEEEEEENTRO!
Historia y referencias cruzadas
Si hay algo que caracteriza a Rogue Legacy 2 es, como su predecesor, mucho del lore lo iremos descubriendo a medida que juguemos y logremos dar con distintas entradas de los diarios de cada level que nos van contando un poco sobre lo que ocurre en este mundo.
Queda en cada jugador si le interesa o le quiere prestar atención a entender por qué ocurre lo que ocurre en este mundo o, como me pasó durante muchos runs, decidimos skipear toda esta parte para ir directo a elegir a nuestro nuevo heredero (de 3 posibles), upgradear lo que consideremos e intentar, nuevamente, vencer al boss del level en el que estamos metidos en cuestión.
Rogue Legacy 2 nos plantea 6 escenarios con su respectivo jefe, cada vez que vayamos venciéndolos, una misteriosa puerta dorada ira liberándose de unas lianas/raíces y es a dónde nos deberemos dirigir para dar cuenta del jefe final. Aparte de los escenarios en donde iremos progresando nuestra aventura, tenemos la posibilidad de cruzarnos con unas zonas especiales llamadas “Scars of Erebus” (Cicatrices de Erebus).
Esta zona se nos habilitará en nuestro castillo ni bien logremos vencer la primer cicatriz con la que nos encontremos y nos da la posibilidad de participar de desafíos que nos permitirán recolectar almas, un ítem que nos da la posibilidad de acceder a comprar upgrades únicos. De nuevo, un agregado que será del disfrute de aquellos jugadores que busquen algo más, distinto o desafiante a la historia general.
Quizás este puede ser uno de los puntos flojos(o no, depende de cada player), no estamos en presencia de una historia atrapante al estilo Hollow Knight. Siento que en presentación se parece más a lo que ocurre con el Dead Cells, queda en cada jugador decidir cómo quiere involucrarse con la misma. De hecho, que mencione estos dos títulos no me parece cosa del azar, algo que me sucede con Rogue Legacy 2 es que me evoca ambos títulos: Tanto los bosses como el diseño de los niveles tienen una reminiscencia al Hollow Knight y al Dead Cells.
En conclusión: ¿Por qué? No hay porqué
Rogue Legacy 2 se disfruta y mucho. De hecho voy a plantear una hipótesis: Si sos un viude como yo del Elden Ring y te está pasando que no encontrás ese fichín que llene el vacío existencial y filosófico que te dejó la última obra de Miyazaki, hay altas chances de que en el Rogue Legacy 2 encuentres un poco de paz y felicidad.
Repitiendo la fórmula que en su momento lo hizo resaltar y llamar la atención, esta secuela explota los mejores atributos del original, mantiene lo que tiene que mantener y agrega novedades que ayudan a enriquecer la experiencia en general.
Creo que la mejor señal es que muchas veces te vas a encontrar con que tu heredere tiene la combinación más bizarra de atributos y ante la pregunta de “¿Por qué me sale esto?” uno automáticamente piensa como la dueña de aquel supermercado chino que se hizo viral y se autoresponde “No hay porqué”, y acto seguido nos subimos a la barca de Caronte y partimos hacia el maldito castillo para ver qué configuración de habitaciones nos tocó esta vez y si este nuevo heredere será el elegide para lograr destrabar la puerta dorada.
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