Ahí va el Capitán Beto por el espacio, con su NAVE de fibra hecha en Haedo.
Un juego es mucho más que unos y ceros. Es mucho más que un conjunto de reglas, de assets, de líneas de código encerradas entre circuitos y pantallas. Es la gente que lo juega, es la pasión que despierta, es el cariño a sus creadores. Y todo eso es un evento de NAVE, un arcade argentino que mueve un montón de fanáticos.
Aunque la cita era a las 18 hs, la aventura comenzó bastante antes para todos.
Habíamos viajado desde Rosario. Dos competidores llegados desde tierras lejanas hasta Capital (NdE: ¿Rosario no estuvo siempre cerca?), en plan de cruzarnos, quizás, con algún otro jugador en el viaje hasta Haedo. Y así fue.
Como premonición de la magia que envolvería toda la jornada (dicen que la casualidad es lo más cercano a Dios que conocemos) en el tren nos encontramos por azar con otros dos como nosotros. Sin conocernos las caras, pero publicando nuestros itinerarios en el grupo de Whatsapp del torneo, logramos divisarnos. Sin conocernos, pero reconociendo la pasión y la manija en nuestros ojos. Sin conocernos, pero haciéndonos amigos de inmediato, con esa facilidad de los nenes que se encuentran en el súper y se dicen “¿querés ser mi amigo?”.
Y así fue que llegamos. La Gerencia nos abrió las puertas y junto con PAL (hasta ese momento portadora del récord mundial) nos entregaron, cual el viejo al comienzo del Zelda, dos objetos invaluables. El pin de jugador del 6to Torneo Mundial, y la ficha, única oportunidad de competir.
El predio del torneo era gigante. Una gran casa de varias habitaciones, un loft y un patio enorme con quincho. Todo repleto de juegos, de instrumentos musicales, sillones y diversos acolchados que pronto tendrían gente tirada charlando, dormitando, o preparándose para jugar.
El evento no había empezado pero ya era todo maravilloso. Gente armando el metegol, músicos conectando sus equipos, otros llenando la heladera o ya casi cocinando, y otros jugando fichines que sus mismos creadores habían instalado contra las paredes. Incluso, en un rincón, un grupo armaba la copa para el peor jugador, con pedazos de botella forrada de cinta de papel y dibujada a mano con un fibrón. Todo colaborativo, todo artesanal.
Como previa a lo que sería luego el torneo, se dio por primera vez en la historia un desafío de firmas. Aunque mis iniciales ya estaban en la máquina, otro jugador se inscribió en el torneo como MER. Así que bajo la mirada expectante de muchos, el otro MER y yo nos jugamos una partida para defender nuestra identidad. Y con una diferencia de 12 minutos, salí victoriosa en la que fue una de las partidas más llenas de nerviosismo de mi vida. La casa estaba en orden, yo había recuperado mi nombre, y los espectadores juntaban ansiedad de lo que vendría.
Pronto se hizo un silencio, todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo. La Gerencia iba a hablar. Fue a Hernán Sáez (creador del juego junto a Máximo Balestrini) a quien le tocó la importante tarea de inaugurar el evento. Frente a decenas de cámaras y aún más jugadores enfervorizados, anunció las reglas y los premios.
Los oficiales (afiches, remeras, llaveros) y los extra oficiales donados por los mismos competidores: un juguete y un juego parodia de NAVE de Trucho Toys, parches bordados, un fanart de su servidora, un toallón estampado temático, la colección completa de Replay y unas papas Día tuneadas para la ocasión. Y claro, la copa, que debía ser devuelta por REL, el bicampeón anterior, que apareció en escena como un boxeador, ante los gritos del público y el coro que hinchaba por la favorita, PAL.
Con la mirada de todos los ojos y todas las cámaras fija en el pequeño redondel metálico, la primer ficha entró al arcade, comenzando entre aplausos y vitoreos, el sexto mundial de NAVE.
El primero en jugar sería )*(, logrando un puntaje altísimo que terminaría dejándolo en 5to lugar. Poco después le tocaría a MXS, que superando un puntaje de 9 horas (horas NAVE, en tiempo real es un poco menos) se colocaría en un primer puesto imbatible hasta muchas horas más tarde.
Uno a uno los jugadores fueron pasando, entre choripanes y verduras a la parrilla, grandes cantidades de cerveza, metegol, DOBOTONE y un sub torneo de Santos Pedos, juego temático navideño de Videogamo, con una mini canasta navideña para el ganador. Y las bandas, claro.
Durante toda la noche y hasta el amanecer, cantidad de músicos fueron pasando por el escenario improvisado del loft. Dos bandas del oeste: Suturba Brothers y Los Travelling Pitbulls (éstos últimos hacía cinco años que no tocaban juntos y se reunieron para la ocasión).
Y luego la sección chiptune bailable, con Toni Leys y Pat Moritas, más las visuales infaltables de Petsciicola. Una sección de Djs con Corto Brown, Burris y Jeg Casette, live coding por Deadguy y una gran zapada colectiva que duró hasta altas horas.
Gente de todas las edades, desde niños hasta cuarentones deambularon el evento durante las 26 horas que duró la locura. Llegando y yéndose a todas horas, durmiendo por los rincones y despertándose todos a destiempo. Todos esperando su chance de quedar en el preciado top 10.
En un rincón del patio, bajo románticas lamparitas y filmado por una grabadora de VHS, NAVE, la razón del evento. Y alrededor la magia, las charlas, el amor, una subasta de regalos patrocinada por una competidora en un kigurumi de Charizard y hasta un feliz cumpleaños con torta y todo. Así pasaron las horas, hasta que el sol llegó al patio.
A la mañana sucedió lo que todos esperaban. Ante la mirada atenta y los gritos, PAL logró superar a MXS y posicionarse primera. Pero el festejo no duraría mucho. El último participante, ISR, quien había ostentado el récord mundial y la copa del torneo alguna vez, logró superarla. Con la camiseta transpirada y ampollas en los dedos, llegó a las 14 horas, superando las 10:18 de PAL y consagrándose ganador en las últimas horas del evento. Además de batir por pocos segundos el récord mundial.
Un final emocionante para una jornada donde la virtualidad sirvió como marco para lo social. Donde todos aportaron un poquito para que la creatividad y el afecto fueran los verdaderos protagonistas del torneo de un juego que ya se volvió leyenda. Larga vida a NAVE Arcade.