Al momento que conseguí comprar una suscripción de Nintendo Switch Online, me llevé una grata sorpresa: incluía un juego llamado Tetris 99, una variación multijugador del tan conocido y querido Tetris. Al principio lo tomé como un simpático minijuego que jugaría cada tanto, pero rápidamente me volví adicta a la competencia y a la lucha por llegar a la cima, a ese preciado primer puesto.
Comencé a preguntarme qué hacía que me quedara tanto tiempo pensando en esa jugada perdida en la que podía haber ubicado la pieza de revés y no como venía, o por qué soñaba con esos tetriminos de 4 cuadraditos cayendo uno tras uno.
Hay quienes relacionan la efectividad del juego de mantener a sus jugadores atrapados y ansiosos de volver a intentarlo, con el “efecto Zeigarnik”, que postula que la gente recuerda más las tareas que fueron interrumpidas o no completadas mejor que aquellas que fueron llevadas a cabo hasta el final. Este argumento sostiene que, como Tetris no tiene final, el cerebro anhela esa sensación de compleción, haciendo que queramos seguir jugando.
El ciclo de alivio de poner una pieza en el lugar correcto, seguido por la frustración de esa pieza que no necesitabas y te arruina la partida, crea necesidad y hábito con la potencia de una droga fuertemente adictiva.
Según el mismísimo Alexey Pajitnov, creador del juego, es así de adictivo por su simpleza y su atractivo para todos tipos de públicos. También por el hecho de que satisface nuestra necesidad de generar orden del caos, siendo muy simple de entender y aprender. Patjitnov creó el título en 1979 mientras testeaba el hardware de una computadora en la Academia Soviética de Ciencias, su ambición era hacer felices a las personas con el uso de esta (en esa época) nueva tecnología.
Por otro lado, el escritor Adam Alter sostiene que la dificultad del desafío nos atrae mucho más que la certeza de que vamos a ganar. El juego nos da pequeños momentos de felicidad cuando completamos una línea, pero luego, quedan sólo nuestros errores. Es este el momento en el que la necesidad de parar se derrumba ante la obsesión por arreglar aquello en lo que nos habíamos equivocado.
Un “efecto secundario” de este juego a nivel cerebral es el incremento en el uso de la materia gris ineficiente, lo cual podría ser una estrategia cognitiva clave para el aprendizaje de cosas nuevas. Los científicos de la Universidad de Oxford encontraron en 2009 que Tetris también podría ayudar en el tratamiento contra el estrés post-traumático aliviando los flashbacks, que suelen desencadenar ataques de pánico. La explicación de esto sería que Tetris es una tarea “visuo-espacial”, que toma el mismo tipo de procesamiento que utiliza nuestro cerebro al formar imágenes mentales.
Los participantes de esta investigación afirmaron haber soñado o imaginado jugarlo posteriormente a las partidas de prueba, lo cual implica que está relacionado con pensamientos intrusivos basados en imágenes, pero que generan un estímulo neutro o positivo comparado con los que generaría un recuerdo repentino de un evento traumático.
Las variaciones modernas de Tetris redoblan la apuesta de todo lo mencionado anteriormente: como si el juego no fuera lo suficientemente atrapante de por sí, Tetris 99 y tetr.io agregan el factor de la competitividad, ahora no solo estamos compitiendo contra nosotros mismos para durar más que en la partida anterior, sino que competimos contra personas de todas partes del mundo, quienes lo dejarán todo en este reto para consagrarse el número 1.
También tenemos Tetris Effect, ingeniosamente nombrado así por el “efecto Tetris”, que ocurre cuando las personas le dedican tanto tiempo a una actividad en específico que comienzan a ver patrones similares en sus pensamientos, imágenes mentales, o hasta en sus sueños. Esta última variación agrega distintas melodías para la caída de las piezas que se complementan con la música, hermosos paisajes, fondos, y luces de colores para hacer del juego una experiencia aún más inmersiva.
Cuéntenme en los comentarios, a ustedes: ¿Qué juego les produjo el efecto Tetris?
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Excelente Nota Mika! Solo te falto hablar del inventario de Resident Evil y Diablo.