“Dios prevé todas las cosas, de las que él mismo es el autor, y, no obstante, no es el autor de todo lo que prevé”
San Agustín, De Libero Arbitrio
¿Hay algo más pretencioso que empezar una reseña de un videojuego con una cita de un filósofo de la cristiandad temprana? Parece difícil, y sin embargo creo que es relevante. En primer lugar, porque el centro de The Cosmic Wheel Sisterhood es justamente el problema del libre albedrío, un planteo filosófico milenario: ¿si existe una entidad que conoce el futuro, existe verdaderamente la libertad? Pero también por otro motivo: si esto te molesta, es un buen momento para que vayas a leer otra cosa.
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Si tu reacción a esto es perplejidad y llegaste a esta reseña sin haber visto un trailer o descripción, te doy la versión resumida:
The Cosmic Wheel Sisterhood es una obra del estudio español Deconstructeam, publicado por Devolver, y disponible a partir de hoy en PC y Switch. Se parece principalmente a una novela visual, porque la mecánica principal es elegir entre opciones de diálogo para hacer progresar la historia, pero tiene elementos de deckbuilding.
En él controlamos a Fortuna, una bruja con poderes de adivinación que ha sido condenada a mil años de exilio por predecir el fin de su aquelarre. Tras dos siglos de aislamiento y a punto de perder la cordura, decide contactar a una entidad prohibida para que la libere. Podría decir que el juego está ilustrado con un pixel art hermoso, que la música está muy bien, o que tiene una duración aceptable (sobre la que hablaré más abajo), pero me parece rotundamente innecesario: no necesitás esta información.
Uno de los motivos ostensibles de la existencia de las reseñas de videojuegos es que los lectores decidan si el objeto reseñado es digno de ser jugado. Lamentablemente, en el caso de The Cosmic Wheel Sisterhood esto es imposible… porque ya sabés si querés jugarlo o no. Hay una cierta clase de persona que ya sabe que lo va a jugar y otra que jamás lo hará.
Sin embargo, el hecho de que todavía estés leyendo esto me hace pensar que es muy probable que seas parte del primer grupo. Seguramente de la clase de persona que disfruta de probar juegos raros en Itch.io, o amás las novelas visuales. O tal vez te atrae muchísimo la temática esotérica.
Hay, sí, un pequeño universo de gamers que están en condiciones de disfrutar de The Cosmic Wheel Sisterhood pero tal vez no lo saben. Me sorprendí a mi misma cuando descubrí ser parte de este grupo. Yo suelo jugar grasadas. Si me preguntás qué juegos me gustan, te voy a hablar de GTA, Skyrim o Assassin’s Creed. Incluso mis indies favoritos son cosas bien mainstream como Stardew Valley o Celeste. Sin embargo, creo que la veta que me acerca a The Cosmic Wheel Sisterhood es mi amor por los CRPGs clásicos.
No, The Cosmic Wheel Sisterhood no es un RPG, pero para quienes lo que amamos es la posibilidad de tomar decisiones que impacten en la trama, nos ofrece esa experiencia en un formato comprimido. No creo que robe el lugar de Fallout 2 en mi corazón, pero por increíble que parezca, encuentro un hilo conductor, y sospecho que a otros fans de ese estilo de juegos de rol podría resultarles tan fascinante como a mi.
Por eso es que lo mejor que puedo hacer con este espacio es tratar de mostrar qué es lo que a mi me resultó interesante y tratar de hacérselo llegar a más personas para que puedan decidir por su cuenta… si es que existe el libre albedrío, claro.

“En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras. En la del casi inextricable Ts’ui Pên. opta – simultáneamente – por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan. “
Jorge Luis Borges, El Jardín de los Senderos que se Bifurcan
Para algunas ramas de la mecánica cuántica, cada decisión que tomamos crea un nuevo universo en el que una versión nuestra tomó la decisión opuesta. Cada nueva decisión crea una nueva ramificación. Cada tecla que presiono (o dejo de presionar) al escribir esta reseña produce una nueva versión de la misma. En el multiverso existen suficientes versiones de esta review como para llenar la Biblioteca de Babel.
En The Cosmic Wheel Sisterhood todas las decisiones se expresan como alternativas de diálogo. Esto no sería novedad en la ficción interactiva… de no ser porque las opciones tampoco están fijas. La mayor parte del juego es una sucesión de conversaciones: alguien te visita en tu exilio, charlan, y eventualmente se hace una lectura de las cartas. En este momento, el azar determinará qué carta sale del mazo. Y de esa carta depende la lectura del futuro (o del pasado!) del personaje en cuestión.
El futuro que veamos se hará realidad, y eso afecta posibles desarrollos y desenlaces de las historias.
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Al realizar las lecturas capturamos energía que puede ser utilizada para crear nuevas cartas. Aquí entra la parte de construcción de mazos del juego: combinando tres elementos (una esfera, un arcano, un símbolo) podemos crear nuevas cartas para sumar a nuestra baraja. Esto hace que las posibilidades de adivinación en las lecturas sean vastas (aunque no infinitas).
Por lo que cada partida de The Cosmic Wheel Sisterhood es única en este sentido. Nunca vas a tener todas las opciones disponibles. Por otra parte, tampoco va a poder volver atrás: el juego guarda automáticamente (¡a lo Dark Souls!), y cada decisión que tomes será definitiva hasta que inicies una partida nueva.

