Pong fue el boom que hizo explotar la industria. Sin peros. Superó ampliamente todas las expectativas de ventas, demostrando que lo que necesitaba este medio embrionario era poner un título accesible en un ambiente donde el gran público pudiera acceder. De esta manera se inauguró el primer período de boom de los fichines, que podemos caracterizar como “La era TTL”. TTL significa “transistor-transistor logic”, y sirve para describir estos aparatos que no eran una computadora completa (como si lo serían arcades posteriores), sino que su hardware estaba diseñado exclusivamente para un título específico.
Justamente esta locura colectiva por Pong hizo que fuera el primer juego ampliamente imitado: nadie quería quedarse afuera de esta fiebre de pelotas y paletas. Empresas como Midway o Chicago Coin en EEUU y Taito o Sega en Japón, hasta entonces fabricantes de pinballs y juegos electromecánicos, no tardaron en sacar sus propias versiones de Pong para capitalizar en el éxito de Atari. Durante varios años muchos de los más populares estuvieron basados en el diseño de este clásico, algunos directamente clonando la placa completa. Pero algunos fichines intentaron de a poco introducir innovaciones, así que me voy a centrar en ellos.
Los arcades TTL tienen unos cuantos elementos comunes. En primer lugar, la mayoría son juegos competitivos. En general son para dos jugadores, la lógica rudimentaria que manejaban no admitía un contrincante controlado por inteligencia artificial. Los gráficos eran en blanco y negro, con una pequeña trampa: muchas veces los gabinetes incluían una tira transparente de color. Todas las capturas de esta nota son con color simulado, una manera de aproximarse a la experiencia original.
1973: Space Race & Gotcha
Con la mayor parte de la industria apostando a clonar el éxito del momento, Atari introdujo dos lanzamientos radicalmente diferentes a su primera creación.
El primero fue Space Race, un juego de carreras. El objetivo es llegar hasta la parte superior de la pantalla esquivando meteoritos. Está pensado para dos jugadores (quien logra llegar más veces hasta arriba gana), pero en teoría puede ser jugado por una sola persona. Detalle: como se ve en la foto de la placa, los propios componentes estaban soldados a la misma con la forma de la nave que controla el jugador (en realidad, media: la otra mitad era espejada para ahorrar).
El segundo fue uno de los primeros que despertaron polémica, Gotcha. Aparentemente el origen está en un glitch que se producía en algunas unidades de Pong cuando fallaba uno de sus circuitos integrados. En vez de mostrar el campo de juego de Pong, aparecía una especie de laberinto en movimiento. Gotcha consiste en una persecución a través de ese laberinto: un jugador se escapa y el otro persigue.
¿Y por qué es polémico? Bueno, sus gráficas publicitarias mostraban a un chico atrapando a una chica. Y de fondo se ve el diseño original de los joysticks CON FORMA DE TETA. Saquen sus propias conclusiones.
Ambos intentos fueron olvidados bastante pronto, pero al menos significaron una búsqueda de originalidad en un momento en el que eso escaseaba. A la vez, ambos podrían ser predecesores de algunos que eventualmente fueron muy populares: Space Race es un antepasado directo de Frogger, mientras que Gotcha es el primer juego arcade de persecución a través de un laberinto, lo que lo coloca en el mismo linaje que Pac-Man.
1974: Tank
El juego del año era y no era de Atari. A la vez. Si, es algo extraño. La cuestión es que antes del advenimiento de los videojuegos, los fabricantes de juegos mecánicos trabajaban con licencias de exclusividad regionales para distintos distribuidores. O sea, cada empresa le vendía solo a un distribuidor para cada zona.
Nolan Bushnell, CEO de Atari, no estaba feliz con ese esquema, porque le dejaba el camino libre a sus imitadores. Su solución fue inventar a su propia competencia: la empresa Kee Games que en los papeles era de Joe Keenan, un vecino de Bushnell. La compañía podía vender sus propios clones de juegos de Atari en mercados nuevos.
Pero lo que nadie esperaba era que el más exitoso del año fuera una creación original de Kee Games: Tank, un shooter al estilo de Spacewar!. pero al ser una representación de combate terrestre entre blindados el ritmo es más lento, haciéndolo más accesible. Fue furor en su tiempo, y generó sus propios imitadores.
Kee Games no sería la única empresa creada por Atari por motivos legales. Al año siguiente Bushnell creó Horror Games para publicar Shark Jaws, un juego inspirado en Jaws (Tiburón), el éxito de Steven Spielberg. Al no conseguir la licencia de la película, Bushnell decidió alterar levemente el título y publicarlo bajo este nuevo sello de manera de evitar consecuencias legales. El título en sí pasó sin pena ni gloria, es totalmente olvidable.
