Antes, durante y después de haber jugado a Final Fantasy VII Remake jugué el Final Fantasy VII original. ¿Por qué lo hice? Empecé por manija antes que salga el nuevo, seguí por curiosidad y terminé por amor (que tiene que ser mucho, porque esos gráficos… mamita querida).
SE VIENEN LOS SPOILERS (y sí, no queda otra)
Los Personajes
Ya, de por sí, el paso de los años influyó positivamente en el desarrollo del juego, permitiendo que los personajes se enriquezcan de manera notoria. Esto es, por encima de todo, la gran ganancia de Final Fantasy VII Remake y el motivo más importante para volver a disfrutarlo. No sólo porque como iniciático es muy placentero, sino que como jugador nostálgico tiene una función súper satisfactoria, como de completitud. (NdE: ¿iniciático? ¿completitud? mmm, se las dejamos pasar)
Barret, sin duda, es el más beneficiado. De ser un guerrillero quiilombero y escandaloso, enojado por todo, se convierte en un tipo que lucha por sus convicciones, pero duda todo el tiempo de sí mismo y se juega la vida por sus amistades. El lazo que lo une a Cloud se vuelve más gradual y, sobre todo, humano y realista. Ni hablar de que el comic release que sigue representando, en vez de fundarse en sus estupideces, lo hace en ablandar esas aristas crudas de calentón. Una joya.
Cloud es doblemente mala onda. Esto es algo que se vuelve infumable, pero al mismo tiempo arregla la inverosímil actitud de prestarse a todas las exigencias de su entorno sin dudar ni un segundo. La remake arregla este hecho con gran eficacia, haciendo que el conflicto externo lo tironee para resolver su conflicto interno, y así generar un resultado dramático de buena calidad, y como dije antes: verosimilitud pura.
El cuadrángulo amoroso… a mi manera de ver, innecesario. En la historia original Jessee no solamente no le tira onda, sino que además sutilmente se deja entrever que tuvo una relación con Biggs. Todavía me cuesta entender por qué razón, existiendo ya el triángulo Tifa-Cloud-Aerith presente, hiciera falta agregarle un factor más. Pero quizá las razones se justifiquen en la próxima entrega del juego. Ya es bastante difícil tolerar que las chicas estén todas atrás de un amargo como él, por lo que agregarle más admiradoras pero me pareció ridículo.
Los trasfondos de Biggs y Wedge se incrementan de manera notoria, y no sólo eso, tienen roles complementarios al resto de los personajes. Porque habiendo una persona tan proactiva como Jessee y el jefe en los zapatos de Barret, encontramos a la bondad hecha persona en Biggs y las responsabilidades estratégicas en Wedge. Los personajes secundarios dejan de ser simplemente un decorado y pasan a tocar nuestro corazón de muchas maneras. Estos no son los únicos personajes secundarios que ganan textura, los Turks, Marlene y otros más tienen mucha importancia. Así como también la aparición de flamantes nuevos personajes como Roche, Andrea Rhodea, y Madam M, entre otros quizá un poco menos flamantes e innecesarios.
Locaciones
https://youtu.be/6fFpxrUbIyc
En el original los reactores son iguales, el Remake alza la propuesta con reactores diferentes, diseños que no sólo cambian en la calidad de sus enemigos sino en los puzzles que traen y los posibles laberintos y dificultades dentro de los mismos. La mayoría de las veces los mini juegos se conservan (por ejemplo, el de presionar botones al mismo tiempo), pero la calidad mejora para que resulten más desafiantes y divertidos.
Todas las locaciones tienen un plus de diseño, y si bien no existe ni una sola que no se supere, creo que la mejor de todas es el Wall Market. No solamente cuenta con una inmensa cantidad de personajes, mini juegos y recovecos divertidos para recorrer, sino que su punto fuerte es que la música cambia de acuerdo a la zona que estás recorriendo. Un flash. Por supuesto que también hay agregados interesantes, como la escuela del sector 5. De todas formas sus desarrolladores pusieron el ojo en respetar los detalles importantes, como respetar los negocios, los personajes más importantes y hasta los tragos servidos en Seventh Heaven.
Mecánicas
Ya sabemos que las mecánicas son completamente distintas, como si hubieran tomado lo que presentó Final Fantasy XV para mejorarlo y subir su complejidad. Entrar en las batallas no es una pavada, hay que pensar y evaluar, algunos errores cuestan caros. Pero más allá de lo obvio, hay muchas misiones que acercan el juego a algo bastante parecido a un open world, lo que me hace pensar que el próximo capítulo del remake se arriesgue un poco más por ese lado. También se destacan pequeños detalles de elección en la narrativa y las decisiones que si bien no impactan enormemente al resultado final, generan algunos detalles estéticos o conversacionales que vale la pena ver.
La trama
Toda la trama es mejor en un montón de sentidos. Por ejemplo, mientras que en el Final Fantasy VII original Cloud decide ayudar a Tifa porque sí, en el Remake Tifa invierte mucho tiempo en convencerlo. Lo mismo sucede con el innuendo entre Aerith y Cloud, y otros más.
Hay una palabra en inglés que tiene una difícil traducción al castellano: foreshadowing. Oficialmente sería “presagiar”, pero para un guión, significa el tirar pistas de manera lo suficientemente sutil para no arruinarte la historia y lo suficientemente claro para que puedas conectar los hilos. Esta estrategia está llevada al extremo de la excelencia. Los flashbacks de Cloud recordando a Sephirot, el esclarecimiento de los personajes “numerados” más visible de entender, y el aprovechamiento de los gráficos y la gestualización de los personajes para arrojar subtextos como mentiras (Aerith diciendo no saber por qué los Turks la persiguen) y las dudas de sus personajes.
Además, la trama se complejiza más en relación a Avalanche y su tarea de sacrificar reactores, algo que no sólo se le da mucha importancia sino que se le agrega el factor de Shin Ra aprovechando la movida para boicotear a la banda. El final, por supuesto que si llegaste hasta acá, sabés que es infernalmente distinto y el motivo por el cual este juego generó mucho revuelo en las redes. Pero eso es para otro artículo.