En mi primera partida Fortuna combinó pragmatismo y compasión. Ahora estoy probando como sería una Fortuna totalmente amoral e implacable. Tal vez si tengo ganas de un tercer intento haga una Fortuna culposa y llorona. Las posibilidades son, una vez más, enormes y variadas.
A fin de que no se desvanezca nuestro libre albedrío, acepto por cierto que la Fortuna sea juez de la mitad de nuestras acciones, pero que nos deja gobernar la otra mitad, o poco menos.
Nicolás Maquiavelo, El Príncipe.
Un poco después de la mitad del juego, la trama pega un volantazo fuerte y toma un fuerte giro político. Para evitar spoilers diré que la mecánica principal no cambia, seguimos controlando la trama a través de conversaciones y lecturas de cartas, pero se complejiza. Y mi cerebro se fue automáticamente a Maquiavelo. Al fin y al cabo, la importancia de la Fortuna (contrapuesta a la Virtud) en la política es uno de los ejes centrales de sus obras.
The Cosmic Wheel Sisterhood parecería refutar al padre de la Ciencia Política. Cuando él considera que la Fortuna es menos importante que la Virtud, el juego nos pone en el lugar nada menos que de una homónima de la diosa romana de la suerte.
De hecho, el resultado final de la disputa política puede estar totalmente determinado por las cartas. Pero no deja de ser interesante el aparente contrapunto con el autor renacentista. Otro momento en el que se nota su influencia es cerca del principio del juego, cuando podemos aspirar a ganarnos el amor o el temor de otras brujas a través del pacto del Sello de Aire.
Pero The Cosmic Wheel Sisterhood no es sólo una obra sobre grandes ideas, sino una historia fuertemente personal. Quienes sobrevivimos a la pandemia estaremos marcados de por vida por la experiencia. Es imposible no leer en esa clave el exilio interminable de Fortuna. Este encierro en el mundo real atravesó al desarrollo del juego, siendo un evento muy traumático para sus creadores. Como bien lo relató Jordi de Paco en la primera temporada de Early Access en 2021. Y es imposible no leer esta experiencia en el dolor de Fortuna.
A lo largo del juego nos cruzaremos con distintos personajes que atraviesan situaciones similares. A veces lo que separa a las almas es el encierro, como sucede con Ábramar, el ser prohibido que Fortuna invoca. Pero también son factores de separación la guerra, la vergüenza, la ley, la muerte y hasta la propia inmortalidad.

Mi primera vez con The Cosmic Wheel Sisterhood me tomó algo menos de 6 horas… pero me dejó con ganas de más. Una falencia común en juegos “de decisiones” es que al final de la historia sé que podría haber sido distinta… pero nunca veré esos otros desenlaces.
No hay chances de que vuelva a pasar 100 horas con The Witcher 3 o la trilogía Mass Effect sólo para ver los pequeños puntos de diferencia con mi primera partida. El final que recibí será mi final canónico y punto. Sin embargo, con The Cosmic Wheel Sisterhood me pasa lo contrario: al haber sido un juego corto y totalmente centrado en las decisiones, ni bien terminé decidí que iba a jugarlo por lo menos una vez más para escribir esta reseña.
Es una suerte que en Press Over no demos puntajes numéricos. Siento que sería imposible. ¿Cómo se compara The Cosmic Wheel Sisterhood contra Tetris, Starfield o Civilization?
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Sin embargo, un buen parámetro para evaluarlo sería este: una novela visual de seis horas me hizo pensar en Borges, en Maquiavelo, en multiversos cuánticos y en la paradoja del libre albedrío. Si eso te parece un planazo, te pido encarecidamente que le des una oportunidad. Y si no, sabé que sigue siendo un juego hermoso, con una historia que ofrece infinitas variaciones.