Como ya hemos hablado anteriormente, sabemos que el miedo, la angustia y la exaltación son reacciones normales que los seres humanos manifestamos cuando nos sentimos amenazados por algún motivo natural o social. A pesar de ello, muchas veces el terror también tiene un origen psicológico; a diferencia del convencional es más indirecto y profundo, lugares desolados o en penumbras pueden generar que nos sintamos expuestos así como la oscuridad puede dar pie a que imaginemos cosas que no están realmente ahí.
El terror psicológico en el contexto literario, es una ramificación de la ficción que enfatiza su interés en los miedos que pueden percibir y manifestar los personajes a través de sus convicciones y creencias. Uno de los autores pioneros de este subgénero fue Edgar Allan Poe, quien a través de sus relatos llenos de carga emocional, supo romper el paradigma vigente en las novelas de la época.
Ya entrando al mundo de los videojuegos, la psicología aplicada al miedo fue cobrando cada vez más impacto en los últimos años; juegos como el Silent Hill, Layers of Fear, Amnesia, son quizás algunos de los de los ejemplos más populares dentro del género. Estas entregas nos llevan a experimentar un sinfín de sensaciones mediante la utilización de escenarios oscuros, la musicalización, los propios respiros del personaje; todo un combo de características que logra jugar con el lado más susceptible de nuestra mente.
A pesar de ello, no fue hasta 2015 cuando con el lanzamiento de Nevermind, Erin Reynolds intentó ir todavía más a fondo y creó una experiencia basada en respuestas biométricas del jugador. Dicha tecnología permite la detección de las emociones y frecuencia cardíaca del espectador para lograr de esa manera, vivencias más realistas.
Ahora bien, ¿Qué ocurre cuando el miedo parte de una mera representación del lado más bajo del ser humano?
En 2016, los estudios Tangentlemen y SIE Santa Monica Studio lanzaron Here They Lie, un walking simulator de horror psicológico ideado para VR, aunque también se puede prescindir del mismo.
En la historia somos un hombre llamado Buddy, del que no sabemos nada salvo que está buscando a Dana, una chica de vestido amarillo que en teoría era su amada. Partiendo de esa base, arrancará un viaje de lo más extraño y perturbador donde nos aventuramos en túneles, alcantarillas y callejones de una ciudad particular en la que, nuestras únicas acciones serán caminar, correr e interactuar con los objetos que tendremos que encontrar. Hasta ahora, nada del otro mundo, ¿cierto?
A medida que Buddy avanza en la historia, el escenario tan singular irá tomando una forma mucho más oscura; los matices comenzarán a cambiar, el reflejo del sol pasará de darnos tranquilidad a convertirse en un haz de luz rojo y los gritos de unas extrañas criaturas se irán apoderando de nosotros hasta que finalmente quedamos envueltos en ellos. En medio del desconcierto y en búsqueda de respuestas, nos encontraremos con que estas criaturas no son más que humanos con cabeza de animales cuyo comportamiento excesivamente violento, sino que refleja muchísimo de la psiquis humana.
Por un lado, tanto los mensajes que encontramos como los que nos van soltando Dana y unas extrañas llamadas telefónicas, en Here They Lie nos hablan de persecución, búsqueda, muerte e inmundicia. A esto se le suman escenas de una familia golpeando a su hijo, prostíbulos y violencia de género. Poco a poco, esa oscuridad, esa decadencia nos termina consumiendo y haciendo parte de ella, no solo por ser espectador sino también por obligarnos a cometer actos violentos.
Acá es donde nos paramos a preguntarnos ¿Es Here They Lie una aventura de terror? Podemos decir que en parte sí, ya que los extraños enemigos nos acechan con sus gritos en unos minutos de total desconcierto. Además, el sentirnos vulnerables y perdidos funciona muy bien, a pesar de ello, la experiencia que ofrece Tangentlemen funciona más bien como una experiencia surrealista, en la cual no sabremos si lo que observamos está ocurriendo en verdad o si es todo producto de nuestra propia mente.
