Voy a presentar un caso hipotético: Supongamos que ven el trailer de un juego que les llama muchísimo la atención, no es el género al que están acostumbrados pero algo en él los hace querer jugarlo. Se arriesgan y resulta que se llevan una impresión con sentimientos encontrados.
Mi pequeña travesía por esta obra tech-noir, The Signifier, fue rara. Tenía momentos en los que odiaba tener que hacer determinadas cosas, y otros en los que me sentía muy cómoda mientras recorría las habitaciones de un mundo muy extraño. Porque claro, la creación del estudio chileno Playmestudio (publicado por Raw Fury) puede tener un contenido muy jugoso, pero a la vez puede ser difícil de manejar.
Su historia es la de un clásico policial noir pero mezclado con tecnología, modernidad y aparatos que permiten explorar la mente humana hasta su lado más oscuro. La vicepresidenta de la compañía de tecnología más grande del mundo es hallada muerta en su departamento.
Y en medio de la investigación entra en escena Frederick Russell, protagonista que lleva el mismo nombre del creador de los Boy Scouts, pero que acá es un experto en Inteligencia Artificial y psicología que está involucrado en la creación y experimentación de un escáner cerebral que ayuda a alcanzar la parte más profunda de la psyche humana: el Dreamwalker.
La policía nos pide involucrarnos en la muerte de esta mujer y averiguar la verdad del suceso accediendo a sus últimas memorias, pasando a través de las capas más profundas para poder entender qué tipo de oscuridad se escondía ahí (NdE: el sueño de Freud).
En medio de todo esto, y siendo que el trabajo de Russell es un tanto polémico por implicar una invasión a la privacidad de los individuos incluso después de muertos, el hombre está bajo la lupa de una organización gubernamental llamada Technology Safeguard Bureau. Como ven, el setting por el que nos movemos es, por demás, complicado.
The Signifier tiene un tinte Inception (si no vieron la peli, háganlo) donde se nos presenta una realidad de pre-consciente e inconsciente. Y vamos a jugar en ambas capas, siendo la más profunda aquella en la que podemos experimentar las sensaciones y los pensamientos del dueño de las memorias: el felt state. Dejándole al objective state lo que se genera por todas las sensaciones que se agregaron al disco de dichas memorias, lo que hace funcionar al Dreamwalker: la sensación visual, el aura de las cosas, entre otras.
Si vemos el tráiler del gameplay así nomas, el juego parece bastante fácil, un poco carente de contenido diría yo, pero en verdad es algo intrincado. Con tintes de The Observer y también de un juego del que, irónicamente, nadie se acuerda: Remember Me, donde podíamos acceder a las memorias de la gente y alterarlas para cambiar el presente y, en consecuencia, el futuro. La primera obra de los creadores de Life is Strange.
Como jugadora, me sentí un poco traicionada con la complejidad de los puzzles, que es un poco aleatoria y da la sensación de que hacen lo que quieren. Hay puzzles que son una cosa demasiado obvia y hay otros que son insufribles. No sé si soy yo, lo mas probable es que sí, pero me quedé atorada en un solo puzzle durante más de una hora intentando una y otra vez las mismas cosas. La lección del día es: intentar una y otra vez lo mismo no resuelve el problema.
The Signifier es un juego interesante, no es nada que no hayan visto antes, pero los conceptos de la trama y lo que vamos a hacer con nuestro personaje, incluso en temas éticos y morales, lo hace digno de una oportunidad. Porque al final, como siempre, me quedo con la historia.
The Signifier está disponible en PC desde el 15 de octubre y lo jugamos por gentileza de Raw Fury.