Con Halloween merodeando en estas fechas, los videojuegos de terror abundan en las sales de las diferentes tiendas digitales. Lo que no abundan son los juegos que utilicen el horror como premisa. The Black Heart apareció originalmente en 2009 para compartir un lugar que Darkstalkers ocupa en soledad. Podría seguir contando toda la historia, pero esta nota lo hace de maravillas, así que, ¿para qué reinventar la rueda, nosierto?
El pasado 26 de Octubre la nueva versión del “hijo” de Andrés Borghi salió del early access y se graduó como juego completo en Steam… o algo así. Con la colaboración de Saibot Studios (Hellbound, Doorways), The Black Heart demuestra que no toda nostalgia puede ser objetivo de una lavada de cara y, además, que aporta más como juego de terror que como fighting game.
Desde hace años ya que los juegos de pelea viven y mueren dependiendo de la calidad de su online. Títulos muy buenos como Granblue Fantasy Versus o Samurai Shodown son ejemplos de cómo un mal netcode te puede dejar en el olvido en un abrir y cerrar de ojos. The Black Heart no tiene un modo online malo; ni siquiera tiene uno. Esto, a mi entender, es algo gravísimo en un fighting game, más aún en una revisión de algo que ya existe hace una década.
Si a esto le sumamos la cantidad de personajes (seis) y el escueto modo historia (una escalera clásica con intros y endings especiales para cada uno de les personajes), estamos en condiciones de decir que The Black Heart hoy por hoy triunfa más como juego de terror que como fichín de pelea. Yo, que soy bastante cagón, me he pegado algún que otro susto al ver la especial de Noroko en pantalla: una suerte de homenaje a The Ring que me encontró soltando un “aia” agudo como ángulo de 10 grados (un saludo a mi profe de matemática del secundario, estaría orgullosa de esta analogía).
Buscando que no todo sea pálido en este escrito, cabe destacar el agregado de un modo de práctica, que si bien es medio precario y carece de opciones avanzadas como frame data o la posibilidad de grabar acciones, permite tener un punching ball para perfeccionar nuestro juego. Cierran la pantalla de selección de modos un Survival (seguidilla de enemigos que acarrea la vida perdida entre pelea y pelea) y arqueológicamente valioso Watch. Una maravilla de tiempos ancestrales que nos permite poner a la máquina a jugar partidas con ella misma.
¿Qué podría hacer The Black Heart para justificar su relanzamiento? Tres son las cosas que se me vienen a la mente de manera inmediata. En primera instancia, y quizás lo más lograble de este trío de ideas, mejorar el modo de práctica, agregando los faltantes mencionados en el párrafo anterior. Lo segundo requiere de un esfuerzo más grande y es agregar uno o dos personajes nuevos a la plantilla, para darle una bocanada de aire fresco y evitar ver siempre a los mismos personajes en pantalla. Por último, el sueño necesario (y tal vez imposible): un modo online. Es más, si le agregan esto último, me comprometo a organizar un torneo y transmitirlo en el canal de Press Over.
Me gustaría tener palabras más cálidas para este título, pero la oferta que existe en este género, que tiene exponentes como Skullgirls o Them’s Fightin’ Herds no hace más que exigirle algo extra a The Black Heart, un corazón que va a requerir de uno o dos bypasses para volver a latir como hace 10 años.
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