La historia de los videojuegos tiene su génesis hace casi 70 años. No es debatible. Es historia y está tallada en mármol.
Sin embargo, y con el perdón de los presentes, la HISTORIA de los videojuegos como producto cultural masivo y generacional arranca el 15 de julio de 1983 con la salida en Japón del «Family», la consola que con una mascota hiperpresente y cientos de videojuegos míticos iba a refundar un hobby en estado de defunción y a convertirlo en una forma de vida.

Family NES
NES, o Nintendo Electronic System, o sencillamente “El Nintendo”, sale a la luz en el verano japonés de 1983, dos años antes que en el resto del mundo. Algo inconcebible en estos tiempos modernos y mucho tiene que ver con lo que disparó la consola.
Masayuki Uemura, en 1971, trabajaba como ingeniero en Sharp (la de los televisores) cuando conoció al enorme Gunpei Yokoi mientras intentaba venderle fotocélulas. Yokoi, por ese entonces diseñador de juguetes para Nintendo imaginó el uso de las fotocélulas como un medio interesante para el desarrollo de juegos de disparos y reclutó a Uemura para sumarse a la centenaria corporación.
Crisis del petróleo de por medio, economías tambaleantes, deudas. Todo puso a la compañía en alerta máxima y por supuesto, originó la filosofía de Yokoi que se convirtió desde ese instante y para siempre en la filosofía de Nintendo:
Kareta Gijutsu no Suihei Shikō
“Pensamiento lateral con tecnología en desuso”.
Nintendo, la consola, no revolucionó al universo por ser algo novedoso. Sin ir más lejos, el día de su salida, ese histórico 15 de julio, también era exhibida en las tiendas la “SG-1000”, la primera consola de SEGA que poseía prestaciones similares e incluso mejores. Ambas fueron exponentes de la tercera generación de consolas de videojuegos. Tercera. En 1983. El mundo ya había visto pasar a Atari, Magnavox, Coleco, Intellivision, Vectrex, Fairchild, Emerson Arcadia, y un montón más que hoy hacen las mieles de la vida de los coleccionistas.
Lo que modificó Nintendo (quizás ya en la cuarta generación) fue la percepción de las consolas como juguetes. Y a ver, explayémonos. Las consolas SON juguetes. Fueron, y serán. Son un juguete electrónico que gracias a su altísima complejidad ha logrado llamar la atención de las franjas etarias que comúnmente no entran por gusto a una juguetería.
Esa “altísima complejidad” no habría sido posible (entre otros desde ya) sin “El Family”.
Llegada a Occidente
Y es que “NES” fue el nombre que tuvo la consola en Estados Unidos cuando por fin vio la luz en 1985 con el mercado de videojuegos en un leve renacimiento. La NES gris, aparatosa y con varios cambios que salió dos años después en Norteamerica tuvo que ver con lo que estaba funcionando y se vendía en esa época tras la crisis de los videojuegos causada por Atari, ET y la mar en coche.
En Japón, se llamó FAMICOM (Family Computer) y era exactamente igual a como se comercializó por nuestras latitudes. Blanca y roja, cuadradita, con joysticks soldados a la carcasa y esos cartuchos coloridos preciosos para coleccionar.

Hiroshi Yamauchi, presidente de Nintendo durante casi 60 años y quien dirigió la compañía hacia la electrónica tras un extenso pasado en otros rubros (como los naipes hanafuda), ordenó a Uemura crear una consola hogareña donde se pudiera jugar el máximo éxito de la compañía: el fichín arcade “Donkey Kong”. Uemura, hábil conocedor de las borracheras épicas del CEO, lo dejó pasar sospechando que la exigencia olía a sake de alta calidad. No fue hasta un tiempo después que Yamauchi quiso estar al tanto de la evolución del proyecto y Uemura agarró la pala electrónica.
El desarrollo de la consola, codo a codo con Yokoi, se hizo con el concepto de “pensamiento lateral” en mente. Los controles se hicieron con el patrón de las populares “Game & Watch” que eran a su vez, el hijo pródigo mas exitoso de Nintendo basado en esa filosofía.
La FAMICOM o “Family Game” llegó con fuerza a Argentina con el fin de la hiperinflación y el desembarco de la convertibilidad. Fue en ese principio de la década de los 90’s que los hogares nacionales conocieron la masividad de los videojuegos electrónicos que habían sido prerrogativa de una clase más acomodada apenas unos años atrás.
La consola producida por Electrolab (sin licenciar) fue el regalo de Navidad de muchos de nosotros en ese primer lustro menemista.
En mi caso, o nuestro caso porque era un regalo para tres hermanos, llegó en la Navidad de 1991 con un cartucho de 7 en 1 con estos juegos (de memoria): Super Mario Bros, Hogan’s Alley, Duck Hunt, Tennis, F1, Pac-Man, Sky Destroyer. Y si, vino con la pistolita matapatos producto de la imaginación de Yokoi y las fotocélulas de Uemura.

