Imaginate que te vas de viaje, vos y tu cámara de fotos, y le vas sacando fotos a todo lo interesante que ves para tener un bonito álbum de fotos. No de fotos “artísticas”, sino de curiosidades: animalitos, grafitis, situaciones raras… ¿Suena a algo que disfrutarías hacer en la vida real? Entonces TOEM es para vos.
Este juego indie fue hecho por Something We Made, un pequeño estudio de Suecia, y mucha de la cultura de sus creadores puede verse representada en los escenarios. Junto con nuestro personaje vamos a atravesar varias localidades basadas en paisajes escandinavos, con nombres impronunciables para nosotros, y todo tipo de personajes variopintos a los que vamos a ayudar sólo con nuestra cámara de fotos.
Una de las cosas más llamativas de TOEM es su estética visual: pequeñas islas en blanco y negro que mezclan 2D y 3D, dando una sensación de estar recorriendo una maqueta de cartón, o un libro de esos pop-up, que arman esculturas de papel plegado cuando abrimos las páginas. Y no es casualidad, ya que toda la idea de TOEM surge de los bocetos de su artista, al punto de que la mecánica de sacar fotos es resultado directo de buscar una interacción que pusiera el foco en la tan personal gráfica con la que ya estaban trabajando en prototipos anteriores. Pero ojo que la música también está tratada con mucha atención. Una banda sonora bellísima con una interfaz de reproductor mp3 que nos va a decir el nombre del tema y su autor cada vez que descubramos uno nuevo.
TOEM es una aventura con mucho corazón, con montones de NPCs super naives, pero sin ser boludos. Todo tiene un agradable aire infantil, con personajes graciosos que se ahogan en un vaso de agua y que nos van a alegrar el día con su frescura y sus problemas que no son realmente problemáticos, pero que son importantes para ellos. Mientras viajemos por estas localidades europeas, vamos a ir cumpliendo una serie de misiones, algunas personales nuestras, como sacarle fotos a todos los animales que veamos, o encontrar el punto más fotogénico y representativo del lugar, como montones de otras que nos van a tirar en la cara estos personajitos.
La mayoría de estas misiones toman la forma de pequeños puzles que en realidad son más bien adivinanzas. Sacale una foto a “algo confuso”, “un momento radical”, “5 grafitis” (que obviamente están escondidos). Lo divertido de estos desafíos radica en gran medida en entender qué es lo que estamos buscando en realidad. Luego hay muchos obstáculos encadenados, ayudar a uno para conseguir una cosa que nos ayude a ir a otro lugar para ayudar a otro y así. Aunque cada localidad tiene la mayoría de sus objetivos focalizados dentro de sus fronteras, cosas que hagamos en un lugar nos van a ayudar en los siguientes, y en algunos casos tendremos que volver sobre nuestros pasos, lo cual le da un sentido de unidad al mundo como un todo y no como niveles separados, independientes.
TOEM está lleno de pequeños detalles, porque todo va de eso. Fijarse en las pequeñas cosas, detenerse a mirar con atención el mundo que nos rodea. Encontrar la belleza en lo cotidiano, pero también en los lugares nuevos que vamos conociendo. Escuchar a los locales y conocer sus historias. Y crear nuestro propio álbum de recuerdos. Porque también podemos sacar fotos de cosas bonitas que veamos por ahí, y vestirnos con diferentes trajes y sacarnos selfies. Además, cada vez que cumplamos un objetivo, vamos a poder poner el sellito nosotros mismos, en donde queramos, lo cual es una pavada pero me pareció un detalle hermosísimo.
Tiene un espíritu similar a A Short Hike, aunque sin los desafíos de plataformeo. Incluso la historia es un poquito parecida, con un final que nos va a sorprender y quizás emocionar un poquito. Pueden buscar TOEM en Steam por poco más de 200 pesos. A mí me llevó unas 5-6 horas completarlo, ̶p̶e̶r̶d̶i̶e̶n̶d̶o̶ disfrutando mucho tiempo en sacar fotitos y mirar todos los detalles. ¡No se olviden de revelar el rollo después!
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