1975: Gun Fight
El primer japonés de esta lista, Western Gun, fue creación de Tomohiro Nishikado. En el mercado occidental se conoció como Gun Fight. Es también un shooter al estilo de Tank, pero en diseño es más similar a Pong: cada jugador controla un cowboy, que se mueve verticalmente en paralelo a un vértice vertical de la pantalla como las paletas del primer éxito de Atari.
Además de la posición, se puede controlar el ángulo de la pistola. Para agregar dificultad, entre ambos vaqueros hay obstáculos, incluyendo una diligencia con movimiento.
La versión occidental del juego traía una novedad: a diferencia de los otros de la lista, que contaban con circuitos lógicos a medida, Gun Fight utilizaba un microprocesador (específicamente un Intel 8080). Este avance representaría una revolución. El propio Nishikado lo implementaría en su próximo lanzamiento un par de años más adelante.
1976: Breakout
Hasta ahora, la mayoría de los fichines que vimos eran para dos jugadores. Hubo algunas excepciones como Computer Space (técnicamente Space Race podía también jugarse de a uno), pero la modalidad dominante era la competencia directa. Es entendible: la lógica era tan rudimentaria que no admitían una inteligencia artificial.
La primera gran excepción a esta lógica fue Breakout, de Atari. El juego era una nueva variante de Pong, pero ahora el objetivo no era superar a un rival, sino usar la pelota para destruir los ladrillos que formaban una pared en la parte superior de la pantalla. El concepto es simple pero funciona. Si tuviera que elegir uno de los mencionados de esta lista para divertirme, indudablemente sería Breakout. Por supuesto que hay mejores versiones de la misma idea, pero el original todavía se sostiene.
Hay una historia interesante detrás de Breakout. Para 1976 los diseños de Atari se habían vuelto cada vez más caros: los nuevos lanzamientos llevaban 150 componentes o más, encareciendo el producto. Pero Nolan Bushnell sabía que uno de sus empleados tenía un amigo, ingeniero de Hewlett-Packard, que había construido su propio Pong con apenas 30 componentes. Ese amigo era Steve Wozniak, el primer genio creativo de Apple, y el empleado de Atari era por supuesto nada menos que Steve Jobs.
Bushnell le propuso un trato a Jobs: 750 dólares a cambio del diseño, con una bonificación por cada componente por debajo del límite de 50. Jobs aceptó y prometió entregar un prototipo en apenas 4 días. Por supuesto, lo primero que hizo fue correr a buscar con su amigo, con quien pasaron noches sin dormir corriendo para llegar al límite de tiempo. Wozniak diseñó un modelo que usaba 42 componentes, pero al final el cansancio le hizo terminar con 40. El resultado fue un premio de 5000 dólares. Wozniak, sin embargo, sólo declaró haber recibido $350 cuando relató la experiencia años más tarde. Jobs nunca le blanqueó el monto real del premio que habían ganado.
Breakout fue tal vez el último juego TTL de gran relevancia. Hacia fines de los 70s los microprocesadores habían bajado de costo significativamente, haciéndose viable utilizarlos para videojuegos. El nuevo hardware permitió bajar costos de desarrollo y también abrió nuevas posibilidades creativas, permitiendo crear opciones mucho más complejas que los viejos arcades de componentes discretos. Terminaba así el primer boom de la industria… y aún así, no era nada al lado de lo que se avecinaba.
Práctica
Como dije en el capítulo anterior, los juegos TTL son NOTORIAMENTE difíciles de emular. Sin embargo, con dos excepciones, todos los mencionados corren en DICE, el emulador dedicado para esta clase de tecnología. La primera excepción es Tank, que no es parte del catálogo de DICE. La segunda es Gun Fight, que al ser un fichín basado en un microprocesador corre en MAME como la mayoría de los arcades.
Incluso podés jugar Gun Fight en tu navegador Web gracias a Internet Archive. Tanto Gun Fight como varios de los juegos de DICE requieren ROMs para ser jugados (en el caso de los juegos TTL se trata exclusivamente de elementos gráficos), que están disponibles en los lugares esperables.
Para jugar Tank no queda otra que ir al port de consola. El juego fue parte de los títulos de lanzamiento de la Atari VCS/2600, dentro del cartucho Combat. Otros juegos de esta lista disponibles para esa consola son Gun Fight (en realidad, un clon creado por Atari llamado Outlaw, que es virtualmente idéntico) y Breakout. Como siempre, podés emular esta consola con multiemuladores como Retroarch o Lemuroid, o podés usar un emulador dedicado como Stella. También podés jugar en tu navegador en el Console Living Room de Internet Archive: están disponibles Combat, Outlaw, y Breakout, entre otros.
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