En una nota previa expliqué por qué, a mi parecer, la música de Persona 5 es tan icónica. En dicha nota daba una mención a Breath Of The Wild como otro ejemplo de un juego que contiene un OST maravilloso que rompe con los esquemas de la música de los videojuegos. Este título, sin embargo, realiza la hazaña de forma distinta.
Las entregas anteriores de la saga The Legend Of Zelda contienen canciones orquestales optimistas, heroicas o (en el caso de Majora’s Mask) espeluznantes. Todas ellas reproducidas muchas veces en loop a lo largo del juego. Esta última entrega nos sorprende introduciendo muchísimos tracks nuevos que funcionan increíblemente bien con la temática melancólica de la historia, pero también jugando con los silencios y las situaciones en las que suenan estas canciones.
El uso de la música como recurso cinemático e interactivo
A lo largo de Breath Of The Wild experimentamos mucho silencio y sonido ambiente. Pájaros, grillos, viento y el ruido de nuestros pasos sobre el césped, la nieve, la piedra o la arena. Esto cambia cuando nos acercamos a un establo, un pueblo o un santuario escondido tras un acertijo que nos cuenta nuestro amigo Kass.
Estas “pistas” acerca de dónde nos encontramos en el mapa y cerca de qué punto de referencia estamos no sólo nos ayudan a situarnos, sino que también le dan un misticismo y una sensación sumamente cinemática a los escenarios diseñados de forma tan hermosa. Solo basta notar cómo cambian las melodías dependiendo del lugar y la hora del día en la que llegamos. Los pueblos tienen sus propias canciones con dos variaciones: una más animada que suena durante el día, y otra con un tempo más sereno y tranquilo que suena durante la noche. Los escenarios que se repiten, como los establos, tienen una música tranquila y serena, mientras que los escenarios importantes tienen canciones más épicas y grandilocuentes.
Las melodías y la elección de instrumentos en relación a los escenarios y personajes
Otro aspecto muy interesante de este soundtrack es la búsqueda de elevar la experiencia de juego y la inmersión, a la vez otorgándole carácter a los personajes y lugares. La música del reino acuático Zora deliberadamente elige instrumentos como el arpa, el piano y una pandereta muy sutil para simular el flujo y gotas de agua, mientras que su melodía similar a la de una canción de cuna aumenta el aspecto mágico y onírico de este escenario (que, en mi opinión, es uno de los más bellos del juego).
El pueblo de Gerudo, que se encuentra en medio del desierto y está íntegramente habitado por mujeres, opta por el oboe y distintos tipos de flautas de madera. Pero lo que le da ese sonido desértico tan evocativo de la música árabe e hindú es el sitar, un instrumento de cuerdas pulsadas proveniente de la India. La percusión también se hace muy presente en esta melodía, a diferencia de muchas otras del soundtrack. La canción suena tan misteriosa y agresiva como las fuertes y determinadas mujeres de Gerudo.
La música de la ciudad Goron se inclina aún más fuertemente hacia la percusión, e instrumentos que suenan grandes y robustos. El instrumento que destaca en esta zona es el trombón, pero también se incluye una marimba. Todos estos instrumentos terminan por conformar una melodía juguetona y torpe que describe muy bien a los habitantes de dicha ciudad (y a la insoportable misión con el Goron Yunobo en camino a la bestia divina Vah Rudania).
En Rito Village podemos oír una reversión de la canción “Dragon Roost Island” de Wind Waker, interpretada de forma más madura y melancólica en contraste con su versión anterior. Contiene un piano y una guitarra clásica, pero en la melodía principal hacen su aparición estelar los clarinetes, instrumentos de viento que tan bien representan al canto de los pájaros que habitan este escenario.
Un caso especial es el de Tarrey Town, un pueblo construido en una misión secundaria para habitantes de todos los lugares de Hyrule. A medida que avanzamos, encontramos distintas personas disconformes con el lugar en el que viven y podemos invitarlos a dicho pueblo. Lo más especial de esta misión es la música. Con cada mudanza, se agregan melodías nuevas a la canción de este pueblo.
