Ya pasaron unas cuantas horas desde el esperado anuncio de negocios de Xbox, y si bien no fue lo profundo que auguraban montones de supuestas filtraciones, la verdad es que el equipo detrás de Microsoft Gaming dejó varios títulos. Anuncios que por supuesto nombraremos pero que no serán el eje de este texto, mayormente dedicado a analizar qué significan y no tanto qué son.
Las noticias punto por punto
- Xbox Game Pass seguirá siendo exclusivo de la familia Xbox.
- Los juegos de Xbox seguirán saliendo en la consola.
- Todos sus lanzamientos llegarán a Game Pass desde el día uno.
- El catálogo de Activision Blizzard King empezará a llegar a Xbox Game Pass a partir del 28 de marzo, empezando por Diablo IV.
- Cuatro exclusivos de Xbox llegarán a las demás consolas (entendemos que Switch y PlayStation). Y aunque todavía no confirmaron cuáles serán ni cuándo llegarán, sabemos que serán dos con foco en el online y otros dos pequeños. Eso sí, no serán ni Indiana Jones ni Starfield. Pentiment sería una de las fijas.
- Y por último, confirmaron que ya están trabajando en la futura generación de consolas, la cuál buscan que sea el mayor salto de la historia.
Ahora bien, aclarados los «anuncios», pasemos al análisis de alguno de ellos y a remarcar aquel que pasó un tanto desapercibido por el público general: los despidos.
Phil Spencer podría haber obviado el tema gracias al poder de los CEOs, pero decidió mencionarlo igual porque su perfil de cercanía con la industria es muy grande, y porque sabía perfectamente que tras la adquisición de Activision Blizzard King era el elefante en la habitación.
¿No habían prometido que no habría reducciones de personal tras la fusión? ¿No fue acaso uno de los puntos importantes durante la disputa monopólica que los tuvo como vencedores?
La respuesta es SÍ para ambas preguntas, pero vieron cómo es esto. Phil se encargó de explicar, muy brevemente y tras una pregunta pactada con anterioridad, que si bien el 2023 fue un gran año para los videojuegos, no lo fue tanto para el negocio. Y bueno, cuando en el mundo empresarial los números no terminan de cerrar, ya sabemos cuáles son las cabezas que ruedan primero.
Pero si bien es cierto que los números de la industria mundial de videojuegos bajaron durante el año pasado, con miles de despidos entre Estados Unidos y Europa principalmente, los de Xbox están más vinculados a superposición de puestos por la adquisición de Activison Blizzard King que por números en rojo.
Ya lo habíamos dicho varias veces en Press Over Podcast durante todo el año, en el momento que se fusionaran iban a volar un montón de puestos. Lo cuál terminó sucediendo. Sin embargo, todas las demás pérdidas laborales de la industria tienen que ver con la desastrosa forma con la que los CEOs manejaron el crecimiento vinculado a la pandemia.
Embracer salió corriendo a comprar innumerables estudios, entre los que estuvo el argentino NGD rebautizado como Nimble Giant (ahora en proceso de reducción), y varios ya los tuvieron que cerrar. PlayStation hizo lo propio con Insomniac, Bungie y otros; Microsoft con Bethesda y la ya nombrada Activision Blizzard King; y la lista podría continuar hasta el infinito. Al igual que los desarrolladores que se quedaron sin trabajo y los proyectos cancelados.
La industria de los videojuegos, a pesar de ser de las más exitosas del planeta, sigue demostrando inmadurez en montones de cuestiones. Pero, principalmente, demuestran lo poco que saben del medio los que llevan los hilos de la cuestión.
Venimos teniendo años de lanzamientos apresurados, con olor a fracaso a kilómetros de distancia, por la presión de accionistas y directivos impresentables. Sin ir más lejos, tras el anuncio de GTA VI, su editora Take Two tuvo una baja en las acciones porque muchos de los dueños de las mismas se molestaron porque el videojuego más esperado de la última década llegará en 2025 y no este año. Pero claro, Rockstar tiene la espalda para bancarse este tipo de cuestiones, pero muchos otros estudios no la tienen y terminan cediendo.
A comienzos de la vida de la industria, más precisamente a comienzos de los 80, el mercado norteamericano de consolas tuvo una gran crisis que terminó salvando Nintendo con NES. Por lo que el sector debería estudiar historia e intentar no repetir errores del pasado. Esos que, principalmente, estuvieron vinculados a la baja calidad de los productos y al posterior hartazgo de los consumidores.
Entonces, volviendo a los anuncios de Xbox de ayer, queda claro que los de Microsoft no están tomando el camino de llevar algunos de sus exclusivos a las demás consolas por altruismo con el mundo del gaming y sus jugadores, sino porque necesitan expandirse. De hecho, Phill lo dijo literalmente: «La industria necesita crecer y creemos que el futuro tendrá cada vez menos exclusivos en sus plataformas«.
Pero claro, ese es el futuro que necesita Xbox, no precisamente el ideal de la industria, de los jugadores o de las demás empresas.
Ni Sony ni Nintendo tienen la espalda de Microsoft. Nadie tiene su cantidad de servidores ni tanto dinero como para apostar a lanzamientos en simultáneo para su servicio de suscripción. Aunque de los dos, el más abierto a cambios parece ser la gente de PlayStation.
Nintendo, como sabemos, seguramente prefiera desaparecer antes de llevar Mario o Zelda a otras consolas. Y es comprensible, ya que sus franquicias son lo más fuerte que tienen y las que la diferencian de todas las demás. Le venden millones de consolas por mes y son los títulos más adquiridos generación tras generación.
Lo de PlayStation expandiéndose a PC seguramente tendrá sus consecuencias en la próxima máquina. Y ahí veremos si fue una buena idea seguir a Microsoft y no a Nintendo.
En conclusión, Xbox tomará el camino de llevar sus exclusivas por fuera de la familia Microsoft porque no le quedó otra (y de profundizar su servicio de suscripción). Tiene que recuperar el dinero de sus compras, mitigar la falta de exclusivas de peso mundial (esas que nunca logró conseguir tras años de intentos) y hacer que Game Pass siga siendo viable. Y para eso busca convencer a la industria de que su necesidad es la de todos.
Habrá que ver cómo reaccionan los otros dos grandes actores y, principalmente, qué quieren los jugadores.
Un futuro sin exclusividades seguramente sea beneficioso para los fans de los videojuegos en una primera instancia, pero si eso termina generando una homogenización del sector y, ergo, la desaparición total de la originalidad, que hoy ya está más que floja de papeles, la verdad que habría que replantearse lo que deseamos.
Nintendo es la empresa que conocemos porque siempre jugó su partido, lo que le dio lugar a ideas sumamente originales como DS, 3DS, Wii, Switch y otros tantos productos que tuvieron como tracción no seguir tendencias. PlayStation hizo lo propio desde sus exclusivas, alabadas por gran parte de la industria por las temáticas que abordan y por una búsqueda principalmente cinematográfica.
Si lo que queremos es que todo esté en todos lados, pues bueno, todo terminará siendo lo mismo. Ya tenemos como gran ejemplo al mundo del cine y de las series con sus servicios de streaming, y sin dudas a las redes sociales. ¿Queremos eso también para los videojuegos?