¡Bienvenidos! Aquí, todos los jueves, voy a recomendar algunos juegos chiquitos con alguna temática mensual. Hay montones de juegos indies dando vueltas por internet y, aunque duren unos pocos minutos, también merecen nuestro amor.
Mayo empezó con el día del trabajador, así que este mes hablaremos de trabajos y de críticas al sistema capitalista que nos obliga a ir a trabajar todos los días.
Every Day the Same Dream es un experimento entre el juego y la experiencia interactiva que fue muy popular hace algunos años. Realizado por el italiano Paolo Pedercini bajo el pseudónimo de Molleindustria, es un point-and-click casi completamente en blanco y negro, con una música calma pero que milagrosamente consigue no cansarnos.
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Trata sobre un empleado oprimido que vive una vida gris e inmensamente monótona, y debemos acompañarlo en el transcurrir siempre igual de su día, tratando de interactuar con el entorno para hacer cambios mínimos que hagan que el día termine distinto.
Sin embargo, aunque algunos de estos cambios sean radicales (lanzarse desde la terraza del edificio de oficinas, por ejemplo), siempre nos despertaremos igual a la mañana siguiente, con otro día idénticamente gris por delante, como si se tratase de el Día de la Marmota. Debemos atravesar este día varias veces, tratando de descifrar qué cosas distintas podemos hacer.
Además de la crítica al capitalismo, es casi un ejercicio para la vida. ¿Qué tanto la rutina puede desmotivarnos y “volvernos grises”? El filósofo argentino Darío Sztajnszrajber habla sobre esto en su pequeño texto “La última vez”:
“¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste? No buscando una respuesta ni encontrando una certeza, sino la última vez que te escapaste de lo cotidiano y te detuviste. (…) ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo porque sí? No porque te convenía o porque lo necesitabas, o incluso porque lo querías; sino porque sí. O al revés: ¿cuándo fue la última vez que la casualidad hizo con vos algo? No algo productivo, ni profundo, ni siquiera algo en sentido estricto…”
El juego, aunque repetitivo, tiene efectivamente un final, y vale la pena intentar todas las posibilidades hasta llegar a él. Permitir que nos deje impábidos. Pero no les adelanto nada. ¡Vayan y experiméntenlo ustedes!
Pueden aventurarse tranquilamente aquí.
¡Y nos vemos la semana que viene, en el próximo VideoJueves!