Si logramos que una Gerudo se mude, la canción de Gerudo Valley se incorpora muy sutilmente con el sitar, si logramos que un Zora se mude, delicadas notas de piano comienzan a sonar en el fondo, si invitamos a un Goron, comienza a sonar un trombón, y, finalmente, si conseguimos que un Rito se mude, se incorpora un clarinete a la melodía. La combinación de todos instrumentos y melodías reflejan la diversidad de Tarrey Town y, de esperarse, esto crea la canción más optimista y una de las más alegres del juego.
https://www.youtube.com/playlist?list=PLS_DtsHzalpwurHW0fSFI4Vvk2IK-K5pH
Los campeones de Hyrule
Las canciones de personajes vivos y muertos también son distintas entre sí. Las canciones de personajes vivos son más enérgicas (como ocurre con la canción del príncipe Sidon), mientras que las canciones de personajes ya fallecidos tienen un tinte agridulce de melancolía (como ocurre con la canción de su hermana, Mipha). Otra diferencia fundamental es que las canciones de personajes vivos suenan en bucle mientras las escenas se tratan de ellos, indicando que su historia continúa, mientras que las canciones de personajes muertos tienen una melodía que tiene un principio y un final definido, indicando que ya es hora de decir adiós.
Las canciones de los difuntos campeones también tienen las características de los respectivos pueblos de los que provienen, con la diferencia de que resaltan las personalidades de cada uno. En el caso de Mipha, es una melodía delicada y gentil que nos hace sentir pena por la relación con Link que no pudo ser, en caso de Urbosa es una melodía oscura que está interpretada con resignación por una pelea imposible de ganar, en caso de Daruk es una melodía heroica que resalta su determinación hasta el final y su actitud bondadosa con el equipo, y, finalmente, Revali es retratado con una melodía sorprendentemente dulce, que resalta que bajo su terco exterior y su juguetona rivalidad con Link, tenía un corazón de oro.
La nostalgia
Como mencioné previamente, la canción de Rito Village pertenece a la entrega del 2003 de esta franquicia, Wind Waker. Pero esta no es la única que recurre a la nostalgia como un gesto de cariño hacia los fans de la saga. Se puede reconocer fácilmente la canción de la Fuente de las Hadas, un escenario recurrente en casi todos los juegos de Zelda. También tenemos la canción de Epona, el caballo de Ocarina of Time, interpretado por Kass cerca de ciertos establos.
El main theme de Zelda suena muy sutilmente de fondo al andar en caballo por la noche, mientras que de día, es reemplazado por Zelda’s Lullaby, una canción presente desde Link to The Past. Yendo aún más atrás, la música de Death Mountain es una reversión de aquella que suena en el calabozo #9 de la primera entrega de esta saga, y la melodía de los santuarios es muy similar a aquella del nivel Light World Dungeon, también de Link To The Past.
Pero quizás la mejor referencia de todas es nuevamente la reversión del main theme, sonando con variaciones y de forma muy intrépida y heróica dentro y fuera del castillo de Hyrule en camino a la batalla final, que es uno de los momentos más emocionantes del juego.
La decisión de romper con las canciones reproducidas en bucle y optar por un sonido más cinemático e inmersivo es, para mí, una de las mejores decisiones que se podrían haber tomado con este título. La variedad musical hace que cada escena, cada personaje y cada momento puedan brillar de forma particular, y la elección de hacer que sólo haya música en ciertas secciones y escenarios resalta lo especiales que son estos personajes y lugares, y hace que sus entradas sean aún más espectaculares y memorables.
Y a ustedes, ¿les resultó especialmente memorable alguna canción de Breath Of The Wild? ¿Cuál es su favorita? ¡Cuéntenme en los comentarios!
Bonus track:
https://twitter.com/spidermika/status/1394843009120968707?s=20
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