William Joseph «B.J.» Blazkowicz ha sido el protagonista de la saga Wolfenstein desde 1992. Hoy, 25 años después, somos testigos de su lado más humano hasta la fecha en The New Colossus, secuela de The New Order y The Old Blood.
Su antecesor, primer título de la franquicia en ser desarrollado por Machine Games y publicado por Bethesda, planteaba una realidad distinta a la que tenemos la fortuna de vivir hoy en día: el régimen nazi fue triunfante durante la segunda guerra mundial, y lleva gobernando desde entonces.
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Tras los acontecimientos de los títulos previos, la comandante Frau Engel tiene una vendetta personal contra el protagonista. Ella es la encargada de hacer todo lo posible para que tanto B.J. como sus seres queridos sufran.
Asesinar a Engel dejaría al régimen nazi sin uno de sus mayores pilares, y ese es nuestro objetivo desde los primeros momentos de The New Colossus.
La importancia del guión fue un elemento clave en The New Order, pero ahora se encuentra más presente que nunca. Los niveles se sienten más cortos y las cutscenes toman protagonismo de forma más frecuente. Tanto Blazkowicz como su familia, sus amigos desde la primera revolución y los sobrevivientes que conoce durante la historia tienen una caracterización impecable.
Cada uno de ellos es humano en su mayor expresión. Los vemos reír, los vemos emborracharse y pasar un buen rato, y estamos allí cuando recuerdan a un ser querido que murió tratando de eliminar a la amenaza nazi. Luchan por una causa que fue impuesta sobre todos ellos.
La saga siempre se destacó por su alto grado de violencia. Poco ha cambiado desde entonces. La gran diferencia es que Blazkowicz lleva el bienestar de Anya cargado en sus hombros, mujer de la que se enamora en el primer juego y con quien ahora espera mellizos. ¿Qué tipo de futuro puede asegurarles, si no es por mano propia?
La humanización en Wolfenstein II es apreciada desde los primeros minutos, cuando somos testigos de un acontecimiento que produce un quiebre en la mente del protagonista. La sensación de angustia y de derrota se siente en cada monólogo del personaje, y escuchamos a B.J. hablando solo más que de costumbre.
Mientras que la ira lo consume de a poco, también comenzamos a notar el cansancio en cada una de sus palabras. Él sabe que probablemente se trate de su última misión. Y se apoya en eso para seguir adelante… sin importar cuántos nazis tenga que llevarse en su camino.
Wolfenstein II es uno de los shooters en primera persona más violentos que tuve el placer de jugar hasta el momento, pero se trata de un tipo de violencia particular. Se encuentra relacionada directamente con el argumento y es utilizada como una herramienta clave en el guión. Los insultos, los desnudos y las drogas también son moneda corriente.
Es un argumento maduro por estas razones, pero también se sostiene en la ironía y la locura de muchas de sus escenas. No es que el juego no se tome en serio, sino que naturaliza lo que para nosotros sería totalmente descabellado.
Este grado de violencia también se hace presente en el gameplay. Hay decenas de ejecuciones que podemos realizar con nuestra hacha, herramienta que reemplaza a los tubos de cañerías y a los cuchillos arrojadizos de las anteriores entregas.
[perfectpullquote align=»full» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»35″]Uno de los shooters en primera persona más violentos que tuve el placer de jugar hasta el momento.[/perfectpullquote]
Varias de las armas de fuego que ya conocemos regresan, pero hay adiciones interesantes. La posibilidad de llevar un arma en cada mano y combinarlas se mantiene intacta, al igual que la sensación que nos genera experimentar con nuestro arsenal sobre cientos de nazis.
Los objetivos tampoco varían demasiado en comparación a los anteriores: una vez que caemos a una nueva zona tendremos que ir del punto A al B lidiando con «comandantes», un tipo de enemigo particular que llamará por refuerzos al instante si somos descubiertos.
Afrontar los niveles de maneras distintas, tanto sigilosa como de forma agresiva, vuelve a ser una opción. La dificultad, por su parte, puede ser cambiada en cualquier momento del juego, aunque los nazis acabaran rápidamente con nuestra vida incluso en las dificultades intermedias.
Esto genera una sensación de peligro constante que roza la desesperación, y es interesante ver cómo esto obliga al jugador a actuar de manera inmediata. Y, por sobre todas las cosas, de la manera más violenta posible. En cuestión de segundos podemos lanzar una granada para detener a un grupo que se acerca por algún pasillo, mientras nos encargamos de disparar a diestra y siniestra con dos armas en simultáneo a todos los que se encuentran en rango.
B.J. puede correr, trepar por plataformas y deslizarse tal como lo vimos en la lavada de cara en The New Order. Pero, luego de cierto punto en la historia, las habilidades del protagonista se expanden notoriamente y abren un nuevo abanico de posibilidades ante futuros enfrentamientos.
Por momentos se siente que esta secuela se trata de un título de transición y que un tercer título es inminente. El final nos deja con muchas interrogativas, y casi todos los nuevos elementos agregados, aunque escasos, plantean una base que no llega a explotarse del todo.
Además de la campaña principal , la cual dura aproximadamente 10 horas y consta de dos ramas narrativas en base a una decisión al principio, hay una gran serie de objetivos secundarios: encargos que podemos realizar para las personas de nuestro refugio, misiones adicionales en las que tenemos que asesinar a algún nazi de cargo alto en un escenario que visitamos previamente para ayudar a liberar la zona, y decenas de coleccionables escondidos en cada mapa.
Tampoco hay que olvidar que ya hay una serie de DLCs anunciados en los que seremos protagonistas de historias únicas desde los ojos de otros personajes ubicados en diferentes partes del mundo.
Wolfenstein II: The New Colossus deja el gameplay que tanto lo identificó en la primera entrega en un plano secundario, y presenta temas como el abuso, el racismo, discusiones políticas y debates sobre los aspectos más crudos de nuestra vida cotidiana en una serie de cinemáticas.
Es casi como si se tratara de una película con escenas interactivas. Sin dudas marca un nuevo standard que, aunque imperfecto, sienta una base para demostrar las posibilidades del género en una época en la que los “single player están muriendo”.
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Desarrollador: MachineGames
Lanzamiento: 27 de octubre de 2017
Plataformas: PC – Xbox One – PS4
¿En Español?: Sí