Contra es esa franquicia que nos viene a la mente, seguramente, cuando pensamos en juegos típicos de los ochenta, momento en que la industria pasó a consolidarse como tal. Su entrega inicial, lanzada por Konami hace ya 30 años un 20 de febrero de 1987, no tenía nada que envidarle en términos de vanguardia y rupturismo a otros grandes exponentes de esa era, especialmente en lo que a libertad de movimientos se trata.
Un dato particular de Contra radica en que no solo toma como inspiración las películas de acción y ciencia ficción de esos años, y tranquilamente podríamos decir que sus dos protagonistas, Lance Bean y Bill Rizer son émulos de Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, sino que el propio nombre del título tiene como referencia un conflicto político militar de esos años, el conocido como “Irán-Contra”.
Sucede que “La Contra”, era un grupo militar, financiado por el gobierno de los Estados Unidos, a través de la venta de armas a Irán, para derrocar al gobierno nicaragüense surgido de la Revolución Sandinista tras el triunfo de esta el 19 de julio de 1979. Salvando gigantescamente las distancias, el juego capturaba un poco la esencia de los conflictos armados en junglas como la que podría ser la de Nicaragua.
Pero para eliminar controversias, obviamente, la trama del título se alejó por completo de cualquier conflicto geo político de esos años y representó una historia genérica de ciencia ficción, situada en Nueva Zelanda en 2633, en el que dos soldados de elite se enfrentaban a una malvada organización para desbaratar sus planes de dominación mundial.
Los grandes juegos de esos años se caracterizaron por tener elementos distintivos que se podían remarcar fácilmente, como la posibilidad de Mario de saltar y correr en diferentes direcciones. En el caso de Contra: fue la posibilidad de llevar el género del “shoot en up”, que pudiéramos ver en clásicos de esa época como Galaga, a algo que combinara plataformas y una precisión de movimientos, para poder eliminar absolutamente todo lo que estaba en pantalla.
No solamente nos teníamos que preocupar por atacar en forma lineal, sino también cuidarnos la retaguardia, los disparos que vengan en diagonal, por arriba, por debajo. Si bien Lance y Bill son extremadamente vulnerables, un tiro y los matan, también tienen todo tipo de facultades para salir airosos de cada combate, como disparar en todas las direcciones y también obtener diferentes powerups que mejoren su cadencia de tiro, entre otras cosas.
El título original constaba de siete muy complicados niveles cargados de enemigos, pero también contaba con la variante de cambiar, en su segundo escenario, a una vista 3D en los que los protagonistas deben pasar una serie de habitaciones disparando para arriba. Toda esta locura de disparos y saltos sin parar era coronada con combates contra jefes duros y gigantes, sin duda un cóctel demasiado tentador para quienes buscaran algo novedoso en los salones de arcades de fines de los ochenta.
En 1988, Contra llegó a NES, la consola del momento, y dio inicio a una gran franquicia que, si bien fue cambiando de nombre según el mercado en el que fuera lanzado a la venta, en algunos países se la conoció como “Probotector”, siguió su camino hasta consolidarse en una gran franquicia que ya cuenta con más de 10 juegos en su haber, en incontables plataformas.
No solo eso sino que también ha sido capaz de inspirar a otras empresas, como SNK, para la creación de su también clásica saga Metal Slug. Actualmente, Contra está un poco retraída, quizás porque Konami no esté muy interesada en reflotarla, lo hizo con un penoso título que saliera en 2019, aunque tuvimos una colección recopilatoria bastante digna.
Quizás a futuro la veamos de vuelta. Mientras tanto tenemos t20ítulos independientes como Blazing Chrome que captura perfectamente su esencia, sobre todo su etapa de 16-Bits. Por lo pronto, y a 30 años de su nacimiento, le deseamos un muy feliz cumple a Contra.
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