No cabe duda que uno de los principales protagonistas por las que el videojuego se convirtió en industria es Nintendo. Pero esto no lo logró únicamente gracias a los grandes títulos, sino a la manera en la que nos permitió acceder a ellos, a través de interfaces amigables e hiper sencillas, fácilmente controlables por gente de todas las edades. Gran parte de ese aporte técnico se lo debemos a un legendario desarrollador de la gran N, Gunpei Yokoi, quien hoy estaría cumpliendo 80 años.
Nacido en Kyoto un 10 de septiembre de 1941, Yokoi se graduó en los sesenta de la universidad de Doshisha con un título en electrónica y fue contratado por Nintendo, empresa dedicada por ese entonces al negocio de la baraja japonesa Hanafuda, en 1965. Originalmente se desempeñaba en el equipo de mantenimiento de maquinarias.
Un día, en 1966, Hiroshi Yamauchi, mandamás de la compañía, de visita por la fábrica encontró a Yokoi muy entretenido con un juguete de un brazo extensible con un resorte. Resultó que ese mismo objeto había sido una creación del mismo Gunpei, y lo hizo con la sola intención de reírse un rato. Yamauchi, ávido para los negocios, le dijo que era una buena idea convertirlo en un juguete para ponerlo en venta en la época de Navidad.
Dicho al hecho, la denominada “Ultra Hand” fue un éxito de ventas y convirtió a Yokoi en un diseñador de juguetes de tiempo completo hasta 1974, cuando la empresa se volcó al negocio de los videojuegos, siendo uno de los primeros game designers de la compañía.
Uno de los diseños iniciales fue el de las máquinas “Game & Watch”, algo que tomó como inspiración una vez que viajaba en tren y vio a un hombre aburrido jugando con una calculadora. Esto sería el primero de sus grandes logros técnicos. También tiene en su haber la creación de la cruceta, el botón direccional en forma de cruz que hemos usado en distintos tipos de controles.
Pero quizás su éxito más rutilante a nivel hardware fue el mismísimo Gameboy, que fuera una evolución de lo que logró con las máquinas “Game & Watch”. También se encargó de la creación de R.O.B, el accesorio con forma de robot que se vendía junto a la consola NES.
Además de todo eso, Yokoi también estuvo involucrado en el desarrollo puntual de videojuegos. Supervisó el arcade de Donkey Kong y fue el que le propuso a Shigeru Miyamoto, que Mario tuviera poderes especiales, como la habilidad de saltar a grandes alturas. Posteriormente ocupó cargos de productor en títulos como Metroid y Kid Icarus.
Desafortunadamente, no todos fueron éxitos en la carrera de Yokoi. Otra de sus creaciones, el Virtual Boy, fue un rotundo fracaso en ventas. Según comentó David Sheiff en su libro “Game Over, the History of Nintendo”, que aquí recomendamos fervorosamente, Yokoi no quería que dicha consola fuera lanzada en el estado que tenía, el clásico visor y la pantalla negra y roja.
Sucede, de nuevo según lo dicho en el libro, que Nintendo necesitaba apurar el lanzamiento de la Virtual Boy para que su equipo de desarrollo se abocara al 100% en su próximo producto, la Nintendo 64. La cuestión es que como consecuencia del fracaso de Virtual Boy, en agosto de 1995, Yokoi dejó Nintendo tras 31 años en la empresa. Su próximo destino sería Bandai, para desarrollar otra consola portátil, la WonderSwan, que tampoco fue muy exitosa que digamos.
Desafortunadamente, Yokoi nos dejó abruptamente el 4 de octubre de 1997, a causa de un accidente automovilístico. Las ideas de este gran desarrollador, uno de los padres de la industria del videojuego, perduran hasta hoy en día, esencialmente con la idea de no tener que depender siempre en la última tecnología sino en productos que sean lo suficientemente “maduros” para que puedan producirse en masa y que la diversión siempre tiene que ser prioridad a la hora de jugar videojuegos.
En 2003, Yokoi recibió un premio póstumo a la trayectoria por la Asociación Internacional de Desarrolladores de Videojuegos. Su vida fue retratada en la biografía de 2014 titulada, “Father of Games – Gunpei Yokoi, the Man Who Created Nintendo’s DNA” (Padre de juegos- Gunpei Yokoi, el hombre que creó el ADN de Nintendo). Hoy hubiera cumplido sus 80 años y, por su increíble legado, merece todo nuestro reconocimiento.
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