Cada vez que sale un juego de FromSoftware hay controversias, y obviamente Shadow of the Erdtree, el esperado DLC de Elden Ring, no fue la excepción. Pero yo no vine a debatir de si está bien o mal que para acceder al mismo tengas que matar a un boss opcional. No, yo estoy acá para seguir afirmando que Elden Ring es el mejor souls de todos.
Shadow of the Erdtree nos sitúa en Las tierras de las Sombras o en The land of shadows, un nuevo mapa para descubrir, explorar y obviamente morir miles de veces por giladas, bichos gigantes y porque nunca somos lo suficientemente buenos para este estilo de juego. Aunque, sin embargo, siempre volvemos a él.
The shadow of the story can now be told. Learn the history of the Realm of Shadow, the unseen land that will be revealed on June 21, 2024.
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— ELDEN RING (@ELDENRING) May 21, 2024
No se ustedes, pero yo vuelvo por esa comunidad que se maneja desde las sombras, con sus mensajes, sus ayudas y esas manchas rojas que te marcan “acá la quedaron”. Y porque amo mucho abrir el mapa, ver un punto y decir “Para para, ahí tiene que haber algo”, y emprender el viaje hacía lo desconocido.
Shadow of the Erdtree es eso, un hermoso viaje a lo desconocido, al reino de las sombras, el camino para conocer aún más sobre Miquella. De hecho, para poder acceder al DLC tendremos que conectar con Miquella en su versión de capullo, luego de que derrotemos a Mohg en su palacio.
Es un viaje que aún no se ha terminado de disfrutar. Todavía sigo paseando por los infinitos dungeons. Si antes pensaban que algunos de los anteriores eran largos, no se dan una idea de lo que pueden ser estos. Repletos de trampas, laberintos, secretos, y por sobre todas las cosas nuevos jefes, nuevas ashes y una gran cantidad de equipamiento.
Una aventura que tiene sus idas y vueltas, pero que se siente con menor libertad que el juego base.
Comprendo que acá buscaban un foco narrativo, por más que siempre su lore fue medio críptico. Pero justamente al servicio de la historia, hubo momentos en dónde lo sentí mucho más un Dark Souls que un Elden Ring.
En su momento disfruté los souls, pero nunca logré amigarme con esa cuestión de “Bueno no podés pasar por acá, anda a farmear runas, git gud y cuando estés listo volvé”. Pero Elden Ring modificó esto, otorgando un mundo abierto en el que literal podías ir para dónde se te cantaba. Si bien en este DLC tenés libertad de pasear y sentir progreso, hay otros momentos en que la fórmula vuelve a las raíces..
Shadow of the Erdtree resulta menos críptico que el original. Si bien le presté mayor atención a lo que me contaban los personajes, si siente que la narrativa es mucho más clara.
En lo que respecta al nuevo equipamiento, mi estilo de juego sigue siendo muy similar a lo que jugaba en el original. Pero he visto varias guías y builds muy interesantes en base a varias armas nuevas. Aunque me llamó la atención el encontrar nuevos Spirit Ashes y sentirlos inferiores al gran mimic y tiche.
Por último, uno de los cambios que ofrece esta expansión al mejorar a nuestro personaje es que, aunque el nivel sigue importando, es más importante encontrar los fragmentos que mejoran el bonus que obtenemos al entrar al reino de las sombras. Se podría decir que es la principal, y nueva mecánica de esta expansión: recorrer la gran mayoría del mapa para ver si encontrás un fragmento, y seguir aumentando el poder.
Estos fragmentos realmente cambian a nuestro personaje, al principio me resultaba muy cuesta arriba. En especial porque estoy jugando Shadow of the Erdtree en NG+. Pero a medida que fui obteniendo los distintos fragmentos, recorrer el mapa se hizo más llevadero.
Mi viaje en estas tierras aún no ha terminado, llevó unas 40 hs aproximadamente, y aún me queda mucho por recorrer. Porque si bien mucha gente juega por la satisfacción de derrotar a los jefes más jodidos, mi felicidad en Elden Ring va por el lado de descubrir dungeons, y ayudar a bajar bosses. ¡Git gud tarnished boy!