Blanca y Roja Navidad
Tener un Family fue pasar de ver por la ventana a formar parte de una sección privilegiada de la sociedad. Compraba (la revista) Action Games para ilusionarme con cuadrados de papel que representaban mis sueños dinámicos y coloridos. Hasta esa Navidad donde llegó.
Es curioso. No recuerdo como “aprendí” a jugar. No está en mi memoria. Solo sé que tomé el joystick cuadrado y livianito con mis manos infantiles y entendí.
Hace unos días tuve que ir al traumatólogo por un esguince en el tobillo que me viene jodiendo hace bastante. Tras explicarle todo al galeno, me revela:
“El tobillo es noble. Se aguanta todo. Es difícil que se rompa y aún con mil años de desgaste, sigue y sigue.”
El Family es el Tobillo de las consolas. O por lo menos de las de esa era. No estaba pensado como las consolas modernas con una obsolescencia programada de tantos años. Es probable que de encontrar hoy un Family tirado en una caja, lo conecte y salga andando como si se estuviese conjurando el Pacto de Olivos.
Posiblemente hayan cambiado mas de una vez el transformador (¡también miniestufa! La multiplicidad de usos Filosofía Yokoi) y, si hubo maltrato, el cable de señal. Sacando eso, la arquitectura y diseño del Family, y acá soy franco, de todas las consolas de esa época, son para exhibir en un museo como obras de arte moderno.

Desde ya que las complejidades eran otras, pero no se puede observar desde esa óptica. Lo que yo veía a mis 7 años es lo que ve mi hija hoy en la Playstation. Para mi concepción, Mario era CASI REAL porque no había nada mejor. Por momentos siento que algunas cosas específicas no se han mejorado y alcanzaron su pico de excelencia hace 30 años y por eso hoy “las homenajean”. Por eso volvió la estética retro, los plataformeros, la dificultad insana. ¿La nostalgia vende? Claro. Pero también vende hacer bien las cosas. El Family, el Nintendo, se hizo “bien”. Y por eso se popularizó.
Y sin el Family, que llegó una calurosa Navidad a un departamento construido por el FONAVI en Wilde, en este día yo no estaría escribiendo esto. Ni sería gamer. De por vida.
¡Salud Nintendo!
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hermosos recuerdos de la familia
Hola Nicolás, me llamo Daniel y buscando información para hacer un vídeo de youtube me encontré con esta nota, informativa y nostálgica. La escasa información que hay de family Game me impulsa a también enfrentar el relato por el lado experiencia.
viví esa época al igual que vos, me dedico al retrogaming hace ya más de 7 años, colecciono de los 90, hace 7 años lo tome con seriedad y compro y vendo también. Hace poco comencé un canal de Youtube donde entre varios proyectos estoy haciendo un vídeo corto por consola, como lector, te quiero agradecer que al leerte me llevaste a mi primera comunión, con la plata reucaudada compré mi family Game, y como en tu caso, ahí comenzó todo. Excelente nota, me llevaste a recuerdos de la infancia de manera inevitable.
Te dejo mi canal por si querés ver lo que hago. Un gustazo la nota 👏👏👏
Daniel Maturano
Canal
https://m.youtube.com/channel/UCe_ljrvMjaX6lVUS960gRUA
Hola como andas <, por casualidad sos del Complejo de Wilde ? Te acordas de Wilgames , FyM , Tiempos modernos , Club Ken ?? Lugares donde se podian alquilar juegos de Family. Que hermosass epocas.