Parecen dos monolitos, o bien podrían ser un enorme monumento. Acumulando tierra y reflejando la luz marciana como si se trataran de algún tipo de faro, los dos cohetes de transporte, los últimos en arribar a esta esperanzada colonia, son ahora un recuerdo de tiempos mejores.
Cinco domos, más de 300 pobladores, dos generaciones nacidas en este suelo rojo trabajando a todo vapor adonde quiera que se mire… Todo indicaba que el futuro de la humanidad en Marte sería grandioso.
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Pero entonces llegó la guerra. Esos malditos ataques terroristas que sumergieron a la Tierra en la Tercera Guerra Mundial, llevándose con ella nuestro preciado (y todavía necesario) cordón de suministros.
Ahora, mientras más de un tercio de la colonia muere por el hambre, otra buena parte se quita la vida en desesperación, y los científicos de la colonia (los que quedan, al menos) intentan, sin éxito a la vista, lograr que las plantaciones den algo comestible. Un primer paso que nos permita revertir la crisis antes de que sea demasiado tarde.
Surviving Mars, el nuevo simulador espacial de Haemimont Games y Paradox Interactive, se toma muy enserio eso de sobrevivir. Nos enseña que conquistar Marte, o cualquier otro planeta del Sistema Solar para el caso, es mucho más complejo de lo que vemos en las películas, libros y cualquier otro producto de ciencia ficción.
Es difícil esclarecer si una partida en Surviving Mars puede ser dividida en etapas, pero lo que es seguro es que todas tienen un preambulo: el cimentado de la colonia a través de la mano de obra robótica. En qué momento llegarán los pioneros requiere de que primero establezcamos ciertas bases. Como fuentes de energía eléctrica, estaciones de mantenimiento para nuestros drones, comenzar a explotar yacimientos de agua y de roca, y construir un domo con oxígeno y espacio habitacional.
Sólo entonces llegarán los humanos, que a su vez abrirán enormemente el abanico de posibilidades dentro de este desértico planeta.
No cometan mi error. No piensen que Surviving Mars se ubica en la misma línea que Cities: Skylines. Esta no es una sesión relajante de diseño urbanístico, aunque la música es muy buena. Es una lucha titánica contra un gigante rojo que constantemente nos golpea buscando puntos débiles.
Para ganar esta batalla es necesario estar siempre al borde del asiento. Atentos a los recursos. A los fondos financieros de nuestra misión. Y siendo completamente conscientes de las decisiones que estamos tomando.
El árbol tecnológico del juego es inmenso, y cada paso ofrece nuevas opciones de juego tan atractivas como el de al lado. Por eso es imperante estudiarlos con detenimiento y formar un plan a mediano plazo.
Mi error fue relajarme en la cuestión alimentaria. Mi conexión con la Tierra y el constante tráfico migratorio que eso permitía hacían que las provisiones nunca faltaran. Lo aproveché para consumir mis puntos de investigación en otras áreas, ignorando incluso los comentarios de mi equipo de científicos, que advertían sobre la dificultad de lograr que los pocos cultivos de la colonia fuesen comestibles.
Hasta estaba organizando los primeros festivales de la cultura marciana.
Entonces se dieron los ataques en la Tierra, que eventualmente provocarían el estallido de la Tercera Guerra Mundial. Este evento (y probablemente otros más que aun no he descubierto) es un gran elemento del juego, y uno que permite que nunca se generen valles en nuestra partida, no importa qué tan avanzados estemos.
Son la verdadera prueba de supervivencia, en especial porque no tenemos ningún tipo de control sobre ellos. La TGM en particular está compuesta de una serie de sucesos que se van dando a medida que la crisis avanza, comparables a tener una mano que se contrae y relaja sobre nuestro cuello, pero nunca nos suelta: arribo de refugiados, escasez de suministros para importar, comisiones de la ONU, cierre total del tráfico aéreo.
Surviving Mars no deja nada afuera del plato cuando estos eventos críticos comienzan, y lo único que podemos hacer es navegar la corriente esperando no darnos contra las rocas.
[perfectpullquote align=”full” cite=”” link=”” color=”” class=”” size=”35″]Son cositas que me vuelven loco, y que llenan de vida al juego.[/perfectpullquote]
Yo me la di, y me la di duro. El recuerdo de eso es una colonia abandonada en el hemisferio Sur del planeta, en las oscuras costas del Mare Erythraeum.
Igualmente, Surviving Mars no es sólo peligro. Hay mucha belleza en este título, y la podemos apreciar en el escenario marciano y en el detalle de cada uno de los edificios y unidades. Los medidores, los mecanismos, el ciclo día-noche, el despegue y amartizaje de los cohetes… puedo estar así todo el día.
¡Las ventanas se abren cuando el colono entra a su casa! Son cositas que me vuelven loco, y que llenan de vida al juego.
Quizás el único punto flojo del juego, y uno que en realidad se repara solo a medida que jugamos, es la falta de algunas explicaciones. Si bien Surviving Mars nos ofrece una microguía durante nuestros primeros pasos en Marte, ésta omite ciertas herramientas. Algunas de ellas básicas, pero que no necesitamos tener que andar rastreando cuando empiezan a saltar las alarmas.
De vuelta, se arregla con tiempo de juego. Pero preferiría que encontrar la herramienta para borrar cables no significara sacrificar quince colonos.
Pero, dejando eso de lado, Surviving Mars es una experiencia rica que todavía tiene mucho potencial por ser explotado. Tanto por el equipo de Haemimont como por la propia comunidad, que, a pocas horas del lanzamiento, ya comenzó a publicar los primeros mods.
Seguramente le cueste la vida a muchos colonos, pero el futuro de este juego es uno bien luminoso.
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Desarrollador: Haemimont Games
Lanzamiento: 15 de marzo de 2018
Plataformas: PC – PS4
¿En Español?: Sí
Fuente: Copia adquirida gracias a Paradox Interactive (W10).