¿Quiso Tangentlemen hacer una interpretación de lo bajo que puede caer la sociedad o intentó reflejar una representación del mundo a través de una mente perturbada? La verdad es que no lo sabemos ya que Here They Lie nos deja con un sinfín de dudas sin resolver. Lo único que puedo afirmar es que sea cual sea la respuesta, el título logra dejarte con una sensación extraña en el estómago tras jugar unas cuantas horas en esta historia.
Los verdaderos fantasmas están en tu propia mente
Según Germán Beneditto, psicólogo especialista en videojuegos y tecno adicciones en la Fundación Argentina de Videojuegos, el terror psicológico aplicado al gaming funciona de una manera muy particular en el cual ingresamos en el círculo mágico (Huizinga) que nos propone el título y se suspende la incredulidad (reforzando este efecto con VR). De esta manera, nos identificamos con el personaje de forma tal que sentimos en carne propia lo que éste experimente.
“En los juegos de este tipo terminamos conectando con nuestros propios temores, activados por las representaciones que suceden en ese mundo virtual, donde este género nos obliga a tener que rellenar nosotros mismos aquellos espacios en blanco que deja la narrativa abierta”, comentó Beneditto. Al mismo tiempo, enfatizó en que la forma en que vivamos cada experiencia dependerá de nuestra conexión con estos sentimientos, nuestra personalidad y el nivel de consciencia que estemos manejando.
“Es muy importante el hecho de cómo hemos internalizado esos miedos y cuáles son, partiendo de la base de aquello que consideramos que está bien, y aquello que está mal, o que resulta una amenaza para nosotros mismos o para terceros. Ver una representación de dicha amenaza en alguna escena nos hará horrorizarnos y nos generará rechazo, angustia e incluso temor. Llamaría la atención no sentirlo de esa manera.
En ese caso, o bien no se está dando el fenómeno de suspensión de la incredulidad (no compramos la historia, no nos identificamos con el personaje, no nos metimos de lleno dentro del círculo mágico), o bien no tenemos internalizados estos elementos como algo amenazador, o algo que está mal acorde a nuestra moralidad, lo que nos podría llevar a plantear cómo estamos parados ante la vida misma”, agregó el especialista.
Partiendo de esta base, es interesante analizar qué nos ocurre cuando una obra nos pone en la piel de un personaje cuya mente está perturbada. Volviendo al ejemplo del Here They Lie, nunca terminamos de entender cuál fue el objetivo ni el mensaje que quisieron presentarnos. A pesar de ello, estamos acá escribiendo una nota intentando descifrar las posibles opciones.
Por ende, no solo nos quedamos con un malestar estomacal sino que además, el golpe fue tan fuerte que despertó la curiosidad por intentar comprender el porqué de semejante rechazo, algo que no ocurrió en el caso del Hellblade, donde al saber que estamos manejando a un personaje con esquizofrenia, la sensación es distinta, es de empatía, de comprensión.
¿Por qué un hecho nos lleva a sentir empatía y otro rechazo?
Los seres humanos de por sí, tendemos por mecanismos de defensa a reprimir aquellos recuerdos que nos generan malestar, desde un episodio traumático hasta quizás una simple pelea de la cual nos terminamos arrepintiendo o nos causó daño en cierto modo. De esta manera, nuestras experiencias nos llevan a ver el mundo de una manera especial y única aunque sin dejar de ser conscientes de nuestros propios sentimientos.
Si lo pensamos desde el punto de vista de un personaje con una mente perturbada, Germán Beneditto asegura que el aparato psíquico encargado de “filtrar” estos recuerdos, va a tener en algún momento una falla en la que conecte esos recuerdos reprimidos con la realidad. Al utilizar actos de violencia dentro del marco del terror psicológico, estos funcionarán como detonantes capaces de activar aquello que la mente considere dañino y, al estar en la piel de nuestro protagonista, el sólo hecho de observar una escena de este tipo y, tener que accionar con violencia extrema, nos va a poner en contacto directo con ese sentimiento que nos resulta aterrorizante, nos genera angustia y nos revuelve el estómago en algunos casos.
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